Al igual que cada primer día de escuela, cuando el conductor del autobús tenía que aprenderse la nueva ruta, parecía como si el viaje no fuera a terminar jamás. Cuando por fin llegaron, Janine y Pash corrieron hacia la entrada con la esperanza de que pudieran llegar a sus taquillas antes de que empezara la primera clase. Janine ya se había estudiado su horario, así que sabía cuáles eran los libros que necesitaría para las primeras horas. Rápidamente introdujo la contraseña de su taquilla, la abrió, dejó su mochila dentro y sacó todo lo que iba a necesitar. Una vez que cerró la puerta, miró su teléfono. Tenía cuatro minutos. Era tiempo suficiente para pasarse por la taquilla de Damian y desearle un buen comienzo de curso. Mirando sobre las cabezas del tumulto de estudiantes esparcidos a l

