POV ELIZABETH El silencio de mi oficina era sofocante. Solo el zumbido del reloj en la pared me recordaba que el tiempo seguía su curso, aunque yo sentía que me estaba quedando atrás. Me dejé caer en la silla de mi escritorio, agotada. Llevaba días sin dormir, mi cuerpo clamaba por descanso, pero mi mente no me daba tregua. No quería ir a mi departamento. No quería enfrentarme a la soledad, ni a las amenazas, ni a la incertidumbre que se cernía sobre mi empresa. Los golpes a Blackwell Innovations no paraban. Cada día aparecía una nueva nota difamatoria, una nueva filtración, un nuevo ataque encubierto que erosionaba mi credibilidad, mi reputación, mi estabilidad. Las amenazas seguían llegando. Algunas eran veladas, otras explícitas. Todas me tenían al borde del colapso. Me incliné hacia

