Todo, es tan confuso, todo es tan oscuro y sin lugar a dudas, me falta algo ¿pero el que? Dije mientras en mis sueños observaba un gran vacío que me rodeaba, era una espesa neblina la cual me cubría como si fuera un manto, la cual me acurrucaba como a un bebe, evidentemente era un sueño, otro de los tantos que he tenido estos días, creo que ha pasado una semana desde que llegue con mi padre, aunque aún siento que decirle padre al señor Jaymes Cane, lo siento más como un desconocido ¿por qué? Hay tantas dudas en mi cabeza y ninguna la puedo resolver, lo único que recuerdo son personas sin rostro, voces extrañas que me hablan, estoy seguro de que hay algo más allá de lo que el señor Jaymes me ha contado, estoy seguro de ello.
— joven Adrien, despierte por favor… - esa voz, ¿Andy? Abriendo de inmediato mis ojos, despertando de ese sueño tan extraño, miré de quien me estaba llamando, era un simple chico de quince años aproximadamente, se llama Zeng, de origen a******o sin lugar a dudas, como siempre con ese horripilante uniforme que me da mucha pena… sonriente le dije
— ¿Qué paso pequeño Zeng? – el sonriente, mirándome dijo
— su… su padre joven Adrien, lo está buscando y lo espera en su oficina, dijo que lo llame de inmediato – yo mirando más detenidamente, note que una de sus mejillas estaba roja, el señor Jaymes había golpeado de nuevo al pequeño Zeng, lo cual me enfurecía sin dudas, aunque no recuerdo este lugar, Zeng es como mi amigo y aparte de este, esta Benji, así que si golpea al pequeño Zeng es como si hubiera golpeado a Benji y para nada ¡lo permitiré!
— dime algo Zeng ¿mi padre te hizo esto? – dije mientras trate de revisar el golpe, él asintió nervioso mientras desviaba la mirada, yo muy furioso suspire y le respondí
— aigh… está bien, ahora salgo, por favor espérame fuera un momento, no te muevas de allí ¿entendido pequeño Zeng? – el sonriente asintió, con entusiasmo se retiró
Una vez lo había hecho me dispuse a levantarme, pero un bulto me pesaba en el abdomen, mirando de que se trataba, era el buen Benji, supongo que tiene cinco años, básicamente está a la mitad de su vida, deben ser como los treinta para una persona, ya no es ni joven, pero tampoco es tan viejo, jaja me da mucha risa, ya que el pobre tiene el pelo muy alborotado, sonriente lo tome en mis manos y cargándolo me levante, solo para ponerlo nuevamente en la cama, este se estiró como si de un gato se tratase y mirándome cansado, comenzó a lamerme, el buen Benji, es tan adorable… acariciándolo lo deje reposar, mientras yo cambiándome de inmediato salí de mi habitación con Benji a mi lado, aquí no necesitaba llevarlo en algún bolso o tronco, él caminaba tras mío como si fuera un perro, un perro como el de Andy… perdón si no me entienden, pero en mi mente una voz hace eco y escucho el nombre de “Andy” no sé quién sea ese tal Andy, pero su nombre me parece familiar. Agitando mi cabeza, volví en mí cada vez que pienso en ello empiezo a divagar sin llegar a algún lugar, mi mente en este momento es como una enredadera de momentos confusos que debieron pasar en algún momento de mi vida, sin más llegue hasta la oficina del señor Jaymes, tocando este dijo desde adentro “Adrien, pasa por favor”
Yo mirando a Zeng le dije
— te encargo a Benji por unos minutos ¿está bien? Cuida de este pequeño, no dejes que haga travesuras Zeng… - el pequeño asintiendo tomo a Zeng y se quedó afuera
Mientras yo entrando, salude a mi padre
— buenos días, señor, tengo entendido que me mando a llamar… ¿Eso es cierto? – él mirándome sonrió y se acercó
— así es Adrien, tenemos que hablar por favor, toma asiento, toma asiento, ¿un poco de café? – yo negué y le respondí
— no muchas gracias, por favor, vamos directo a lo que me llamaste, tengo una lista de pendientes que realizar – él asintiendo dijo de inmediato
— claro, claro, siempre ocupado Adrien, siempre tan servicial ante tus labores, jaja mira… tenemos que hablar de un pequeño problema que tenemos –
— ¿problema? ¿Qué clase de problema, padre? –
— es uno, muy pequeño de hecho, uno de los trabajadores de la plantación de tomates, me comento que habías sido un poco… por decirlo así, blando con uno de los chicos que se estaba guardando para él, unos tomates, dime ¿es cierto? –
De inmediato tratando de mantener mi compostura, trague saliva y sin titubear tenía que responderle, los pongo en contexto, el “orfanato Serenity” realmente no es un orfanato, está lo más alejado de serlo realmente, esto en realidad es una hacienda, de cultivo y de animales, realmente es ¡enorme! Como no tienen más mínima idea, es tan grande que la estúpida cosa tuve que recorrerla en dos días por completo, ya que era inmensa, aquí adicional, viven cerca de mil personas, bueno… chicos y chicas, huérfanos, los cuales son esclavizados, ninguno puede escapar de este lugar, pues todo está cubierto por guardias y trabajadores externos, a los cuales no les importa tratar a los pequeños chicos como basura, hay tres lugares en esta hacienda, “sector tomatero” “sector floricultor” y “sector ganadero” todos funcionando como reloj, por los trabajadores y pequeños, entre trabajadores, guardias, personal de limpieza y cocineros hay cerca de cien personas extra y todos deben servirle a una sola persona, mi padre el señor Jaymes Cane, es horripilante la situación, los matan de hambre si no cumplen con su trabajo diario a los pobres y peor aún… aun si hacen bien su trabajo están destinados a una vida de tortura, es simplemente asqueroso de ver… los trabajadores golpean a los chicos que no se apresuran trabajando y los guardias golpean hasta el cansancio a cualquiera que intente escapar, ningún lugar es bueno para hacerlo, todo es vigilado veinticuatro siete y por cámaras de seguridad, aunque se quisiera es simple y llanamente imposible
Cuestione al señor Jaymes por esta situación hace días y pregunte “¿Qué sucede si la policía se entera de esto?” él sonriéndome, contesto que tenía comprada a la policía… era una maldita locura, por cada sector hay trescientos chicos trabajando y otros cien que se encuentran al interior de la casa, limpiando, junto al personal de limpieza claro esta… aun con esto pensaran que es relativamente más sencillo estar aquí dentro que allá fuera, pues están totalmente equivocados, aquí dentro puede llegar a ser peor, yo tuve que poner un orden, ya que el personal de limpieza, unas cuantas veces se extralimitaron con las chicas, se siente asqueroso, como hijo del señor Jaymes di fin a esa situación o bueno realmente espero haber hecho diferencia, no es sencillo tratar de hacer el bien en medio de un lugar tan complicado y malvado como este, creo que por ello escape y perdí la memoria… desearía haber muerto antes que estar en este lugar viendo como sufren todos y cada uno de estos pequeños, como sea, la casa no es nada pequeña, es una mansión que cuenta con más de ciento cincuenta habitaciones, doscientos cuartos de baño, ocho baños enteros y exclusivos para los huérfanos, que son bueno, prácticamente baños comunales, varias regaderas y retretes, ocho cocinas, cuatro comedores del tamaño de básicamente de dos campos de futbol cada uno, claro que cuando digo campos me refiero a unos de escuela, fácilmente entran doscientas a trescientas personas en cada lugar, diez bibliotecas, treinta cuartos de estudio, entre otras varias cosas, sin duda esto es gigante, inmenso e innecesario y lo tienen que estar limpiando todos los días, pues al ser tan inmensa la mansión, no se puede completar la limpieza en un solo día, ni con cien personas limpiando al mismo tiempo
Ahora entienden por qué el estúpido personal de limpieza se desmedía con los pobres, en especial con las chicas, hubo varias violaciones en el pasado, conversando con algunas de ellas, no lo permitiré de nuevo, yo estaré aquí cuidando a cada uno de estos pequeños siempre, les deje terminantemente prohibido a cualquier persona que se propasara con alguna de las chicas, di un ultimátum y hasta ahora no ha habido más inconvenientes con ello al respecto, ya que dije que me informaran de inmediato si sucedía algo a cualquier huérfano, ver su mirada de esperanza iluminando sus ojos, se sintió tan satisfactorio… para mi suerte ninguno de estos trabajadores está por encima de mí, solo mi padre por lo que me beneficia mucho
Volviendo al tema principal, lo que sucedió ayer con el chico del tomate, es sencillo, el pobre está totalmente desnutrido, parece que se ha metido en problemas unas cuantas veces y robo unos cuantos tomates para poder comerlos, estaba literalmente muriendo de hambre, uno de los trabajadores lo vio como este se guardaba los tomates y lo comenzó a azotar sin parar, yo al ver esta escena no tuve más opción que confrontarlo así que ahora tenía que rendir cuentas al señor Jaymes, mirándolo a los ojos le respondí
— hmmm ¿chico con tomates? Déjame pensar unos segundos, ¡claro! Por su puesto lo había olvidado por completo ¿Qué sucede con eso padre? – primer paso fingir demencia, siempre funciona para alivianar las cosas y así tratar de no enfrentar tan directamente el tema, por el cual sé que me meteré en problemas…
— ¿Qué, que paso? Vamos a ver Adrien, quiero que me cuentes tu versión, porque ya escuche la del trabajador, ahora dime la tuya – yo desviando la mirada, exclame
— no fue nada, solo defendí a un pobre chico, que… estaba siendo acabado por uno de los trabajadores… - él mirándome un tanto molesto se levantó y mirando por la ventana dijo
— Adrien… déjame decirte algo hijo, te has preguntado ¿Por qué los pequeños pasan hambre? O ¿Por qué siempre debemos mantenerlos a la raya? ¿Por qué deben ser sometidos siempre que hagan una acción como esa? –
Yo mirándolo confundido, negué sin más y él dándose vuelta, recogió un habano de su escritorio, preparándolo lo puso en su boca y al encenderlo concluyo con la frase
— Adrien es sencillo, si uno de ellos hace lo que quiera y se lo dejamos pasar, si tan solo uno comienza a pensar en liberarse de todo esto… si tan solo uno se rebela, todos lo seguirían y ni con todo el personal que tenemos lograríamos hacer algo, nos superan diez a uno y Adrien, si esto llegan averiguarlo, puedes ir diciendo adiós a todo lo que conocemos, estaríamos acabados y hechos pedacitos en cuestión de horas ¿ahora entiendes por qué tanto maltrato? Más te vale que si hijo, debes aprender a ser más duro… no todo son flores y rosas de tranquilidad, aunque si me alegro de que hayas puesto fin a esas malditas cochinadas que hacían los de limpieza, el resto te pido que no lo cambies, lo que les hacían a las chicas es imperdonable, me alegra que lo hayas detenido, pero esto si no te lo permito ¿de acuerdo? –
Yo suspirando un poco asustado asentí. Aunque sea malvado y prácticamente encarnación del mal en todos los sentidos, tiene razón, el anciano… tiene razón por más que me cueste, le doy la razón, si estos pequeños llegan a rebelarse contra él, acabaría hecho papilla junto a todos los que algún día les hicieron daño, lo que me lleva a pensar que este viejo es un gran estratega, pues sabe que debe mantenerlos no solo a raya, sino que también debe mantenerlos débiles y hambrientos para que no puedan pelear si lo intentan, no tengan fuerzas y siempre estar cansados es un gran factor para que todo siga así en este lugar, para que todo siga en la tiranía del señor Jaymes Cane
— ¿alguna otra duda hijo? – iba a confrontarlo, por haber golpeado al pequeño Zeng, pero ahora estoy dudando de siquiera hablarle o dirigirle la palabra, un gran temor se estaba posesionando de mí, cada vez que hablo con él y cada vez se siente peor, aun así, debía hacerlo
— sí, padre… por favor, no-no vuelvas a tocar al pequeño Zeng, es mi amigo, ¿entendido? – dije mientras me ponía serio y tomando valor me levanté de la mesa y concluí — tú no me tocas a Zeng y yo no toco tus reglas… - él sonriendo exclamo
— ¡pero bueno! Tenías que ser mi hijo ¿cierto? Arreglando las cosas con negocios y déjame decirte, te lo concederé, solo porque jamás había visto tanta determinación de alguien al hablarme, concedido hijo… ¿Algo más? –
Iba a negar y pasar a retirarme, pero un eco surgió en mi mente “Andy” dándome un pequeño dolor de cabeza, pensé… tal vez mi padre sepa algo de este nombre. Lo mejor será preguntar antes de que me dé un derrame por tantas dudas dentro de mí…
— padre, ¿tal vez se te hace familiar el nombre “Andy”? – él cambiando de inmediato su sonrisa pregunto
— ¿Por qué lo dices? ¿Estás recordando algo acaso? – dijo este molesto
…