Acto 1

2111 Palabras
La tenue música de Jazz junto con los susurros y risas de los invitados inundaban el apartamento de William, él como anfitrión de la fiesta era el centro de atención, paseándose de un lado a otro saludando y hablando con las personas que se podría decir que eran los más allegados - ¡Felicitaciones Will por otro éxito más para tu itinerario! - expresó una de sus invitadas con un abrazo y un beso en la mejilla, William con una mediana sonrisa corresponde la muestra de cariño.  - Si... gracias, aunque no me esperaba menos - contesta el hombre ladeando su cabeza con una sonrisa seductora, la mujer bebe un sorbo de su copa de champagne - Mi hija idolatra tu trilogía de "Una eternidad sin ti"... a veces creo que exagera un poco - Comenta la mujer entre risas, William sonríe sin mostrar sus dientes, pero luego se voltea por un momento notando que sus dos hermanos habían llegado. El escritor frunce el ceño viendo la hora en su reloj, luego se voltea para ver a su invitada que aún seguía hablando sobre otra de sus novelas - Discúlpame un segundo, voy a saludar a mis hermanos - dice el pelinegro con toda la intensión de cortar la pequeña charla que ya para su gusto, se estaba tornando aburrida, la mujer se encoge de hombros - Oh entiendo... ¡está bien! hablamos luego... - promete la rubia viendo como William ya se encuentra lo suficientemente alejado de ella como para que pudiese escucharla. El pelinegro se acerca a Nicolás y Bruno con sus brazos cruzados - Llegan tarde... -refuta pasando una mirada rápida a los hombres que juzgando por las expresiones de sus rostros, no les pesaba mucho el reclamo de su hermano, Bruno se acerca para abrazarlo- No te preocupes, lo importante es que llegamos... además, no nos íbamos a perder mucho si llegábamos temprano, así que relájate hermanito - explica dándole unas palmaditas al hombro de William mientras camina en dirección al bar, Nicolás se acerca al escritor saludándolo con otro abrazo.  - felicitaciones por el éxito que tuvo el último libro de tu saga - felicita Nico sin dejar de abrazar a su hermano, este le da un par de palmadas en la espalda como señal que ya era suficiente la muestra de cariño, ambos se apartan y William encogido de hombros se mete las manos a sus bolsillos - Gracias... ¿quieres algo de beber? yo invito - propone el escritor señalando con su cabeza el área de bebidas, Nick emite un bufido - ¿tu invitas? ... - se detiene para reírse por lo bajo - esto es una fiesta, es lógico que tu invitas... pero está bien, ya que insistes - Concluye el hombre caminando con su hermano al bar. El tiempo transcurre y William continua hablando con sus invitados, diciendo chistes estúpidos que al parecer a todos les causaba una gracia tal que estallaban en risas, Bruno a pesar de que estaba casado y ahora tenía un hijo de dos años, eso no parecía ser un impedimento para ser infiel, porque en uno de los sofás se encontraba besando a una mujer, William y Nicolás no pretendían sermonear a su hermano con palabras moralistas acerca de lo que estaba bien y mal en su vida conyugal, ya que ellos sabían a la perfección que el matrimonio de Bruno fue prácticamente forzado por su padre para que dé una vez por todas, alguno de sus hijos sentara cabeza con respecto al tema familiar y que de esta forma, el legado se extendiera, para su suerte el nieto resultó ser varón, eso solo significaba que el apellido Hudson continuaría, Víctor el padre de los hermanos, no le agradaba demasiado que su hijo mayor le hubiese confesado que no deseaba tener hijos o formar una familia convencional. Pero aunque detestara esa decisión que había tomado, debía respetarla, el quizás tenía sus razones, las cuales no estaba en total acuerdo, pero por lo menos le quedaba Bruno, uno de sus hijos que siempre fue el más manejable de todos, y por esta razón fue más sencillo "persuadirlo" por no decir, obligarlo a que se casara con su novia de varios años, la cual y apenas pasaban tiempo juntos, principalmente por la apretada agenda de la actriz, y el desinterés de Bruno por encontrarse regularmente, tanto Nicolás como William sabían que era cuestión de tiempo para que el pianista se separara de Elizabeth su esposa, quizás lo único que los detenía era el pequeño niño que estaba en medio de todo aquello, el cual prácticamente lo estaban criando los padres de los Hudson, y en verano, sus otros abuelos se encargaban del pequeño, a Nicolás no le agradaba demasiado la idea que su sobrino estuviese muy cerca de su padre, porque conocía a la perfección los "métodos" que utilizaba su anciano progenitor, pero aun así, asumía que se encontraba en mejores manos, porque era lógico a simple vista que tanto Bruno como Elizabeth tenían otras prioridades, y en esas no se encontraba criar a su hijo como debía ser. Nick ahora observa sin mucho interés como Bruno lleva de la mano a la mujer que no había dejado respirar en todo el tiempo que permanecieron en la reunión de su hermano, dirigiéndose hasta una de las habitaciones, no tenía que ser muy inteligente para saber lo que sucedería dentro de aquella recamara, aun así no le importa, se levanta de su asiento, pero un pequeño retrato que estaba sobre un mueble de madera repleto de libros que se encontraba frente a él, le llama la atención, el hombre no tenía demasiado que hacer así que camina hasta el retrato para definirlo mejor, al llegar al mueble lo sostiene detallando que era un dibujo de su hermano, arquea una ceja asumiendo que no estaba tan mal, cuando decide ver la firma del pintor al leerlo abre sus ojos como platos, deja el retrato en su lugar, no puede evitar sentir una ráfaga de molestia en todo su cuerpo, con su ceño fruncido se voltea para buscar con la mirada a William, el cual se encontraba muy sonriente y afable junto con sus invitados. En el momento que todos los invitados se han ido, incluyendo a su hermano Bruno de manos con la mujer, Nico decide quedarse, ambos se encontraban sentados en el sofá fumando, el hermano mayor apaga su cigarro en el cenicero viendo de reojos a William - Lindo dibujo de tu rostro... - comenta extendiéndose un poco para servirse un trago de vino, el escritor se hace el desentendido por el comentario de Nico - ¿de qué dibujo me estás hablando? - Pregunta fingiendo ignorancia, Nicolás bebe un sorbo de su bebida sin quitarle la mirada a William - el que te hizo Samuel Foster... detalló tus rasgos con precisión ¿no crees? - comenta con una pequeña sonrisa fingida, William expide el humo de su cigarro por su boca, para después suspirar - si... es muy talentoso - comenta levantando sus hombros, Nicolás asiente con la cabeza formando una pequeña sonrisa en sus labios mientras lleva su copa de vino a su boca.   - ¿Es muy grave su cojera? - pregunta Nico bebiendo un pequeño sorbo de vino, el escritor aprieta su mandíbula - No sé de qué me estás hablando Nick - niega con su cabeza agitando su cigarro para quitarle el exceso de ceniza, el mayor al escuchar la respuesta de su hermano emite una pequeña risa - Después de todo mi chofer tenía razón - musita aun entre risas mientras niega con su cabeza - me dijo que hace tres semanas te vio cerca de un parque con un muchacho castaño de cabello largo, que no caminaba correctamente, además traía implementos de pintura, es una casualidad que ahora tengas un retrato y que este fuese firmado por Samuel Foster, con la fecha de exactamente hace tres semanas... - comenta dejando su copa en la mesa, William frunce el ceño inhalando una larga calada de su cigarro, se mantiene en silencio mientras exhala el humo.    Nicolás lo observa con tranquilidad, aunque internamente se encuentra enervado por la ira - Rompiste la promesa que le hicimos a Adam, deja a Sam vivir en paz William, no lo arruines otra vez... no enti... - William le interrumpe - ¿¡Hicimos?! ¡Fuiste tú quien hizo esa estúpida promesa con Adam y me arrastraste contigo! tenía que verlo Nick... no podía soportarlo más - exclama con algo de alteración, Nicolás suspira - Respóndeme algo William... - dice omitiendo los quejidos de su hermano, este se acomoda en el sillón - ¿Qué quieres que responda? - Pregunta pasándose una mano por su cabello - ¿Cómo se encuentra Sam? - pregunta con interés, William al notar la expresión de Nicolás chasquea su lengua. - Es más sonriente y conversador que antes, pero sigue siendo tímido, físicamente no ha cambiado demasiado, su rostro y todo lo que se refiera a él continúa siendo hermoso como siempre, aunque ahora usa anteojos, y... - se detiene por un momento - su rodilla al parecer no se curó como debería, porque sus pasos son irregulares, limitando su habilidad para caminar, además le aterra cruzar la calle, seguramente fueron secuelas del accidente - comenta encogido de hombros, Nicolás también se torna cabizbajo - entiendo - farfulle viendo hacia su copa a medio terminar de vino - Debo irme... por favor mantente alejado de Sam, sé que mis palabras son como el viento para ti, pero piénsalo... puedo asegurar que en todo este tiempo Sam ha vivido tranquilamente, deja que continúe así... él se merece una vida normal y calmada, no interfieras en su bienestar - explica el hombre levantándose del sofá, William también se levanta en completo silencio, no tenía pensado responderle a Nico sobre su proposición, la cual no tenía planeada seguir, el mayor entendió el silencio de su hermano, emitió un suspiro derrotado, ya que, sabia a la perfección las intenciones de William. Al día siguiente - Hasta aquí te acompaño... yo vivo en aquella dirección, nos vemos luego- se despide el joven de Sam, el cual tiene el rostro sumamente sonrojado, pero gracias a la tenue luz del atardecer no puede detallarse en su totalidad - N-nos vemos luego Tadzio... - se despide de igual forma el castaño susurrando el nombre del muchacho al final, este frunce su boca -Solo dime Tad... es más corto -propone el joven encogiéndose de hombros, Sam con una pequeña sonrisa asiente con la cabeza - Okey, Tad... nos vemos luego...- repite una vez más, y en esta ocasión el muchacho agita su mano como señal de despedida caminando en dirección contraria, el pelilargo se mantiene en la misma posición viendo como Tad se va alejando poco a poco. Sam se sentía inmensamente feliz, todo había resultado mejor de lo que pudo imaginarse, después de tantos meses en el anonimato y el acoso en primer grado, le había hablado al chico que le gustaba y además se prometieron verse "luego" todo no podía resultar más increíble, en el poco trayecto que le faltaba recorrer hasta llegar a su departamento iba tarareando una canción mientras veía el camino que transitaba todos los días con un aire diferente, ahora todo parecía más colorido, incluso el sonido del tráfico le parecía melodioso. - ¡ya llegué! - grita el joven dejando todas sus pertenencias en el sofá, el único que vino a recibirlo fue Stuart, el cual como era de costumbre se lanzaba sobre él lamiéndolo y moviéndose de un lado de la alegría, cuando el canino deja caminar al muchacho con mayor libertad, este se dirige hasta la habitación de Adam, ya que ese olor a perfume que impregnaba la casa solo significaba una cosa - ¿vas a tener una cita papá? - Pregunta asomándose en el marco de la puerta de la habitación del mayor, Adam estaba frente al espejo peinándose con mucho cuidado... sí, su padre tendría una cita - Oh hola Sam si, voy a salir con Amanda otra vez, puede que no regrese hasta mañana... ¿Cómo te fue hoy? - Pregunta el hombre ahora prestándole atención al chico mientras le da un beso en su frente, Sam le sonríe - Me fue muy bien... - responde con una sonrisita tonta recordando su pequeña conversación con Tadzio, Adam puede notar como las mejillas de su hijo comienzan a ruborizarse - ¿Quién es?... ¿lo conozco? ¿Cuál es su nombre? - pregunta el padre con el ceño levemente fruncido, Sam abre sus ojos como platos tragando saliva.
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