Firma, anonimo

Nuevas cosas en mi vida, nuevas emociones, nuevas aventuras y una nueva rutina, pero no todo podía ser felicidad, porque en algunas ocasiones, la felicidad viene acompañada, tristemente por el sufrimiento. Todo inició con una pequeña nota. Notas que al inicio movían mi mundo, me hacían subir a las nubes, simplemente todo era perfecto. Aunque después de esa poca felicidad, vino lo peor, y para mí desgracia, yo no sabía nada de la persona con la cual estaba hablando, tan solo conocí a una persona imaginaria, él me dio lo que yo pedía a gritos, un poco de atención. POV Verónica. Caminé a lo largo del pasillo, tratando de no chocar con las personas que venían en dirección opuesta a mí, sentí que alguien tocó mi hombro, y me detuve en seco, me giré y ahí estaba ella, era Sam. —¿Qué haces? Si no te conociera diría que me estas evitando —dijo ella molesta mientras me miraba a la cara y esperaba respuesta, yo solo me mantuve en silencio, viendo hacia mi casillero. —¿No vas a responder? Suspiré y sonreí. —Vamos tarde y necesito dejar estas pocas cosas en mi casillero, además tu fuiste quien me insulto solo por querer salir con Alexis anoche, no fue nuestra culpa que tu no pudieras venir. Sam comenzó a reír, me miró mal, y sin decir nada, se alejó de mí. Así yo pude continuar con lo que trataba de hacer hace unos segundos, llegar hasta mi casillero. Lo abrí, y entonces hubo algo que llamo mi atención. Una pequeña nota sobresalía de entre mis libros, levanté un poco el libro y la pude ver, era de esos papeles pequeños que por la parte trasera tienen pegamento y hay distintos colores, esta nota era azul, y lo que decía era lo siguiente. "Hola chica misteriosa, he notado que eres algo solitaria, pero descuida, a partir de hoy, mis notas te harán la mejor de las compañías." —Anónimo. ¿Solitaria? Ok. Obviamente eso no era verdad, así que, al terminar de leer, giré mi cabeza en ambas direcciones del pasillo para ver si alguien estaba al pendiente de que esa nota haya sido vista, pero no, no había nadie interesado. —Casillero equivocado, si, eso debe ser —suspire y deje mis libros, y me dedique a caminar hasta él salón, con la esperanza de que Sam no estuviera ahí. Ayer recién se reanudaron las clases después del verano, esta persona me dice solitaria, y además misteriosa, que estupidez, quizá si se equivocaron de casillero, la nota que llevaba aun en mis manos, la hice bolita y la deje caer al suelo. —Encuentra a tu dueña —dije riendo y entré al salón.