Mi Esperanza.

1666 Palabras
Cuándo por fin terminan de arreglarme, veo mi reflejo es increíble como puedo verme tan bien, me gusta esta imagen, intento sonreír, pero mi corazón no siente felicidad alguna, que desventura. Con ayuda de los empleados, y de dos guardias del Castillo, salgo a la entrada de la mansión, mi abuela está ahí de pie, me informa que mis padres y Theodore ya salieron al templo, que el carruaje será sólo para ella, y para mi. Después de varios minutos al fin podemos partir al templo, en el trayecto, mi abuela me explica lo que será la primera noche como esposos, ella tuvo el tiempo de explicarme más a fondo la situación, eso es algo que aprendí en clases de buena esposa, el acto marital, básicamente la mujer sólo sirve de objeto para que el hombre engendre hijos, es algo triste, que sólo se vea a la mujer como un objeto, pero es algo que se desde hace tiempo. Al llegar al templo, veo a mi padre esperando por mi en la entrada, ya las personas están dentro, mi abuela me da un fuerte abrazo, y me dice que todo mejorará, que no olvide que soy una joven fuerte, en fin, me da consejos para que yo no este más nerviosa. Al llegar al lado de mi padre, el está en total seriedad, me ofrece su brazo, y yo lo acepto, esto es lo más cercano que ha estado de mi, normalmente el siempre ha dejado claro que no le agrada que este cerca, pero hoy no lo parece, pienso que quizá el de verdad no siente molestia alguna de mi, pero recuerdo que esto es lo que debemos hacer, aparentar una familia feliz, supongo que aún cuando le molestará mi presencia, tendría que soportarlo por que estaremos frente a todos los nobles importantes del Reino. La música comienza a soñar, es el aviso de que la novia ha llegado, al entrar veo que todos los presentes se giran para verme, escucho los comentarios que hacen, lo bella que me veo, lo dulce de mi rostro, que soy tan joven y hermosa, en fin, son comentarios amables de las mujeres, Yo nisiquiera puedo ver a Sebastián, siento que al verlo mis lágrimas van a comenzar a brotar, aún recuerdo nuestra charla, para mi mala suerte, en casi primera fila está ella, La princesa Sarah, al verme sonríe de manera que pareciera burlona, eso me provoca molestia, y para mi gran asombro, mi padre me dice algo, eso me deja totalmente desubicada. - No dejes que nadie arruine este día, tu serás la princesa, y algún día la Reina, guarda la compostura. La realidad no se si me lo dice por que sabe lo de el príncipe y Sarah, o por que me veía algo despistada quizá, no lo sé, pero hace que me sienta algo más tranquila, de alguna manera lo veo como apoyo. Al llegar al altar, mi padre le dedica unas palabras el príncipe, de una manera sería y algo severa para mi gusto. - Su Majestad, este día le hago entrega de mi mayor posesión, mi única hija, se la entregó para que la proteja, la cuide y Respete. Esa última palabra algo más remarcada. -Confió en su nobleza, y espero no tener queja alguna de mi pequeña, que deseo sea protegida por usted de cualquier peligro. El príncipe acepta lo que mi padre acaba de decirle, y toma mi mano. - Así será señor, protegere a su hija de ahora en adelante. El Rey se ve muy feliz, creo que de todos los presentes, es el único que de verdad me ve con cariño, el me sonríe, y yo a el, me alegra saber que podré estar cerca de un hombre que me ha demostrado compasión y afecto. El sacerdote comienza con la ceremonia, el nos explica la importancia de este matrimonio, que nosotros en algún momento seremos la cabeza del Reino, El Rey gobierna con dureza, y la Reina se encarga de la compasión, así es como un buen Rey, y Reina se complementan, las palabras que nos dicen hacen que sienta algo de esperanza, se que en algún momento tendré que encargarme de muchos asuntos del Reino, y espero hacerlo bien. Sebastián me mira de vez en cuando, es algo que me deja algo extrañada, pues me sonríe como si estuviese enamorado, en un momento de la ceremonia, el se gira hacia mi, y me dice al oído, que me veo muy hermosa, que jamás se imagino que estuviera tan bella, me deja asombrada, y no se que responderle, sólo le digo que gracias, que el se ve muy bien también. La ceremonia termina, y somos declarados marido y mujer, Sebastián se acerca a mi, el va a besarme, no había pensado en eso, me siento algo incómoda, se acerca a mi para darme un beso, que es dulce, siento su aroma, su presencia tan cerca de mi, todos celebran, y al verle a los ojos, me dice que me ama, se que quizá lo hace por compromiso, pero Santo cielo, hace mi corazón latir de una manera que pareciera saldrá de mi pecho en cualquier momento, no puedo evitar sonreír como una tonta, el me ofrece su brazo, y comenzamos a caminar fuera del templo, todos nos felicitan al caminar por el pasillo, al salir recibo abrazos de mi familia, los Reyes, y muchas de las nobles con las que he tenido el placer de convivir en alguna ocacion, en este momento me siento feliz, no se si durará, no se que va pasar, sólo se que ahora es agradable estar aquí. La reina nos indica que debemos salir rumbo al Palacio, que ya todo está listo para la celebración, Sebastián me dice que es hora de irnos entonces. Con su ayuda subo al carruaje, el me toma de la cintura y me carga como si yo fuese una ligera pluma, siento un calor recorrer mi cuerpo, estoy sudando de las manos, de inmediato hace que ambos estemos en el carruaje, su tamaño y fuerza son más que notorios, se me que se ejercita, siento su presencia llenando este carruaje más que este enorme vestido. En el camino yo sólo miro por la ventanilla, pienso en lo que se avecina, me siento nerviosa, quizá está noche tenga mi primera vez, y eso me da algo de miedo, he sabido que es doloroso, eso me provoca escalofríos. De pronto escucho su voz relajada. - No te preocupes, esto pasará rápido, sólo hay que darle a las personas lo que quieren ver, una pareja feliz. - Si lo sé, siempre se me ha educado para ello, para demostrar cuán feliz me he casado, y cuanto amor me profesa el príncipe. El se queda en silencio un momento, sabe que yo no espero amor de su parte, pero se lo que debo hacer. - Bien, hemos llegado. El se baja de un salto como si nada del carruaje, y me ayuda a bajar, pienso que de verdad es fuerte, parezco no pesar nada en sus brazos, al bajar, nuestros rostros quedan frente a frente, y el me besa en los labios, esa manera tan dulce de hacerlo me deja totalmente desubicada, no puedo evitar pensar que lo hace por algo más que cumplir, y me controlo de inmediato, vuelvo a mi posicion. Se anuncia la llegada de la feliz pareja, El Príncipe Sebastián Groeldell y su esposa Antonella Groeldell, pues aún no soy coronada como princesa. Caminamos dentro y veo a todo el mundo celebrar, Sebastián me lleva del brazo, y saludamos a todos en el salon, al llegar a nuestro lugar, tomó aciento, y entonces ahora viene la ceremonia de título, me nombran princesa del Reino, al ser esposa de Sebastián, tengo ahora el título, y obligaciones que ya conozco a la perfección. Caminamos a la pista de baile, y danzamos, nuestro primer baile como marido y mujer. Sebastián sonríe amigable conmigo, y hace que yo me sienta feliz, pareciera que de verdad el sólo tiene ojos para mi, en ning un momento se ha acercado a Sarah de hecho pareciera ignorarle, pués parece molesta al vernos, yo me siento feliz, y ojalá esto sea diferente a lo que pensé. Toda la fiesta, Sebastián no se separa de mi ni un solo momento, comemos juntos, manda traer bebida para mi, es cariñoso y amable, de vez en cuando se acerca y besa mis labios, quizá el se dio cuenta de que no soy una mala mujer, quizá el de verdad quiera hacer una buena vida conmigo, pensar en ello me hace tener esperanza, tal vez podríamos ser felices, formar una familia, no lo sé, en este momento el y su manera de ser conmigo, me hace tener esperanza, me siento feliz. La fiesta es muy agradable, hay un espectáculo, Sebastián y yo reímos, de una manera que jamas lo había hecho, siento un gran peso menos, gracias a él, esto es tan maravilloso que parece un sueño, del cual yo no deseo despertar, en un momento me invita a la pista, bailamos abrazados, es tan cómodo estar junto a él, me hace sentir protegida, su personalidad me agrada, como me sonríe y charlamos de cosas que quizá no tienen mucho interés, ahora mismo no pienso en nadie más que nosotros. Mis padres se acercan, y me dan un abrazo, se despiden, ya es algo tarde, y ellos no acostumbran a desvelar, les agradezco por todo, y entonces se van. Me acabo de dar cuenta que ya no viviré bajo su techo, y eso me hace sentir algo triste, Sebastián al notarlo, me abraza a el, y me dice que todo estará bien. - Todo estará bien Antonella, no debes hacer nada que no desees, eres libre de salir a donde quieras, claro, con protección, ahora eres importante. Y eso que me dice no se si es por el, importante para el, o para el Reino, pero quiero pensar que para el.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR