Laura dejó a Zeus en la cama que habían colocado debajo de las escaleras para él. Y ordenó al perro que se quedara allí. Zeus obedeció con una mirada renuente y bajó ambas orejas. Laura sintió pena por su fiel amigo, pero él y Marco no eran mejores amigos. Subió las escaleras, pero Marco la agarró por detrás. - La extrañé, casi no dormí esas dos noches. Tu aroma me hacía falta. - Yo también sentí su ausencia, la cama de repente se hizo grande. Besó su cabello, dando pasos hacia delante y deslizó su lengua por su cuello. - Te deseo, Laura, no puedo esperar más. Tenía curiosidad de cómo sería estar con él, el miedo al dolor seguía ahí, la revelación sobre el club también la ponía ansiosa, pero la chispa de la curiosidad estaba ganando. Él la tomó en sus brazos. - Quiere tocarte, podrá

