Abigeil Miller

1462 Palabras
A veces a veces tomamos decisiones que nos lleva a un camino lleno de dolor y sufrimiento esas decisiones nos terminan marcando para siempre. Y siempre habrá algo o alguien que sea lo único bueno de una mala decisión la muerte de mi madre dejó un gran dolor ella era todo en mi vida tras ese suceso me refugie en la persona equivocada y aprendí que no todos son lo que aparenta ser. William me bajo el cielo, la luna y las estrellas y tan tinta e inocente caí redondita ante sus encantos. Todas las noches abusaba de mí, me golpeaba y cuando venía borracho era peor cuando mi hermano me llamó para saber de mí me obligó a decirle que lo odiaba y que no me buscará más. Yo pensaba que lo que él me hacía era normal, si me pegaba era porque me amaba. Que tonta no creen. Lo peor vino cuando quede embarazada ahí vi lo más profundo del infierno, cuando se enteró que el día que estábamos en España y tras una pelea con el me embriague y terminé teniendo sexo con un desconocido, el se puso como loco y ahí comenzaron sus constantes abusos los cuales acabaron cuando mi vientre creció no sé cuántos meses tenía pero desde ese momento ese cruel hombre dejó de poner sus sucias manos en mi cuerpo ese bebé que llevaba en mi vientre era lo único que me consolaba lo único que evitó que William no siguiera abusando de mí, que no me golpeara, ese bebé fue mi salvación y lo único que me daba la fuerza para seguir viva mientras estuve encerrada y era abusada y golpeada. Después de que mi pequeño nació, no tardó mucho en que volvió a ser el mismo de antes, no dejo ni que cumpliera los cuarenta días cuando entro a mi cuarto muy ebrio y abuso de mí. Recuerdo bien que ese día le pedí que por favor no lo hiciera que me sentía mal, claro que a el no le importó. Lo peor no fue eso, lo peor y lo que me marco fue cuando llevo a unos amigos para que abusaran de mi, según el para que pagará lo que me comía. Fueron tres años de vivir un infierno el cual soporte hasta que lo escuché hablar con unos tipos quienes querían a un niño con las mismas características de mi pequeño. Desde ese momento comencé guardar dinero para poder huir, no iba a permitir que me arrebatará a mi pequeño. William se dio cuenta de que tenía dinero ahorrado, me pidió que se lo diera a lo cual yo me negué provocando que me golpeara, mi hijo se dio cuenta de eso y me quiso defender, eso provocó que ese maldito le pegará. Por fortuna mi niño llamo a emergencias y ellos a mi hermano quien por fin me sacó de este infierno. Ahora soy muy feliz con mi hijo mi inmadurez me llevó a mi propio infierno y solo un ángel me dio la fuerza suficiente para no dejarme caer a ese ángel lo amo con mi vida es lo único bello de mi mala decisión. Él es mi hijo Matthew Miller —Mamá si viniste. —Le doy una sonrisa —Mi amor cómo te fue en tu primer día de clases. —Muy bien —Me da su hermosa sonrisa —Qué bueno mi niño hermoso. Mati quieres comer helado. —Si mami, podemos invitar a Oli, su mamá no pudo venir pero su guardaespaldas si, anda podemos, podemos.—Exclama emocionado. —Claro mi amor vamos por el. Lo tomo de su mano y caminamos hasta donde está su primo. —Oli vamos por un helado. Oliver volteó a ver a su guardaespaldas para ver qué decía el. —Puedo ir por un helado con mi tía y mi primo. Ángel le sonrió y luego me vio. —Hola Abi, claro que puedes llevarlo, la señora dio la autorización para que fuera con su primo. —Gracias Ángel. Los llevo al auto tengo media hora libre antes de volver a trabajo, el guardaespaldas de mi sobrino nos escolta hasta la heladería. Después de un rato y que Ángel me hiciera el favor de llevar a mi pequeño a casa de la chica que cuida a mi hijo, regrese a la empresa Fashon Stone. Entro y saludo como siempre con cortesía a la chica de recepción. —Buenas tardes. Ella ni siquiera volteé a verme no entiendo porque es grosera conmigo, jamás le he hecho nada la ignoro y sigo caminando hasta el elevador. Llegó a mi escritorio y me pongo a terminar el informe de lo que se habló en la junta, al finalizar entro a la oficina de Kendra. —Kendra te traigo el información de la reunión, revísalos para que tu hermano los firme y asi levantar el acta correspondiente. Ella revisa el informe para luego firmar el acuerdo. —Excelente. Otra cosa a partir de mañana asistirás a Noah en las reuniones que tenga fuera de la empresa, y en la adquisición de los insumos. Pienso por un momento en decirle que no quiero trabajar con su hermano, pero luego recuerdo que ella me ha ayudado mucho y me quedo callada. Continuo mi trabajo para dejar todo en orden antes de salir por mi hijo. Subo al piso de presidencia para dejar una documentación para mi sorpresa me encuentro con el señor Anthony quien luce realmente apenado. —Señorita siento mucho lo de hace un rato Noah a veces suele ser algo. —Sincero. —Pregunto con una sonrisa fingida. —Tosco, idiota y arrogante. —Lo bueno es que son amigos, pero igual no se preocupe señor Anthony la fama del señor Stone suele precederle. —Necesito que sepas que yo no comparto su opinión por el contrario a mí me pareces una mujer exquisitamente hermosa. —Muchas gracias por su halago señor, con permiso debo llevar unos documentos a la oficina del señor Stone. Llego a la parte exterior de su oficina y no veo a su asistente por ningún lado me tocará entregárselos personalmente es documentación sumamente importante y quiero correrme el riesgo de que se traspapele. Camino hasta la puerta de su oficina con la carpeta en la mano. Rogando que no me diga nada insultante para no responderle de mala gana. Golpeó la puerta y escucho su voz. Noah —Pase. Veo a Abigeil ingresar a mi oficina con una carpeta en sus manos, la recorro con la mirada discretamente. Todavía no sé por qué diablos respondí eso cuando Anthony me pregunto si me parecía hermosa por supuesto que lo es y lo note desde el primer momento que la vi esta mañana en el elevador y tampoco tenía idea de que la señorita hablaba mandarín a la perfección. —Señor Stone disculpe la molestia, Kendra le envía esta documentación para que la firme. Se acerca y pone la carpeta sobre el escritorio sin siquiera prestarme atención. —Kendra también me informó que a partir de mañana lo acompañaré a las reuniones con los clientes y para la adquisición de los insumos solo necesito conocer la hora y fechas de las reuniones para sincronizar la agenda —Esa información se la puede pedir a mi asistente. Le digo mirándola fijamente buscando inquietarla como suele pasar con la mayoría de las mujeres sin embargo su mirada es indiferente y no me demuestra ningún tipo de emoción. —Tiene toda la razón discúlpeme entonces con permiso señor. —No me va a reclamar el comentario de esta mañana señorita Miller. —A que se refiere señor. Me levanto de mi silla y doy un par de pasos en su dirección no sé amedrenta no retrocede por el contrario me sostiene la mirada. —Me refiero a la conversar que tuve con mi amigo en la sala de juntas. —No tendria porque señor usted es uno de mis jefes esa es su opinión sobre mi persona y es mi deber respetarla pese a que no la comparta o no me agrade su opinión. —Vaya una mujer que no reclama, ni hace dramas. —No señor soy una mujer que conoce su lugar como empleada y sabe ocuparlo se le ofrece alguna otra cosa más o ya me puedo retirar. —No ninguna, retírese. —Entonces con permiso. La veo salir de mi oficina y no puedo evitar sentirme confundido, estaba seguro de que me reclamaría eso es lo que mejor hacen las mujeres. Sin embargo ella actuó como sí mi comentario no le hubiese importado en lo absoluto tampoco se cohíbe ni reacciona ante mi presencia como lo hacen la mayoría de las mujeres será que le gustan las mujeres?
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