Encuentro
Selya estaba patrullando el sector de la manada que le correspondia, hoy su loba está un poco las entusiasmada que de costumbre, tiene unas ganas locas de correr y de aullar y lo peor de todo es que no sabe por qué, desde hace unos días se siente más salvaje, muchos han descrito esa sensación antes pero ella no puede creer que le este pasando, dicen los más antiguos de la manada que esa sensación de desasosiego se debe a que su pareja está más cerca de ella de lo que podría llegar a pensar. Ella no puede ni siquiera pensar en quién debería ser su pareja ya que esa sensación solo la tiene cuando se adentra en el bosque, cerca del territorio que ella debe patrullar, ni siquiera cuando se acerca a Lucas, el macho con el que ha compartido privilegios íntimos puede sentir algo, su loba no hace más que querer salir a correr como si estuviera buscando algo pero no hay forma humana de que lo encuentre.
Quiere correr un rato más pero ya va siendo hora de regresar a la guarida y además sin darse cuenta se ha ido alejando mucho, casi adentrándose dentro del territorio de la manada vecina con la cual hace más de cien años no tienen buenas relaciones, bueno decir que las relaciones no eran buenas era mucho decir, la sangre había llegado al río en más de una ocasión , el último enfrentamiento había sido porque unos adolescentes se habían pasado sin querer al territorio vecino y los descubrieron los centinelas, los pequeños lobos lanzaron un aullido cuando fueron descubiertos y los centinelas de la manada se Selya salieron en su busca, conclusión terminaron enfrentados los centinelas de una manada y de la otra, no hubo ningún muerte que lamentar pero dos de los centinelas de la manada de Selya todavía estaban recuperandose, así que ahora estaba ella patrullando en su lugar hasta que ellos se recuperaran.
Seguía avanzando en el camino que sin darse cuenta se había metido, hasta que un olor totalmente desconocido pero a la vez tan familiar le lleno los pulmones, quiso luchar contra el instinto de seguirlo pero fue más fuerte que ella, tuvo que salir a cazar a aquel aroma que la estaba volviendo loca, sin darse cuenta había cambiado a su forma de loba y estaba recorriendo el mismo camino que había hecho antes de salir de la guarida, siguió corriendo hasta que llegó a un claro en el bosque, era el claro que dividía el territorio de las dos manadas, ahí en el medio del claro estaba el lobo más grande que ella jamás había visto en su vida, era completamente n***o y lo más raro tenía los ojos rojos como la sangre, este también la vio y en ese mismo momento alzó el cuello y lanzó un aullido, el aullido le sonó a Selya como una canción de cuna y eso fue lo último que escucho antes de caer redonda al piso