Marco permaneció de rodillas para que Laura no se sintiera vulnerable, sabía que su tamaño podía ser intimidante y no quería que Laura le temiera por su tamaño.
Pasó los dedos por el área entre sus piernas, ya la había tocado, pero ella había estado tan asustada antes que no había tenido la oportunidad de memorizar los contornos de Laura.
- Te deseo, bebé, no tienes idea de cuánto te deseo.
Cuando él presionó sus dedos dentro, ella se estremeció y gimió en su boca mientras lo besaba.
- No habrá dolor, es solo una caricia, disfruta la sensación, te gustará.
Cuando su dedo se deslizó dentro, Marco pudo sentir la delicadeza del interior aterciopelado, y todo lo que era suyo. Hizo un movimiento de ida y vuelta y Laura gimió. Marco dejó su dedo índice en su entrada y acarició su clítoris,
