Mi hermano llegó puntual a las siete, Rocío se lanzó a mis brazos en cuanto me vio, era una chiquilla preciosa, en carácter se parecía a mi hermano, pero físicamente era igual a su mamá, que era una linda mujer. Llegamos a las Terrazas del mall y nos pusimos en el sector del Sitio Cero. Desde allí se veía el escenario y la gente que acudía a ver el show en la explanada del Puerto. Rocío jugaba, subía y bajaba de la baranda; por ser una noche romántica, mi hermano y mi cuñada estaban muy acaramelados. ―Dejen de contar plata delante de los pobres ―protesté al rato. ―¿Viste? Ya déjame ―dijo Teresa poniéndose roja. ―Pero si te amo, no puedo evitar besarte ―contestó Felipe dándole un fugaz beso en los labios. Yo sonreí, ellos habían pasado por muy malos momentos como pareja, estuviero

