CAPÍTULO 39

1463 Palabras

El agua me recorre desde la cabeza hasta los pies, haciéndome sentir muy bien. Probablemente, esto era lo que más falta me hacía, después de mi libertad, poder darme una muy larga y desestresante ducha para quitarme toda la mugre del cuerpo. Me siento como una prisionera que acaba de salir de un calabozo. Bueno, no es que me sienta así, es que eso he sido; fui la prisionera de estos malnacidos. Me río y niego moviendo la cabeza, mientras restriego mi cuerpo con el estropajo y mucho jabón. Solo en mi cabeza cabe decir que fui, cuando en realidad sigo siendo su prisionera. Esos barrotes en las ventanas son la prueba de ello. Todavía no tengo idea de cómo voy a hacer para salir de aquí. Quizá deba ganarme la confianza total de Deian para que me dé la absoluta libertad de andar por toda la c

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