Regreso a clases

1266 Palabras
Como un martes cualquiera. Me encontraba sentado en mi lugar leyendo el cómic que mi padre Tae me prestó. Mi obsesión por los superhéroes era culpa suya. Al parecer el profesor no pensaba llegar. Bien, al menos las primeras clases las tendríamos libres, varios chicos salieron del salón. La clase en general es tranquila, los alumnos no se meten en tu vida sino estan involucrados. ──Supongo que no irás a la cafetería ¿Quieres que te traiga algo? ──preguntó YoonGi. Él fue mi primer amigo cuando me mudé, pensé que diría algo la primera vez que visitó mi hogar y vio a mis padres, pero él era tan diferente a las demás personas que sólo externo su envidia. No por la solidez de mi familia si no también porque mis padres son dos hombres y, según sus palabras, debía estar en el paraíso. La mayor parte del tiempo sus papás iban de un extremo del país al otro por ello se quedaba a veces por una larga temporada vacacionando en mi casa, papá Tae estaba más que encantado con su hijo adoptivo. ──Unas papas, por favor ──pedí amablemente sin apartar la vista de la historieta que leía y mientras maniobraba con una mano para sacar dinero de mi bolsillo. YoonGi se había marchado. Luego se lo pagaría, continúe leyendo mi cómic. A mis dieciséis años no es normal que siga con estas cosas, luego recuerdo que mi padre tiene treinta y cuatro, sigue igual y se me pasa. No reparé en la presencia de cierta persona. Un pelinegro recargado en el marco de la puerta que cruzaba ambos brazos a la altura del pecho. Pasaba la mirada sobre los pupitres vacíos. ── ¿Buscas a alguien? ──No ──se produjo un silencio incómodo ──. En realidad sí, aunque dudo que esté aquí ──añadió antes de dejar ambos brazos a sus costados. ──Oh, ya veo. Regresa a la siguiente clase ──miré a mi alrededor── . Como podrás ver todo el mundo está tomándose un respiro en el patio. El chico menudito pareció pensarlo, dio un paso dentro del aula. Podría jurar que era la persona más tímida que había conocido jamás, jugaba con las mangas de su ropa, la cual fue elegida erróneamente pues se ajustaba demasiado a su cuerpo. Puede que sea bajito, pero el tipo se preocupaba por estar en forma siendo que seguíamos en nivel medio. ──Soy nuevo. No sé exactamente a dónde ir ──dijo con una mueca graciosa. ──De acuerdo, puedes sentarte ahí ──a mi lado no se sentaba nadie, preferían estar al fondo del salón──. Es uno de los lugares libres, después, te puedes cambiar. El pelinegro entró y se sentó a mi lado sin decir nada. Inútilmente intenté hacerle plática, él contestaba un poco seco o con monosílabos. Supongo que por ser el nuevo se sentía cohibido. Regresé a mi lectura. Faltaban diez minutos para que la clase diera inicio, los chicos llegaron de poco a poco, miraban al chico nuevo desconcertados, pero sin dejar de ser amables. ── ¡JungKook, regresé! ──gritó mi amigo mientras lanzaba una bolsa de papas en mi dirección. Digamos que después de ya no ser perseguido por bravucones perdí lo poco que tenía de condición física y también mis reflejos se volvieron un asco. Mis frituras estaban por estamparse en mi cara. Para mi suerte el chico nuevo la atrapó. ──Gracias ──volteé a ver a mi amigo── ¡Eres un idiota YoonGi! ¡Casi me picas un ojo! ──Tú lo has dicho, casi. Buena atrapada ¿Quién eres? ──así era él. Si lo dejaban sólo con una piedra a los segundos entablaría una conversación con ese objeto inanimado. El chico nuevo no le respondió. La cara de Min se deformó en una mueca de molestia. Odiaba ser ignorado. ──No lo molestes ──guardé mi valiosa lectura dentro de la mochila. YoonGi lo miró desafiante para luego caminar indignado hasta su asiento. El hombre prefería jugar entre clases y se iba al fondo del aula para no ser descubierto por los profesores. ──No es necesario que me defendiendas ──soltó el chico a mi lado. ──El idiota ese puede ser un pesado cuando quiere. El profesor de filosofía hizo acto de presencia, pasó al pizarrón y anotó la fecha, sí exactamente como los profesores de la primaria, y no se percató de que tenía un alumno de más hasta casi el final de la clase. ── ¿Y usted es? ──preguntó el profesor parándose justo enfrente de mi lugar y mirando al chico nuevo. ──Soy Park JiMin ──dijo poniéndose de pie. ──Muy bien señor Park, bienvenido. Espero que no ponga el desorden en el grupo ¿Jeon, alguien se sienta aquí? Park abrió los ojos con exageración, volteé la vista de nuevo al profesor, restándole importancia al nuevo. ──No, profesor. ──Park éste será tu lugar permanente ──él asintió. Llámenme paranoico, pero el tal Park no dejó de mirarme en ningún momento, excepto cuando se presentaba con los profesores. YoonGi me abandonó en la salida, no estaba enojado, es más, me alegraba que al fin las cosas con la chica que le gustaba fueran tan bien. Ya lo vería mañana y seguro me contaría todo. Cargué mi mochila y caminé fuera del salón. En el pasillo sentí que me seguían. ──Lo siento. Quería preguntarte algo ¿Sabes un camino corto para llegar a la calle siete, la que está del lado opuesto a la avenida principal? ──preguntó Park. ──Te puedo acompañar. Vivo por ahí. Una vez encaminados por fin se soltó a hablar. Me contó que sus padres se habían mudado recién por el trabajo de su papá, a él le gustaba hacer ejercicio y me pidió que le diera direcciones de gimnasios, era muy agradable. Tal como lo pensé sólo fue por ser el chico nuevo que estaba tan cohibido. El mundo es muy pequeño, JiMin vivía en la casa contraria a la mía y cuando se ofreció a acompañarme, acepté. Faltaba poco para que mis padres llegaran. Papá Jin me avisó ayer que acompañaría a mi padre Tae a comprar telas. Invité a JiMin a pasar, él aceptó. ── ¿Te gustan los videojuegos? ──pregunté mientras encendía la consola. ──No realmente, eso y que no tengo una. Sé jugar únicamente las que están en los arcade. ──Entonces te enseñaré ──le pasé uno de los mandos──. Juguemos uno de práctica para que entiendas. Resultó ser de esos chicos a los que todo se les da bien, incluso podría decir que era un oponente digno para mi padre. Escuché la puerta abrirse. Pausé el juego para ayudar a mis padres con las compras. Park me acompañó. ──Gracias ──papá Teo me pasó un rollo de tela, me daba miedo tocar directamente el satín. Miró a mi acompañante──. Debes ser un nuevo amigo de mi bebé. Olvidé comentarle a JiMin sobre mis dos papás, él al igual que YoonGi le restó importancia y se portó amable con mis padres, pero la atmósfera cambio cuando mi padre Jin habló y los rollos de tela dejaron de taparle el rostro. ──Hola ──saludó con una cálida sonrisa. ──Buenas tardes ──JiMin clavó la vista en el suelo──. Mis padres me mataran por llegar tarde ──cargó la mochila en su hombro y se despidió de mis padres, lo acompañé hasta la entrada. Su semblante se tornó serio──. JungKook, ¿Vives aquí desde hace tiempo? ──negué confundido por su repentina curiosidad. ── ¿Por qué la pregunta? ──No es nada. Luego hablamos, gracias por todo ──me cortó diciendo aquello antes de salir corriendo. Un retortijon en el estómago me advirtió que nos habíamos visto antes, ¿De dónde?
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR