Hassan salió cautelosamente del cubículo, verificando que el baño estuviera completamente vacío antes de dirigirse hacia la salida. Sus pasos eran silenciosos, calculados, cuando algo sobre el lavamanos captó su atención y lo hizo detenerse abruptamente. Allí, junto a los grifos de mármol, había un pequeño frasco de plástico ámbar que Leila había olvidado en su prisa por salir del baño después de que la profesora Yasmina la interrumpiera. Hassan se acercó con curiosidad creciente, tomando el frasco entre sus manos para examinarlo más detenidamente. La etiqueta farmacéutica estaba claramente visible, con el nombre de Leila Almoud impreso en letras negras, seguido por una serie de números y códigos médicos que no logró descifrar completamente. Lo que sí pudo leer era el nombre del medicame

