Tres pares de ojos me parpadean. —...¿Cortejo? ¿Qué coño es cortejar?— —Ya sabes, romance. El amor. Coqueteo. Cosas bonitas—, subrayo. —Oh, aquí vamos a la mierda—, murmura Evert. Señala a Okot. —Tú. Esto es culpa tuya. Deja de ser tan caballeroso. Nos estás haciendo quedar mal—. Al principio pienso que esto ofenderá a Okot, pero entonces siento su risita retumbante contra mi brazo. —Lo único que he oído es que no tengo problemas—, dice encogiéndose de hombros. Me giro para sonreírle. —Así es. Y tenemos que confirmar nuestro vínculo—. El anillo rojo que rodea sus ojos negros cobra vida, cambiando de color y tamaño. —¿Estás lista para confirmar nuestro vínculo?— Oh. ¿Debería haber dicho eso en privado? ¿Y estoy haciendo las cosas raras para los demás? Mierda, no sé cómo hacer es

