— Este imbécil — es lo primero que pasa por mi mente al salir del ascensor —. Y yo que me preocupe ayer... Camino rápidamente hasta llegar a la intimidad de mi oficina, me siento en el escritorio a la vez que trato de calmarme. Fallo terriblemente, porque lo único que pasa por mi cabeza es como bajo la mirada por mi cuerpo. — Tenía la esperanza de poder tener un buen ambiente laboral, pero resulta que es igual que todos. Un hombre que trabaja por nada más que instinto. Trato de despejarme la cabeza de esos recuerdos, tratando de hacer algo de trabajo. Me cuesta demasiado, más bien debido al hecho de que adelante la mayor parte de mi trabajo así que no hay nada realmente que pueda hacer.. Me hace recordar en todos los trabajos que tuve en este país desde que llegué, porque no solo tuve

