Dara Pov
—Dara, estás muy tensa, relaja tus movimientos —dice Cameron mientras yo practico mi modelaje.
¿Por qué voy a estar tensa? Solo vienen los hombres más peligrosos del mundo. Todo normal.
Todo ayer transcurrió normal. Ayudé a Cameron hasta muy tarde y me quedé a dormir en su casa, ya que la de él queda más cerca que la mía. Según Cameron, "Noche de chicas": comimos dulces y vimos películas romanticonas hasta hartarnos.
Hoy es el gran día y yo tengo que practicar, ya que no estoy acostumbrada a modelar este tipo de ropa, que es más sensual que la que normalmente uso. Estoy aprovechando que no han llegado las otras chicas.
—Lo siento —digo frotando mis ojos con cansancio—, estoy un poco nerviosa.
Cameron me sonríe comprensivo. No es fácil para mí hacer algo a lo que no estaba acostumbrada y, sobre todo, si no estoy del todo cómoda con ello.
—Tranquila, lo harás excelente, tienes unas buenas curvas que debes lucir —dice pícaro, yo niego con la cabeza—. Además, modelas excelente, solo que en este renglón se necesita más sensualidad.
Yo ruedo los ojos, prácticamente es ser lo que no soy.
—Sobre la seguridad… —Cameron me corta antes de que continúe.
—Tranquila, Dari, cuatro hombres estarán vigilando fuera de los vestidores y, sobre la paga, Dereck estuvo de acuerdo —dijo con una sonrisa.
Un suspiro de alivio sale de mis labios.
Por lo menos nadie se me acercará.
Un poco más tranquila y con los nervios bajo cubierta, intento otra vez modelar por la larga pasarela de cristal.
—Muy bien, eso está mejor, cabeza alzada, movimiento de caderas —dice Cam asintiendo—, más expresión seductora, coqueta —hago todo lo que me dice mientras sigo modelando—. Muy bien, ¡Perfecto! —dice aplaudiendo.
Dejo escapar un suspiro de alivio al ver que ya lo hago bien. Modelar ropa deportiva es mucho más fácil, no tengo que ser tan sensual, no me tienen que maquillar tanto, es más natural. Es ser yo.
El móvil de Cameron suena y lo observa, teclea algo y guarda otra vez el celular.
—Me acaban de notificar que ya llegó la lencería, está en los vestidores, vamos.
Yo asiento y voy por detrás de la pasarela, ya que por ahí hay un pasillo directo a los vestidores. Al llegar, Cameron ya está allí viendo la ropa que está colocada perfectamente en los percheros.
Veo que Cameron va abriendo, viendo la ropa y con un marcador coloca el nombre de la modelo en un costado del saco de plástico donde viene protegida la ropa.
—Dara, busca en la lista y coloca la ropa en el orden de la lista según el nombre de la modelo, por favor —yo solo asiento y me dispongo a ayudar a mi amigo.
Duramos un tiempo organizando todo y me di cuenta de que soy la última. ¡Perfecto! A lo mejor esos mafiosos se aburren y se van antes de que termine todo. El desfile va en este orden: ropa deportiva, vestidos de gala, trajes de baño y lencería, así que probablemente se vayan.
¿A qué hombre le gusta ver ropa? Me aferro a esa esperanza.
Poco a poco van llegando las chicas y saludo a varias de ellas, aunque hay algunas que no me caen ni les caigo y la mayoría están en lencería. ¡Rayos! Voy a tener que aguantármelas.
…
—D’Bossio y Kozlov, ¡están para merendarlos! —dice Agatha, una morena que también es una de mis compañeras, mientras todas esperamos a que nos maquillen y nos peinen.
—Uno termina en mi cama, te lo aseguro —dice otra.
—¡No puedo esperar más! Quiero lucir mis encantos ante esos dos sementales —dice otra.
Yo solo puedo pensar en cómo pueden decir eso. ¿No les dan miedo? A mí sí, aunque no los he visto, pero me dan mucho miedo. En este momento Cameron anda correteando de allá para acá, ya que los “grandes” llegaron hace varios minutos y, para mi mala suerte, los dos están en esta área. Tenía la esperanza de que no vinieran a esta área, pero veo que la mala suerte está de mi lado este día. El desfile ya comenzó hace muchos minutos. Veo el reloj y pasan de las 12:00 a. m. Pasamos toda la tarde preparando todo y practicando. Ya saben, arreglando los últimos detalles, y como a las chicas de deporte no las maquillan tanto, no tardaron casi nada en estar listas.
—¡Ok, Chicas, ya va a finalizar el renglón deportivo! Gala, ¿cómo va? —dice Cam al lado de un serio Dereck que supervisa todo con cuidado.
Veo a las chicas de gala y se ven espectaculares. Vestidos largos, cortos, pomposos, sueltos, brillantes, sencillos, holgados, apretados, de muchos colores y muchos diseños. Pero lo que los caracterizaba era lo caro que se ven. Las chicas se veían elegantes: peinados recogidos, sueltos y semirrecogidos, maquillajes impecables. Simplemente perfección.
Cameron habla con Dereck mientras pasan por cada chica supervisando que todo esté en orden. Presiento que Dereck está aquí supervisando todo personalmente por la presencia de esos hombres. Todo tiene que estar perfecto, eso me dijo Cameron muchas veces en estos días.
—Ya quiero salir y seducir a esos machos, porque a esos sí hay que llamarlos machos —dice Cristal, una chica rubia que está aquí conmigo.
Yo bufo y finalmente me atrevo a preguntar:
—¿No les dan miedo esos hombres? —pregunto a todas.
Todas me miran como el ser más extraño sobre la faz de la tierra.
—¿Qué nos pueden hacer? —pregunta burlonamente Agatha—, ¿matarnos de un orgasmo? ¡Por favor, Dara! No seas estúpida.
Todas ríen, menos yo. No me causa nada de gracia su comentario.
—Por lo que escuché, son peligrosos —contraataqué.
—¡Vamos, Dara! —dice Cristal—. Mejor no te interpongas, aunque ellos JAMÁS se fijarían en ti, es demasiado hombre para ti, querida.
Auch, autoestima herida.
Yo decidí que era perder mi tiempo hablar con ellas, así que esperé a que terminaran de hablar de esos tipos como si fueran dioses.
Veo cómo entran las chicas de deporte e inmediatamente desaparecen las chicas de gala. Las chicas de deporte se ven frescas, eso es ser tan yo. Veo que se me acerca Valery, una chica que me cae muy bien, pertenece al renglón deporte al igual que yo.
—Dara —me saluda con una sonrisa, la cual devuelvo—. Esos tipos están demasiado bien, ya veo por qué estas arpías están tan revolucionadas —me dice guiñándome el ojo.
Yo solo me río suavemente.
—¿Todo salió bien? —le pregunto con mi sonrisa.
—Muy bien. Creo que Dereck ganará mucho dinero hoy —dice con una sonrisa.
—Eso es muy bueno.
Veo que Cameron se acerca a nosotras apresurado.
—¡Niñas, qué esperan! A maquillarse y a arreglarse, casi es su turno —dice mi querido amigo Cameron.
—Te dejo, nos vemos después, suerte —dice Valery alejándose de mí para quitarse la ropa.
Yo solo suspiro, intentando aliviar los nervios; intentar cosas nuevas no es lo mío, me gusta mucho mi zona de confort. Se acerca la maquilladora llamada Clair. Yo le sonrío y me acomodo mejor en la silla, observándome brevemente en el espejo para que ella haga su trabajo. Escucho a Cam decirles a las y los demás maquilladores cómo deben maquillarnos según el atuendo que nos toca. Cuando llega mi turno, me sonríe y le dice a la maquilladora:
—Quiero que los ojos resalten, pero a base de su tono de piel, con un toque de drama —ella asiente y comienza su trabajo mientras que mi amigo pasa por cada sitio dando instrucciones.
Yo espero mientras dejo que ella haga lo suyo. Nunca me habían maquillado tanto, y eso me asusta, no quiero parecer un payaso. Cuando finaliza, Cameron vuelve y se muestra bastante complacido con el trabajo (cabe decir que no me he visto en el espejo) y la maquilladora le mostró diferentes tonos de labial; él eligió uno vinotinto opaco. Y ahora, al ver el resultado final, Cameron felicita a Clair y llama al estilista.
—Que el cabello tenga ondas un poco más marcadas, un peinado bastante sensual y con un toque salvaje —me guiñó el ojo y se fue a otros puestos.
El estilista me mira pensando en qué me quedaría bien. Luego de meditar, empieza y yo solamente siento el calor de la plancha en mi cabello. Nunca me había arreglado tanto. Muerdo mi labio cuidadosamente para no dañar el labial, estoy muy nerviosa. Minutos después siento cómo él pasa las manos por mi cabello, dándole el volumen deseado, y un poco de fijador para dejar todo en su lugar. Y listo.
Cameron está otra vez conmigo y me mira fijamente. Sonríe complacido y felicita a Fabio (el estilista) por su trabajo y él se va.
—Quedaste preciosa, Dara —me confiesa mi amigo—. Mírate.
Dice mostrando el espejo en el que antes me observaba.
¡WOW! ¿Esa soy yo? ¿O es simplemente una ilusión?
No puedo creer que la chica reflejada en el espejo sea yo. Mis ojos verde grisáceo resaltan más con mi maquillaje y el color de labial combina a la perfección con mi tono de piel.
Y el peinado es sencillo y es lo que más me encanta, se parece más a mí así. Solo me hicieron las ondas marcadas y la apariencia de habérmelo peinado sensualmente de lado con un poco de volumen. Todo en general hace que me vea muy sensual.
Mi autoestima vuelve a subir.
Veo a mi alrededor y las chicas de Traje de Baño ya están listas, se ven más frescas con lentes de marca y bolsos grandes de marca y hermosas prendas de traje de baño. Parecen listas para la playa.
Obvio, para eso son los trajes de baño.
También son para piscina.
—¡Niñas, el renglón gala está terminando, toca trajes de baño! —dice Cameron mientras Dereck inspecciona a las chicas—. Las de lencería, vayan a cambiarse.
Veo la hora: 1:51 a. m. ¡j***r! ¿A dónde se fue el tiempo? Me levanto de un salto y me voy casi corriendo a mi camerino, donde dentro hay un espejo de cuerpo completo, cremas, perfumes, etc. Veo la bolsa de plástico colgada y la curiosidad por saber qué me voy a poner me mueve, así que voy allí y abro la bolsa lentamente.
O.M.G ¿Dónde mierda me metí?
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