NARRA ROXANA:
Me despierta la maldita alarma y como todos los días ¡vuela alto Stanley!! me remuevo en la cama y cuando me estoy por levantar recuerdo el mensaje, tomo mi teléfono de la mesita de noche que está al lado de mi cama y veo que se trataba de Erika, al parecer peleo con su novio imaginario y quería que valla a su casa. Le respondo con un "recién veo el mensaje, hablamos en el colegio."
Ya arreglada bajo a desayunar, mi padre esta con una taza en mano y con la otra sostiene su tableta y su ceño este fruncido. Entro al lugar y tiro mi mochila al piso, levanta su mirada para verme feo.
—¿Que?
—¡Compórtate! —lo miro levantando una de mis cejas.
Me acomodo en mi lugar y me traen un café, no digo ni hago nada solo espero que se retiren. Tomo mi café y antes de salir le dedico una mirada a mi padre, cuando será el día que me dedique una sonrisa o me diga "que tengas un buen día-" nunca, eso sería como pedir un imposible.
Entro al colegio y me dirijo a mi casillero al rato llega Erika y su cara casi me espanta. Tenía ojeras y signos de haber llorado. Lo peor de todo que por alguien que no conoce. Llega hasta mí y se tira sobre mí me abraza y suelta unas lágrimas, yo me quedo dura, no sé qué hacer. Lo mío no son los abrazos y menos levantar ánimos.
—Me dejo por una maldita no-muerta, yo que soy un sexy elfo toda preciosa, me cambia por una que solo tiene podredumbre. ¡Maldito! —suspiro, habla de su "novio" virtual.
—Tampoco es para tanto, si ni siquiera lo conoces.
—Es que no entiendes, nos ayudábamos en todo ahora estoy prácticamente sola.
Se sigue lamentando mientras entramos a clases, esta hora la tendríamos juntas. Una hora escuchando de un pelotudo que lo único que sé es que es lvl ochenta y se llama "Problema". sí hasta el nombre le dice que es un idiota. Termina la clase y salgo disparada, ya me cansé de escuchar sus tonteras. Al traspasar la puerta doy de lleno con el pecho de alguien.
—wow, si querías que te abrace solo pídelo, no te me tires así —me dice el muy pervertido y sus amigos ríen con su chiste.
Lo tomo por los hombros y sonriendo le meto un rodillazo en su equipo. Mientras se retuerce, sigo mi camino riendo.
—Ya sabía que te gustaban mis abrazos! —le grito.
En la tercera hora me toca literatura, asique inevitablemente me tocara soportar al pervertido. Llego al salón y ya se encuentra muy contento en mi lugar, no sé cómo después de todo lo que le he hecho no me deja tranquila. Me dirijo a mi lugar el me mira con su sonrisa toda coqueta, yo frunzo mis cejas, no entiendo porque me mira así.
Me acomodo en mi lugar y saco mi libreta para ponerme a dibujar, estoy concentrada en eso cuando el muy idiota me susurra en mi oído.
—Me pagaras lo que me hiciste hace rato —su aliento choca con mi piel haciéndome estremecer, me quedo dura.
En ese momento la profesora llama al orden y nos decía que la próxima clase nos dará un trabajo de investigación literaria que deberemos de hacer en grupo. Algunos estudiantes estaban felices con la noticia, pero yo no. Odio los trabajos en grupo, ni si quiera soporto hacer uno con Erica y eso que ella es mi amiga.
Suena el timbre de cambio de clase y cuando me estoy por levantar el pervertido me frena, ¿qué? le pregunto con la mirada, pero el solo mira al frente. Idiota. Cuando el salón queda vacío salvo por nosotros, corre mi silla, se hacerla a la mía y toma mi cara para besarme. Todo ocurrió tan rápido que no me dio tiempo a pensar.
Sus labios son suaves, carnosos. Me presiona para que le de paso a su lengua, inconscientemente abro mi boca y al hacerlo gruñe y mete su lenga buscando la mía. Estoy tan perdida en su boca que ni se lo que hago, pronto estoy con mi mano tirando de sus cabellos. Me levanto sin romper el beso y me siento a horcajadas sobre él. Su boca sigue devorando la mía, sus manos me toman por la cintura y me aprieta contra su pecho, puedo sentir lo emocionado que esta nuestro cuerpo con este contacto nuevo. Y así como empezó a besarme de la nada, se levanta rompe el contacto y caigo al piso de culo. Veo la excitación en sus ojos, pero su sonrisa me avisa que lo hizo a propósito.
—Ya sabía que te gustaba mi beso —me dice arrogante y se va.
Me quedo ahí como una idiota, toco mis labios. ¡Mierda! ¡ese estúpido me las va a pagar! Me levanto y toda enchispada salgo corriendo para mi otra clase, ya estaba llegando tarde.
Entro a mi clase de Matemáticas y veo que Erika ya me está esperando, pero con una sonrisa todo estúpida en su cara. Me acerco y me acomodo mirándola con cara de ¿Qué bicho te pico?
—Arregle las cosas con Pro! —me grita casi bailando en la silla.
Acto seguido comienza a narrar toda su conversación con su novio imaginario de la cual no escucho nada, mi mente solo me divaga. Cuando trato de escuchar lo que me dice, mi mente solo me proyecta el recuerdo de su boca con la mía, su lengua jugando muy bien con la mía, su mano en mi cintura, uf estoy que me quemo. Me levantó de pronto como in cada.
—Puedo ir al baño, profe?
—Adelante señorita Miller.
Salgo casi corriendo y cuando entro mojo mi mano y la llevo a mi nuca, me siento sofocada. ¡Que mierda me hizo ese estúpido! Su sonrisa traviesa se presenta frente a mí, volteo y lo tengo en frente en el baño de mujeres. Lo veo trabar la puerta y viene acercándose a mi sin perder el contacto de nuestros ojos, yo retrocedo mientras él se acerca y cuando se me termina el espacio quedo atrapada entre la pared y el. Mi cuerpo reacciono antes que la razón, me le tire encima atrape su boca y prácticamente nos comimos. Sus manos recorrían mi figura, sofocándome más. Cuando la razón al fin me alcanzo, lo empujé y salí como huyendo de vuelta a mi clase de matemáticas.
—¿Por qué estas tan sonrojada? —me pregunta Erika apenas me siento a su lado.
—No se —le respondo agitada.
—No me digas que calaste a alguien teniendo sexo en el baño? —asentí para que me deje de preguntar. —hay que incomodo quien habrá sido?
—No sé, no vi nada.
—Pero los escuchaste —asentí de nuevo y mi mente solo pensada en esa boca, ha! ¡Ha! me estoy volviendo loca.
En ese momento la profe le pregunto algo a Erika y puedo decir que jamás estuve más agradecida de me interrumpiera de su cuestionario.
Terminada la clase fuimos hasta la cafetería y como me sentía rara solo tome un yogurt. Erika me vio raro, y luego de que tomo su comida no fuimos a nuestra mesa.
—Qué raro que no tengas tanto apetito.
—Sí, raro —le respondo cortante.
—Debe ser la impresión.
—Sí, definitivamente —mierda de nuevo su boca aparece en mi mente.
—¿Quién habrá sido los folladores del baño? —pregunto ella mientras paseaba su mirada por todo el salón. —Alex te está mirando.
Dirijo mi mirada hacia donde esta y si definitivamente me está mirando, mierda. Aparto rápido la mirada. Mi amiga se percata de mi movimiento evasivo.
—¿Qué pasa acá? suéltalo sino quieres que siga preguntando.
—Nada.
—Sí, nada. Por la forma que te mira no creo que nada sea la respuesta —silencio—. ¡O, espera! ¡eran ustedes teniendo sexo! —dijo casi gritando.
—No —le respondí rápido tapando su boca y mirando para los lados. —solo nos besamos.
—¿Que? ¡Y ahora me lo cuentas!
Trato de callarla, pero no lo logro ella quiere saber, como cada vez está más alterada y todos comienzan a vernos le cueto que me había besado pero que lo empujé y volví a clases.
—Pero entes también se habían besado? —llevo mi mano a mi nuca y aparto la mirada. —¡PERRA! ¡cuenta carajo no te guardes la mejor parte!
—¡Perra tu mama!
—¡Sí, ahora cuenta! —me apremia.
Le cuento todo evitando las partes del manoseo y ella se queda pensando un rato. A esta altura la cafetería esta casi vacía.
—Entonces te gusta?
—No sé, me confunde.
—¡O al fin mi amiga se enamora! —me abraza y salimos derecho al vestuario para cambiarnos para educación física.
¿Enamorada? ¿yo? no sé qué es estar enamorada. Vamos hacia la pista y la profe nos hace correr cinco vueltas a la pista, ¡maldita bruja! Termino las vueltas agitada, transpirada y adolorida me tiro sobre la gramilla a descansar un poco. Cuando vuelvo a acomodarme para es longar, de lejos veo a Alex haciendo sus ejercicios, nunca me percate que jugara para el equipo de la escuela, se lo veía sexy con ese short, sus piernas tonificadas y ese color trigueño de su piel que lo hacía parecer bronceado. Mi mirada se paró en su trasero, se lo veía firme y redondito. Hay mierda ya estoy acalorada de nuevo. Desvió la mirada y me encuentro con la de Erika que me mira sonriente, bufo.
Terminada la clase vamos a las duchas, necesito agua bien helada. En toda la clase no pude dejar de mirarlo, es como si tuviese un imán que me llama a mirarlo. En un momento se sacó la camiseta mientras reía y se la lanzada a uno de sus compañeros, casi dejo de respirar cuando lo vi, todo marcado y tonificado. Mierda que sexy que es. Me meto bajo el agua y ahí me quedo hasta que siento que mi ritmo cardiaco vuelve a la normalidad. Salgo tiritando, me seco y me visto. Me despido dé Erika, ya que yo tenía que cumplir con mi servicio me iría más tarde.
Cuando salgo de los vestidores casi me choco con Alex. Mierda que bien que se ve con su pelo mojado. Creo que se me está por caer la baba. Mierda esta no soy yo, ¿Qué me hace este chico?
—Me quieres matar de un susto?
—No, ¿Dónde vas?
—Tengo que cumplir horas de servicio, es mi penitencia.
—Te acompaño?
—No —lo ignoro y sigo mi camino.
—¡Espera! —me llama.
—que? ¡déjame en paz!
—Sé que no quieres decir eso
—Así y tú lo sabes todo, ¿no? —le pregunto sarcástica.
—Todo no, pero.
—Pero nada, me harás llegar tarde. —lo regaño.
—Entonces dame un beso y me voy.
—¡Vete a la mierda! —le digo mientras le muestro mi dedo medio, pero mi corazón late a cien.
Me toma de la mano que tengo levantada y me atrae hacia él, yo sonrió como estúpida y nos enredamos en un beso apasionado. Luego me suelta para dejarme ir.
Llego a la oficina de la directora con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Mierda esto es estar enamorado? ¿Andar como idiotas sonriéndole a la nada? definitivamente estoy perdida.
La directora me ve y frunce sus cejas, creo que hasta ella se dio cuenta que actuó como una tonta.
—Espero que esa sonrisa sea por algo bueno. Ahora toma esto y ordénalo alfabéticamente. —mierda, mi felicidad termino.
Luego de pasar una hora ordenando alfabéticamente una pila de carpetas, llame a mi chofer para que me venga a buscar. Al llegar a mi casa fui derecho a mi habitación y me puse a ver los pedidos que tenia de dibujos, respondí algunos correos y me puse a dibujar, ya tiene mucho trabajo y si lo dejaba estar se me juntaría mucho.
Amo dibuja, aprovecho que ahora hay aplicaciones que abren puertas y vendo mis dibujos en línea. Todo lo que junto lo guardo en mi cuenta bancaria. Cuando termine este año quiero irme a vivir al que fue el departamento de soltera de mi mama y así olvidar que en esta casa no me quieren.
Tres horas más tarde bajo a la cocina por algo de comer, le pido a la chica que está ahí y me sirve una porción de pollo con papas me siento en una de las banquetas del lugar y como bajo la atenta mirada de los empleados.
—Quieren acompañarme, me pone nerviosa que me miren y no coman.
—Pero señorita no debemos.
—¿Y eso quien lo dice, el estúpido de mi padre? —pregunto con arrogancia.
—Si —trono la voz de mi padre detrás de mí.
—Mierda —se arruino mi cena—. Gracias estaba todo muy rico —les agradezco a los empleados.
—¿Dónde crees que vas? —me toma del brazo.
—A descansar, estoy cansada. —me suelto de su agarre y me marcho a mi cuarto.