Heridas

1002 Palabras
Capítulo 3 Natalia 《Dos semanas después》 Tengo una Taurus 9 mm en mis manos, me tranquiliza el click del cargador al ponerlo y quitarlo. Como boina negra debo conocer mi arma, y desde que me hice de ella hace un par de años, no la había utilizado, hasta ahora. Pesa 800 g. Cañón y cerrojo de acero. Con un cargador de 15 municiones, masilla y mango de acero cromado y solo la empuñadura cubierta por un forro de cuero n***o, con adaptador para un silenciador. Estoy más que arta de este silencio sepulcral, después de meses en manos de unos malditos, incluso extraño el calor ardiente del desierto, la fría brisa me quema la piel dañada y me siento inquieta mirar la cuidad moverse a mis pies. 《Fragmento》 Despierto "Era una pesadilla" respiro con dificultad, mi cuerpo tiembla y estoy empapada en sudor. "Era una pesadilla" me repito el pensamiento como si fuera a tranquilizar los latidos acelerados. Me deslizo fuera de la cama sacudiendo las sábanas enredadas en mis piernas. 《Fragmento》 ¡Hijos de la gran puta! A pesar de que mi baja era inminente, la trajeron como si les urgiera deshacerse de mí. Creen que por darme mucha pasta se libran de su responsabilidad. " Deberíamos matarlos a todos" Es indignante y un golpe a mi orgullo. Tenía planes, tenía un futuro y por más que les dije que no quería salir, no escucharon, nunca lo hacen. “Debería matarlos a todos” Tomó una bocanada de aire y recito mi antigua oración: "Mi arma es mi mejor amiga, es mi alma gemela. Sin ella no soy nadie. Sin ella no soy nada. Mi arma es un brazo externo de mi cuerpo, es mi otra mitad, porque así seré el renacimiento de una estirpe que se hundió en el olvido y superare y seré invencible ante todo" Recito una y otra vez la oración de mi remura me hizo memorizar. Pensar en él no me ayuda. Me hierve la sangre. Recordar a Taylor me hace odiarlo. Pero su oración, la cual se convirtió en mía, me ha calmado el hambre. Me estiro hacia el frasco de medicamentos y me los llevo una vez más a la boca, cuando siento mis párpados pesados. Y esas imágenes amenazan con destruir mi cordura, me quedo de rodillas abrazando mi cuerpo.. Y entonces tocan la puerta. 《Fragmentos》 – Todo va a estar bien. "¡Creen que estás loca! ¡No confíes en ellos!" – Todo estará bien. "Esa voz" – Natalia – su maldita voz cargada de lastima me irrita. – ¡Largo! – grité con voz ronca y sin levantar la vista del suelo. – Por favor... Natalia... – miro a mi acompañante. Tardó demasiado en reconocer a la persona que tengo delante, su expresión cansada me recuerda a los de mi célula, sus rostros vuelven a mi al momento de cerrar mis párpados. Escucho sus gritos y el impacto de las ojivas contra el suelo, sus pisadas subiendo las escaleras, la voz de Gordon gritándome que me vaya antes de que vengan por mi. – Capitán – Mi voz es ronca. Estoy cansada. Me siento mareada. Y de repente vuelvo a vomitar, pero no tengo nada en mi estómago y me arde el estómago. – Dámela... Te la devolveré. "¡No se la des!" grita mi subconsciente Y recitó la oración de nuevo. " Mi arma es mi mejor amiga, es mi alma gemela. Sin ella no soy nadie. Sin ella no soy nada. Mi arma es un brazo externo de mi cuerpo, es mi otra mitad, porque así seré el renacimiento de una estirpe que se hundió en el olvido, y superare y seremos humilde ante todo" El Cap avanza hacia mí despacio, como si fuera hacerle daño. ¿Qué estoy haciendo? Pero cuando intenta tocarme le apunto con mi arma. ¿Por qué estoy armada? El capitán está aquí. ¿Qué he hecho? – Natalia... Dámela. Se acerca arrodillándose y toca mi mano, si está aquí es porque estoy a salvo. No hay peligro. Dejo que me desarme y después de no se cuanto tiempo soy consciente. – Todo va ha estar bien hija – Me habla como el animal salvaje y herido en que me he convertido. Estaba soñando y de pronto estoy armada, el dolor emocional, los medicamentos no funcionan, lo olvide, no quiero dormir, no quiero cerrar los ojos, no podré controlar las imágenes si cierro los ojos. No quiero volver ahí. No. He estado reprimiendo tanto, Que mi mente lucha contra la fiera y yo no estoy cooperando. Me pongo de pie y retrocedo, veo el caos, vidrios rotos, inpactos en las paredes, muebles rotos y sangre mía. – Necesitas ayuda... – lo miro confundida – ¿Lo sabes verdad? No se que mira el cap., pero seguramente nada bueno. Y algo dentro y frío en un lugar que no sabía que existía se desata una tormenta. " Estamos bien, estamos bien " – Llevas días sin dormir, te has estado automedicando... – ciento espasmos en mi cuerpo – Necesitas descansar... Yo se que no quieres cerrar los ojos... Te prometo Que no soñarás nada. Pudiste herir a un inocente – sus ojos transmiten preocupación, me mira con tristeza. Sin una pizca de lástima. – No – siento caer de rodillas y como los cristales se rompen bajo mi peso. – No – repito ahogándome con esa única palabra, duele tanto, han logrado lo impensable, Me han hecho daño. Ciento su brazo rodearme por los hombros, las imágenes, los recuerdos no los quiero en mi cabeza. " Esto es demasiado " "No puedes" " No podré" Algo me pincha el brazo, la adrenalina se dispara en mi sistema, siento como mi respiración se altera, como los latidos de mi corazón aceleran queriendo explotar y en cuestión de minutos o quizá segundos no lo sé, mi visión se pone borrosa y la oscuridad me engulle por completo.
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