Mi falsa prometida

—Pensé que para esta noche necesitabas a Dahiana Nolan —digo para ponerlo al día del perfil de mi nuevo personaje. —¿De qué hablas Alicia? —Señor Arthur, le dije que entre mis reglas internas está no exponer mi identidad, además, usted necesita una mujer con características y actitudes específicas para el trabajo. —Comprendo, entonces ¿Qué hace Dahiana Nolan? ¿Quién es? Ilumíneme. —Dahiana será la mujer perfecta ante los ojos de su abuelo, verá a una mujer elegante, por eso este hermoso vestido que debe pagarme porque no estaba dentro de mi presupuesto, una mujer sofisticada; soy pediatra, amo los niños, ¿fue una gran idea no? Así su abuelo me verá como el prototipo de madre perfecta, eso le generará confianza. Amo la familia y todo lo que me rodea, soy la mujer perfecta para usted. Con verme y escuchar el discurso que tengo planeado, de seguro mañana mismo le da el cargo de CEO de esa compañía de la que me habló. Eso no lo sé, pero debo vender mi trabajo, debo darle seguridad.   —No creo que sea así de sencillo, pero con que avance hoy un poco, me conformo. Debe ser complejo crear un personaje para cada trabajo, yo olvidaría todo eso. —Soy una profesional, la mejor actriz, esto es pan comido para mí. Me propuse caer en gracia, eso es un don para mí. Llegamos a la casa del señor Rony Mcgregors, el famoso abuelo de Arthur, no lo voy a negar; me impresionó su casa, es bastante grande; puedo decir que tiene el tamaño de mi vecindario. —Que empiece esto; luces, cámara y acción —dije bajando del auto. Una vez puse el tacón sobre el suelo, me mentalicé en que Alicia no existe, ahora soy Dahiana Nolan; tomé aire y conté hasta tres, sonreí con amplitud y cambié mi expresión por una de felicidad constante. Arthur me da su mano y juntos entramos a la mansión de su abuelo, había muchas personas vestidas de traje y corbata. Se nota el dinero en esta gente, eso es extraño, he concluido que las personas más adineradas son más solitarias; todos mis clientes son hombres con fortunas en sus bancos, pero con una vida amorosa de mierd*. —¿Quiénes son estas personas? —cuestiono rodeando el brazo de mi guapo acompañante. —En su mayoría son familia. —Caraj*, parece que tu abuelo no tuvo televisión o nada con que entretenerse, ¿Cuántos hijos tuvo? —Solo tuvo dos hijos, pero aquí están hermanos de mi abuelo y sus familias. —Oh, lamento mi comentario, haga de cuenta que no pasó. Tenía que ponerme en contexto, hice el paréntesis allí para no tener equivocaciones; para esta fiesta no pude prepararme con más anticipación. Noté que todos nos miraban con rareza, pensé que mi cabello no estaba ordenado o que quizás tenía algo en la nariz. —Es la primera vez que traigo a una mujer a un evento familiar, por eso las miradas. —Oh, qué alivio; creí que no había limpiado bien mis ojos. Entre las personas había una pareja con un bebé, un niño de unos cuatro meses; debía acercarme, era un niño, claramente ante los ojos de mi profesión era como ver un tesoro. Solté el brazo de Arthur y dije: —¡Oh! Miren esa hermosura, ¿Cómo se llama? El bebé me extiende sus manos y muchos de los que ya me miraban, tienen una impresión de lo que justo ahora hago. —Eres el niño más hermoso que he visto en mi vida. —Arthur, por lo que veo a tu acompañante le encantan los niños. —Primo, ella es mi novia. Es pediatra, por eso ama a los bebés. —¡Qué maravilla! Bien, va el primero amando a Dahiana. —Es un gusto conocerlos, lamento no presentarme antes; soy Dahiana Nolan, nos los saludé porque me fasciné con este hermoso bebé. Cuanto lamento mi falta de educación. Arthur me miraba y en sus ojos notaba que ya comprendía el rol de mi excelente personaje. —Ven, cariño, quiero que conozcas al abuelo. Si nos disculpan, nos retiramos; en un rato volveremos con ustedes. Arthur pone su mano en mi cintura y devuelvo al pequeño Matías que tenía un ligero olor a pañal, era tierno para ser sincera. —El señor de cabellos blancos que está en el fondo, es mi abuelo. Puede ser algo complicado, espera a que sea yo quien… Me adelanté unos pasos y con amplitud me acerqué al señor Rony Mcgregors. —¡Abuelo, Rony! —solté con una sonrisa—. Es un gusto conocerlo, mi nombre es Dahiana. El señor frunce su ceño y me mira con rareza, miro mi mano extendida en el aire y dudo unos segundos en tomarla, por lo que le ayudé un poco y tomé su mano para sacudirla un poco. En mi cabeza pensaba en: “Así que este es el viejito al que tengo que convencer” ¿Por qué no tuve un abuelo así? Mi vida sería otra sin duda. —Abuelo, ¿Cómo estás? Arthur abraza al señor de avanzada edad y le dice algo al oído. —Quiero que conozcas a mi novia, parece que ya se ha presentado. —Es un honor, señor Rony, su nieto me ha hablado maravilla de usted. ¡Oh! Por cierto, feliz cumpleaños, su fiesta es preciosa. —Vaya, no sabía que vendrías acompañado hijo, menos que tenías una novia tan bonita. —Qué lindo es, gracias por el cumplido. —Quería darte la sorpresa —responde Arthur tomando mi mano. Nos quedamos con el señor Rony unos minutos en una pequeña presentación personal, le dije mi bonito discurso, claro que con naturalidad. —Desde el día uno sabía lo que quería para mi vida, amo a los niños, no se imagina de qué manera; ahora que puedo laborar con ellos, soy la mujer más feliz. Es que esas bonitas sonrisas en sus rostros son la gloria, saber que les aporto a su bienestar y su salud es el mejor pago que puedo tener. —Es hermoso escucharte hablar, Dahiana, tus padres deben estar orgullosos de ti. —Sí, lo están, pero en este momento no pueden acompañarme porque están en… están en china por el trabajo de mi padre. Pero desde la distancia me envían buenas vibras y la mejor energía para que pueda seguir trabajando. —¿En qué hospital trabajas? Tengo muchos conocidos en casi todos las clínicas y hospitales de Madrid. —No trabajo en la ciudad, estoy laborando en Paris, sol que estaré una temporada aquí por algunos asuntos personales. —¿Paris? También tengo conocidos allá, ¿en qué lugar trabajas? —¡Oh! Abuelo, disculpa que te interrumpa, se me olvidaba darte tu regalo de cumpleaños. Mi corazón subió a mi garganta por unos segundos, eso estuvo cerca. —Sabes que no me gustan los regalos, ¿para qué compras esas cosas? —Lo escogimos juntos para ti abuelo, es un presente de parte de los dos. Asentí con una sonrisa sin saber qué cosa había dentro de la caja. —Oh, Dahiana; eso es muy amable de tu parte. Espero pronto compensarlo invitándolos a casa a cenar conmigo. ¡Bien! Eso es un buen inicio, parece que la mitad del trabajo está hecho. El abuelo abre la caja y saca de allí un anillo que luce costoso, tenía el nombre del señor grabado en su interior; me pregunto cuando pudo costar. El señor Rony estaba siendo muy amable conmigo, le cobraré un extra a Arthur por mi gran labor, e seguro ese cargo de CEO es para él, no cabe duda, todo es gracias a mí. —¡Abuelo, feliz cumpleaños! —grita un hombre acompañado de una mujer bastante vistosa. —Roberto, pensé que no vendrías —responde el señor dándole un abrazo. —Nunca faltaría al cumpleaños de mi abuelo preferido. Arthur se tensionó un poco, creo que este es el dichoso primo con el que compite por el cargo de CEO. —Me hace feliz tenerlos a todos aquí reunidos, este es mi mejor regalo, tener a toda mi familia unida. —Siempre abuelo, sabes que, de mi parte, te haré compañía en todas tus fechas especiales. —Pues yo te seguiré acompañando todos los días, como he venido haciendo desde que tengo dieciocho años —responde Arthur al comentario de su primo. —Arthur, recién llego a la ciudad, pensé que debía recuperar el tiempo perdido con el abuelo y que él podría irse a mi casa por un tiempo para que comparta con mi padre y conmigo. —Por el estado de salud del abuelo, creo que lo mejor es que no salga de su casa. —Le vendrá bien salir de estas mismas cuatro paredes. —Lo pensaré, lo pensaré y luego lo discutiremos. Es notoria la rivalidad entre ellos. —Claro, el día que quieras lo hablamos, puedo volver mañana si lo deseas y… —Mañana cenaremos con él, mi novia y yo ya fuimos invitados por el abuelo. —¿Novia? Arthur pasa su mano por mi cintura y me pega a él. —No sabía que tenías novia, ¿de dónde la sacaste? —De una clínica, es pediatra. —Es bueno, mi querido primo, es bueno, creí que te quedarías solterón; a buena hora la presentas. Que bien que ya la familia conoce a Leila, mi prometida. Auch, eso ya es una ventaja. —¿Cómo que prometida? —pregunta el abuelo asombrado. —Así es... Roberto toma la copa de champaña y con un cubierto la hace sonar para captar la atención de los invitados. —Familia, amigos, necesito su atención; por favor. Las personas miran hacia el grupo en el que estaba el hombre y comienzan a rodearnos. —Antes que nada, abuelo muchas gracias por la invitación; siempre será un honor acompañarte y más estar a tu lado en lo que sea que me necesites. Agradezco tu apoyo y nos alegra celebrar junto a ti un año más de vida. Espero que este sea un día que nunca olvides, porque yo más que nadie sé lo que valoras el hacerte parte de momentos únicos y especiales. Por eso familia, quiero compartir junto a ustedes el inicio de mi nueva vida. Roberto toma de la mano a su novia que parece sufrirá de infarto por la expresión que tiene, la lleva al centro de todos y se pone de rodillas frente a ella. —Leila, ¿quieres casarte conmigo? Abrí mis ojos impactada, sabía que las cosas para Arthur se pondrían feas, con esto que acabo de ver, su primo le llevará ventaja. Pero ya eso no tiene que ver conmigo, cumplí con mi servicio hasta donde debía.