Salomón recostó su cabeza contra el respaldo del sofá, permitiéndose disfrutar brevemente del éxito de su astucia. En su mente, ya no estaba en la gala rodeado de socios comerciales y rivales. Sus pensamientos habían volado hacia la mansión, hacia la habitación donde Nina esperaba. Minutos después del "accidente" 9:23 pm… Salomón y Hassan se encontraban en el asiento trasero del Rolls-Royce. El vehículo estaba estacionado en la salida privada del hotel, con el motor encendido, pero aún sin arrancar. A través de los cristales polarizados podían ver el bullicio de la ciudad mientras ellos permanecían en su burbuja de lujo y privacidad. Salomón se había aflojado la corbata con un movimiento impaciente, traicionando su ansiedad por partir. Hassan, quien regresaría a la gala para mantener la

