De pronto, en medio de su estado de perplejidad; Bastián mira de soslayo atreves de las persianas divisando a la misma joven pelirroja de hace rato quien parecía discutir con uno de sus empleados. Frunce la mirada. —La boda debería de hacerse el mes que viene, mientras más rápido salgamos de eso mucho mejor. Así nos quitaremos de encima a esa gente de farándula, tú llevarás una vida tranquila y yo podré gozar de los nietos que me des con tu esposa. Su madre seguía platicando sin parar, toda su vida de casado la tenía programada. Se preguntó si tendría alguna libreta donde hacia ese tipo de anotaciones, porque era imposible que pudiera organizar su vida de esa manera tan rápida. La miró un momento, y solo observaba como su boca se movía sin parar. A ese punto, ya no estaba escuchándola,

