Capítulo 4

1145 Palabras
El día comenzaba de la mejor manera y es que TaeOh estaba emocionado porque la noche llegara, Larisa aceptaría su oferta, pero sólo por una semana. Para Tae era suficiente, estaba tan emocionado que no ocultaba su sonrisa y buen humor, cuando salió de su habitación para servirse el desayuno se encontró a Park SungMin comiendo cereal. — Buenos días, SungMin—saludó dirigiéndose al refrigerador. El pelirosa de mejillas redondas y labios carnosos notó el cambio en su amigo. — Vaya, al parecer alguien amaneció de buen humor—sonrió con picardía— ¿Por fin olvidaste a MinAh? A TaeOh ni eso le amargó la mañana. — Eso dolió—se sirvió algo de cereal en un tazón junto a la leche, tomó el plato y la cuchara sentándose frente a su hyung— ¿Cómo te fue anoche? No te escuché llegar. — Llegué a eso de las dos de la madrugada, Geum se pasó de tragos y prácticamente casi se abalanzó sobre mí diciéndome que era guapo, hermoso...—rodeó los ojos y Tae sonrió divertido, su hyung tenía cierta preferencia por los hombres y debido a su sexualidad sus padres le dieron la espalda cuando salió del clóset en la secundaria. — Ustedes harían buena pareja—señaló masticando, pero SungMin estuvo en desacuerdo. — Geum es un chico que ama el dinero y los lujos, seamos honestos, sólo quiere acostarse conmigo y no, ni en sus sueños—pasó sus dedos por su melena pelirosa. A TaeOh se le vino a la mente MinAh y borró su sonrisa. Ojalá ella hubiera rechazado el dinero y los lujos que Leo le brindaba al ser el hijo del jefe.     TaeOh había hecho sus entregas por la mañana y a la hora de almorzar prefirió ir a una de las tiendas a comprarle algo a Larisa para esa noche, la chica usaría por primera vez ropa humana, ¿Qué podría usar? Sin tener idea de lo que podría usar una mujer, llamó a SungMin. El chico siempre vestía bien y además de que tenía un gusto muy bueno para la ropa femenina. Por algo era modelo. — ¿Sí? — Hyung, necesito su ayuda con algo—sonó ansioso. — ¿Qué sucede? Y ahí Tae se dio cuenta que debería contarle, pero...él no era el único que vivía en ese departamento. Miró a las personas caminar por la calle metidas en sus asuntos y mordió su labio siendo consciente que no podía decirle a SungMin quien era realmente su amiga. Porque sí, TaeOh ya la consideraba su amiga. — Bueno...—rascó su cabeza acercándose a la bicicleta—Quería decirte que tendremos visita por una semana. — ¿Visita? ¿De quién? — Una amiga mía me visitará... — ¿Una amiga? —se emocionó— ¡Dios! ¿Es enserio? ¿Quién es? ¿Cuándo la conociste? ¿Trabaja contigo? ¡¿Por qué no me dijiste nada Kim TaeOh?!—el peliazul tuvo que alejarse el celular de la oreja. Aquel móvil nuevo no era realmente nuevo, había sido el que él mismo usó hace dos años, pero dejó de llevarlo consigo cuando se compró el que había terminado en el agua. TaeOh ahora se agradecía así mismo por no haber arrojado a la basura ese móvil. — Ella llegará esta noche—comenzó a decir—Iré a recogerla cuando salga del trabajo... — ¡Iré contigo! — ¡No! —se apresuró a decir—Créeme, no es necesario, ella es...algo tímida—vaciló con sus palabras—Hace poco me escribió y su maleta se perdió en el vuelo así que se ha quedado sin ropa, hyung. No podía creer la mentira que estaba diciendo. — Oh, pobre—lo escuchó decir— ¿Cómo perdió el equipaje? "¿Va a comenzar a preguntar cosas sin sentido?" — No lo sé, pero pasó—le restó importancia—Quiero ayudarla comprándole algo de ropa para la semana que estará con nosotros, no sé qué usan las mujeres así que... — ¿Necesitas mi ayuda? —lo imaginó sonriendo—Descuida, puedo tomar algo de lo que ya no usen aquí en la agencia, el armario es realmente grande, ¿Qué estilo suele usar? TaeOh se quedó inmóvil sin saber que decir. — Ella...—miró a las chicas o mujeres que iban por allí, estaban en primavera por lo cual durante el día solía haber sol y por las tardes algo de brisa, luego en la noche de vez en cuando hacía frío—Suele usar ropa fresca y.…prendas azules. — ¿Prendas azules? Tae asintió recordando lo que Larisa le dijo sobre esos colores y recordó el intenso color que tenía su cola. — Sí, su color favorito es el azul, créeme, ¿Podrías ayudarme? — Bien, ¿Qué talla es? ¿Cuánto calza de zapato? El peliazul golpeó su frente con su mano respirando profundo.     A las cuatro de la tarde exactamente, SungMin fue al edificio a entregarle unas bolsas con la ropa, subió en el ascensor escribiendo en su celular un mensaje a TaeOh quien le dijo que esperaría en la sala de reuniones. — ¿Así que se llama Larisa? —JunHo terminaba de asegurarse que la laptop con los archivos para la junta de unos minutos se viera en el proyector sin problema. — Es muy linda, JunHo—sonrió dejando su celular en la mesa. JunHo le había visto tan contento ese día que no dudó en preguntarle que le pasaba y Tae no dudó en contarle. — Ya veo, para tenerte así...—sonrió divertido conectando algunos cables— ¿Sólo se quedará una semana? — Sí. — ¿De dónde viene? — ¿Ah? — Dijiste que su vuelo llegaría en la noche, ¿De dónde es? —lo miró. "Piensa, Tae" — Ahhh...España, sí. — ¿Qué parte? — Del.…centro, ya sabes—rascó su cabeza y JunHo supo que se estaba poniendo nervioso. Sonrió divertido negando con la cabeza cuando de la nada la puerta de la sala se abrió dejando ver a un SungMin algo abrigado—Hyung. — Aquí está lo que me pediste, no entiendo porque necesitabas que lo trajera aquí si podía simplemente llevarlos a casa y ella los recibiría...—bajó la voz al darse cuenta de que TaeOh no estaba solo. Un chico de cabello pelirrojo muy simpático le acompañaba y SungMin se sonrojó. JunHo también le había puesto el ojo al de baja estatura. — Gracias, hyung—se limitó a decir Tae revisando las bolsas, se sorprendió al ver un lindo bolso azul cielo muy juvenil, guardó parte de la ropa allí y la que no entraba se la devolvió a SungMin en la bolsa—Puedes llevarla a la casa. — ¿Hablas enserio? —tomó la bolsa reprochándole con la mirada—TaeOh, te dije que llevaría esto a casa y te negaste, ¿Por qué el misterio? — No es misterio, hyung—miró la hora en su celular y SungMin frunció el ceño—Oh, hyung, le presento a Jeon JunHo, está encargado de problemas en el sistema y esas cosas, JunHo, él es Park SungMin, somos compañeros de departamento. — Gusto conocerte—SungMin hizo una leve inclinación con su cabeza y JunHo igual, al pelirosa le colocaba nervioso esa mirada—Ahhh...Tae, ¿Por qué estás usando tu celular viejo? — Cierto, ayer tenías otro—JunHo señaló. — Sí, yo...—tuvo que volver a mentir tomando el bolso—Tuve un ligero accidente con la bicicleta y esto pasó... — ¿Lo dañaste? —SungMin lo miró. — Debo irme, debo volver al trabajo, te veo luego JunHo y te veo en la noche SungMin—se despidió saliendo de allí rápidamente. — A veces te juro que se comporta como un niño—suspiró y JunHo rio por lo bajo. — TaeOh es especial, es todo.
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