Laura soltó la toalla que cubría a Marco. Le gustó lo que vio cuando lo miró, el cuerpo fuerte que una vez la había asustado, ahora la dejaba con chispas en el corazón y en otra parte más íntima. Él acarició su rostro. - Ahora, abre la boca, cariño. - Marco no sé qué hacer. - Lo sé y me encanta saber eso, haz como lo estabas haciendo con la piruleta y experimenta. Cuando abrió la boca, Marco la guió con cuidado. Estaba excitado, pero no olvidaría quién estaba frente a él dándole placer y confiando en él después de todo. Su esposa era una hermosa vista. Sentada con el pelo suelto, el vestido abierto le permitía ver los hermosos senos y la esbelta cintura. Él gimió cuando ella apretó los labios. - Eso bebé, buena niña. Él alisó su cabello. - Usa tu nariz para respirar. Respirar. En

