El desayuno familiar nunca podía faltar en mi rutina. Terminé de comer el kimchi que mis padres se encargaron de preparar desde temprano, pedí permiso para retirarme, no sin antes ayudar a recoger la mesa.
Soy un chico demasiado mimado, mi uniforme estaba listo gracias a mi padre Jin. Bajé con mis cosas a la sala en donde se encontraban mis padres.
──Kookie, no puedes ir con el cabello hecho una telaraña ──papá Tae se acercó y peinó mi cabello.
──Tampoco con la corbata mal anudada ──esta vez fue mi padre Jin quien ayudó.
──Nos vemos en la tarde, los quiero ──antes de salir de casa le di un beso en la mejilla a mi padre Tae y un abrazo a mi padre Jin.
Quería ser un chico rebelde, pero mis padres se encargaban de peinar y arreglar mi uniforme dejando mi esfuerzo por la basura. YoonGi se burlaba cada que venía por mí, pues mis papás me perseguían hasta dejarme presentable.
En el camino no me encontré con mi amigo por lo que supuse que ya estaba creando desmanes en la escuela. Caminé sin prisa aún faltaba para que empezarán las clases.
Hoy aclararía mis dudas con JiMin. Tenía que llegar a un acuerdo con él y, en serio, a la vez rogaba que sólo fuese algún mal entendido y que él no fuera uno de esos bravucones. Porque sí, esa fue la conclusión a la que llegué después de darle tantas vueltas al asunto, lo conocía de algo, eso seguro, y con lo sospechoso que se portó únicamente se me ocurría que él fue de esos bravucones que me fastidiaban en la anterior escuela, y como todo el mundo lo hacía, no podía recordarlo con exactitud.
Me puse mis audífonos mientas caminaba para llegar a la escuela. Escuchar a Three Days Grace me causaba una paz infinita, justo por ese grupo me hice buen amigo de YoonGi. Es de las pocas cosa que tenemos en común.
Cuando llegué al instituto unas chicas me detuvieron para darme algunos obsequios y cartas, ese grupo en especial me parecía muy tierno, definitivamente no eran mi tipo, pero agradecí amablemente el detalle aceptando todos sus regalos y volví a pedirles que dejaran de hacer aquello, cosa que nunca funcionaba. Me dirigí a mi casillero porque no podía estar cargando todo el día con eso, tomé algunos dulces y caminé al salón de clases.
Aún era muy temprano por lo que no me pareció extraño que ningún profesor estuviera rondando los pasillos. En el aula únicamente se encontraban JiMin y YoonGi los cuales platicaban muy animados contrario al día anterior. Los saludé y me senté. Llegué de mal tercio. Para hacer amena la espera saqué uno de los cómics que tenía guardados dentro de mi mochila.
──Yo aún no he podido leer ese ni el número anterior ──la voz de JiMin interrumpió mi lectura.
──Son de mi papá. Si quieres puedo prestártelos cuando termine ──JiMin sonrió, es extraño. Juraría que detrás de su sonrisa perlada se ocultaba el más grande de los secretos.
──Lo cual será pronto porque Kook no hace otra cosa más que leer esas historietas. Por cierto deberías invitarnos a tu casa.
── ¿Por qué lo haría? ──pregunté sabiendo la respuesta.
──Porque echo de menos a tus padres. Los míos me volvieron a abandonar y no tengo quien me alimente por hoy, exactamente igual que en la mañana.
Comprendí a que punto quería llegar. Mis padres solían ser muy exagerados con la cantidad de comida que me mandaban para el almuerzo, cosa que YoonGi siempre agradeció. Saqué uno de los recipientes para compartir mi comida, yo simplemente comí los dulces que traía conmigo. YoonGi tenía la boca llena de arroz. Aun así estiró la mano robándo un puñado de dulces.
── ¡Consigue tus propios dulces!
──Lo haría, créeme. Es sólo que no soy tan afortunado como tú y mis admiradoras son pobres, nunca me regalan nada comestible. Sólo cosas hechas con amor ──bromeó. Ese idiota nunca cambiaría. Le regalé dulces a JiMin quien sólo se burlaba de la pelea que tenía con mi mejor amigo── ¿Quieres acompañarnos, JiMin? ──preguntó el asqueroso de YoonGi con la boca aun llena de comida──. Es que Kook a veces suele ser muy aburrido y me deja con sus padres.
──Claro ──volvió a sonreír.
El resto de las clases siguieron normales, en el descanso los chicos y yo la pasamos juntos. El día fue de maravilla hasta que a uno de los profesores se le ocurrió la magnífica idea de dejar trabajo en equipo. Sabía que si elegía a YoonGi como mi compañero terminaría haciendo el trabajo solo.
──JiMin ──una buena idea no era. Sospechaba acerca de sus intenciones y si lo ponía en la balanza, trabajar con el flojo de YoonGi requería de una paciencia infinita. Mi boleta de calificaciones tuvo mucha ayuda de él, nótese el sarcasmo── ¿Quieres ser mi compañero de equipo?
──Por supuesto.
──Hoy nos pondremos de acuerdo en mi casa.
Cuando tocó la campana anunciando el final de las clases los tres fuimos directamente a mi hogar.
Estábamos doblando la esquina de la calle y pude escuchar la dramática voz de mi papá Tae. Detuve a los chicos preparándome mentalmente a lo que sea que me esperaba en el interior. Abrí la puerta con cuidado encontrándome con un desastre por todos lados, posiblemente culpa de mi padre TaeHyung.
── ¡Kookie! ──mi padre corrió hasta donde me encontraba y me abrazó.
── ¿Qué pasa aquí?
──Nos vamos de luna de miel ──anunció papá Jin quien salía de la cocina──. Hola chicos.
Tanto YoonGi como JiMin se inclinaron a modo de saludo.
Odiaba ser egoísta, sabía cuánto perdieron mis padres por mi culpa. Ambos eran un gran ejemplo para mí como personas y como padres. Mi mamá no pudo elegir a alguien mejor que ellos para cuidarme. Prácticamente papá Jin era mi tío biológico, pero a causa de un accidente automóvilistico mi madre y mis abuelos fallecieron quedándose él con mi custodia.
Mis padres me contaron que su noviazgo fue difícil, ya que, mis abuelos no aceptaban su relación. Sin importarles eso ellos decidieron luchar por sus sentimientos, al parecer mi abuela convenció a mi abuelo y así fue como la relación entre ellos mejoró. Al final mis abuelos apoyaron a mis padres. Cada vez que papá Tae mencionaba a mi mamá terminaba llorando, se expresaba con un amor infinito de ella, decía que ambos eran muy buenos amigos y que los apoyó en sus momentos más críticos.
Mi padre Jin se hizo cargo de mi desde que yo era un recién nacido y hasta el día de hoy. Por el otro lado la historia de mi papá Tae es más difícil, sus padres sabían sobre sus preferencias sexuales y aunque decían apoyarlo la verdad era que se avergonzaban de él, eso es lo que decía. Cuando era más pequeño ellos solían visitarnos seguido porque mi padre Jin salía de la ciudad. En ese entonces parecían muy amorosos. Al crecer me di cuenta de la realidad.
──Me parece perfecto. En algún momento tendrían que darse un respiro ──comenté sin mala intención.
Papá apretujaba mis mejillas causando que mi rostro luciera como el de un pato, ahora yo era un pelín más alto que él.
──Tú no eres ninguna carga de la que queramos librarnos, tú eres nuestro pequeño bebé y te adoramos más que nuestra vida ──dijo mi padre TaeHyung al borde del llanto.
──Dudo que quieran dejarme. Lo que quería decir, es que, me alegro de que puedan pasar más tiempo a solas.
──Te dije que nuestro galletito lo entendería, Tae.
JiMin y el otro tonto se burlaban por cómo fui llamado. Se quedaron frente a la puerta gritando un ¡Feliz luna de miel! A coro y se marcharon. Ya mañana tendría tiempo de acordar cómo trabajaríamos.
Mi independencia empezaría a partir de hoy, los extrañaría demasiado.