Debo buscar la forma de alejarme por un tiempo, pensar en otra cosa, descansar. Playa, la playa es linda. Tal vez simplemente haga mi maleta, llegue al aeropuerto y pregunte cuál es el vuelo más próximo con cupo, cuyo destino tenga mar. Mi vida afectiva y laboral es un caos; lo único que funciona decentemente en mi vida es mi familia. Una semana. Eso debería bastar para organizar mi mente. De repente, el asunto de Sebastián ha pasado a un segundo plano: mi futuro económico incierto y los problemas laborales son más urgentes. A veces, el mundo necesita recordarme que existen dolores más grandes que los del corazón. Es poco más de mediodía cuando vuelve a sonar el celular. Es Isabella, y me cuenta una desgarradora historia en la cual está involucrada una bebé que perderá a su madre. El cor

