Laura subió a su habitación, su corazón latía con fuerza, casi estaba teniendo un ataque de pánico por primera vez en su vida. Ella no quería dormir en la misma habitación que Marco, pero era demasiado buena para permitir que una mujer sencilla y casi sin educación como Raimunda se quedará sin fuente de ingresos por su debilidad. En ese momento dijo todas las oraciones que había aprendido en contra de su voluntad. A veces Dios podía interceder por ella. Ni siquiera sabía si creía en un Dios omnipotente como su madre y sus hermanas.
Había tanta tragedia en el mundo, tanta gente sufriendo, como hambrienta, adolorida y desesperada, en ese momento Laura se preguntó dónde estaba Dios que permitía todo esto. Pero sabía que había cosas que no podía entender como la simple humana que era.
Cua
