Laura despertó sintiéndose súper calentita, sabía qué hacía frío, pero su cuerpo estaba a una temperatura sumamente cómoda. De repente fue muy consciente de quién era el calor corporal que la calentaba. Ella estaba arrimada al cuerpo de Marco, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, saltó de la cama y fue al baño antes de que su esposo despertara.
Suspiró aliviada de que la noche había sido pacífica y Marco realmente no había intentado nada. Tal vez ella no era su tipo y él la dejaría en paz. Después de cepillarse los dientes volvió al dormitorio. Como no había comido nada la noche anterior, estaba hambrienta.
Pasó junto a la cama en silencio, pero en el momento en que abrió la puerta, la voz de Marco la detuvo:
- ¿Adónde va?
- Tengo hambre, voy a ver si las chicas han hecho
