Capítulo 1. Una muerte
Un ronco gemido escapa de mis labios, mi cuerpo está extasiado por las oleadas de placer que recorren cada centímetro de mi piel. Clavo mis uñas con fuerza sobre la ancha espalda de Franco, araño su firme y musculosa piel cuando el placer atraviesa mi cuerpo, preso de un delicioso orgasmo que me hace tocar las puertas del cielo con las manos.
—Cara —susurra, enterrando la cabeza en mi cuello, besando mi húmeda piel. Su lengua se desliza por mi clavícula centímetro a centímetro, siento que voy a desfallecer por todo el placer que me está provocando.
—Me vuelves loca, Franco —musito, echo la cabeza hacía atrás cuando su dureza golpea en mi interior, con ese cadencioso vaivén que hace con sus caderas.
El placer me hace olvidar quien soy y de donde vengo. No quiero pensar, no por ahora, en este momento solo existimos él y yo.
Un nuevo gemido escapa de mis labios, nuestras caderas se mecen al mismo compás, nuestros cuerpos llenos de sudor y de placer. Franco gime en cada estocada, yo me siento cada vez más cerca del precipicio, deseosa de saltar, pues tengo la seguridad de que siempre me sostendrá.
—Eres tan apretada, tus paredes son como un guante hecho a medida, deliciosa y exquisita. —Sus palabras son como fuego que me incitan en una loca carrera hacia el éxtasis.
—Te amo, Franco, te amo —sollozo, aferrada a su espalda.
La pasión nos consume por completo, la presión crece en mi vientre bajo, mientras Franco arremete en mi húmeda intimidad y me dejo llevar.
Un nuevo grito de placer abandona mis labios cuando el clímax me atraviesa de pies a cabeza, el éxtasis explota como si quisiera revelarme los misterios del universo, mientras Franco se derrama en mi interior.
—È stato davvero meraviglioso, mia Cara. —dice, cayendo a mi lado. A mi espalda, y comienza a dejar suaves besos húmedos en mi cuello, muerdo mi labio inferior.
Un delicioso gemido sale de lo profundo de mi garganta. Franco sabe lo que me gusta y cómo me gusta, sus manos son como las de un alfarero moldeando mi cuerpo como si fuera arcilla y vuelvo a dejarme llevar por el éxtasis que este hombre me ofrece.
Pierdo la cuenta de cuántas veces vibré en sus brazos abrumada por el fuego que me hace arder. Solo sé que siento los ojos pesados, Franco me abraza, y el ritmo acompasado de su respiración me invita a caer en un dulce sueño.
El sol de la mañana se filtra por las cortinas que no llegan a ser tan pesadas como para evitar al astro rey. Sonrío al ver el rostro apacible de Franco. Estoy deseando poder hablar con mi padre y contarle que he encontrado el amor y que no volveré a Palermo sin él.
Deseo expresarle mi deseo de casarme y de ser necesario, hacerle saber que estoy dispuesta a dejar Sicilia para tener una buena vida con Franco. Una vida lejos de los tentáculos de la mafia, una vida real, junto al hombre que amo.
El sonido estrepitoso de mi celular me distrae de mis pensamientos. Me doy prisa para buscarlo y no despertar a Franco.
Mi mano tiembla al darme cuenta de que se trata del número de emergencia, ese que solo debe sonar en caso de peligro. Mi corazón se agita tanto que me provoca un fuerte dolor en el pecho.
—Aló —susurro no muy segura. Las manos me tiemblan, mi garganta se seca y el paso de saliva quema, aun así, tragó fuerte, esperando escuchar algo al otro lado de la línea.
—Vuelve a Palermo, Cara, nuestro padre ha muerto. Dante Basile ha sido asesinado…
El dolor me atraviesa el pecho de manera instantánea. Las palabras de mi hermano son como un golpe de boxeador sobre la boca del estómago y me deja sin aire. Mis ojos pican, las lágrimas se apresuran como ríos por mis mejillas. El nudo en mi garganta se hace más y más fuerte hasta la asfixia. No sé si llego a responder, el teléfono ha resbalado de mi mano y el ruido sordo al golpear el piso me hace consciente de la presencia de Franco, parado en el umbral de la puerta.
—¿Cara?
—Tienes que irte.
—¿Por qué? ¿Qué es lo que ha pasado?
No puedo responder su pregunta, ahora más que nunca tengo que protegerlo. Si Nino llega a descubrirlo, lo perderé para siempre.
—Vete, Franco —insisto mientras vuelvo a la habitación para vestirme. No tengo mucho tiempo antes de que Nino aparezca en el edificio, tengo que ponerlo a salvo.
—No me iré hasta que me digas lo que está pasando —insiste, limpiando las lágrimas que siguen derramándose de mis ojos.
—Ahora no puedo hablar, pero te prometo que me pondré en contacto contigo. Voy a buscarte, Franco. Te lo prometo —digo con vehemencia, necesito que se vaya.
—No voy a dejarte ir en ese estado, Cara.
—¡No pueden verte conmigo, Franco! ¿Entiendes? Nadie debe saber de nuestra relación, por lo menos no ahora, por favor. Si me amas, vete —le insisto a punto de romperme y de rogarle que no vaya a ninguna parte sin mí; pero justo en ese momento su móvil suena, él atiende con la mirada fija sobre mí.
—Voy enseguida —responde.
Nuestras miradas se encuentran y por primera vez no puedo leer nada en sus ojos. De repente, son como dos pozos de oscuridad.
—Franco.
—Me iré, te llamaré luego —promete, deja un dulce beso en mis labios y se marcha. Ni siquiera me he dado cuenta antes de que ya estaba vestido.
Después de escuchar la puerta cerrarse, la soledad se instala en mi pecho, el silencio de la habitación me hace sentir abandonada y vacía.
«Dante Basile ha sido asesinado». Retumba en mi cabeza, como una sentencia sobre mí.
Estar sola me obliga a mantenerme serena, me siento y espero a la llegada de mi hermano.
No voy a echarme a llorar y deshonrar la memoria de mi padre, mostrándome débil. Porque, después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida. Y con mi padre, la mía ha sido una llena de muchas reglas que ya no estoy dispuesta a seguir nunca más.
Hola, mis queridas lectoras:
Hoy me dirijo a ustedes con emoción para invitarlas a formar parte de una nueva aventura: SANGRE Y PINCELES. Un viaje donde las emociones se entrelazan con el misterio, el drama y los secretos más oscuros.
Junto a dos talentosas y maravillosas autoras, Valery Archaga y PH Muñoz, les abrimos las puertas a un mundo donde las apariencias engañan y el peligro acecha en cada esquina.
Las calles de Palermo serán el escenario de esta historia intensa, donde el arte y la sangre se mezclan en un lienzo de verdades ocultas. ¿Se atreven a descubrir lo que se esconde en la penumbra?
¡Las esperamos en cada página!