Tic, toc Tic, toc El tiempo transcurria y las noticias sobre Marié y su bebé no llegaban. Casi amanecía y los doctores no se acercaban a darnos respuesta. Lucas daba vueltas en la sala de espera, sus ojos lúcidas rojos, su cabello despeinado, notándose el desespero y el terror en su rostro. Estábamos todos aquí con el como la familia que somos, esperando respuesta de nuestra Marié. Todos estábamos preocupados y todos pedíamos que ambos salieran muy bien librados de todo esto. —Esta angustia me va a matar —Musita golpeando la pared —. Necesito saber como están mi mujer y mi hijo. La puerta de urgencias se abre saliendo el doctor que nos dio noticia de Marié hace horas atrás. Nos levantamos acercándonos a él. —¿Cómo está? —Pregunta nervioso —. ¿Están bien?, doctor por favor d

