j***r ¡no me gusta leer!

1337 Palabras
Solté todo el aire que había guardado en mis pulmones, me encontraba en shock, no podía creer que es lo que me estaba sucediendo. Mire la hora en mi celular. Faltaban tres minutos. Juguetee con mis dedos esperando relajarme, siempre lo hacia y siempre funcionaba, pero aquel día, desde aquel maldito día ho había nada que me calmara. La campana sonó y mis nervios aumentaron. Me pare de mi lugar, me acomode mi cabello y salí corriendo de la clase. Nadie me siguió, mi mejor amiga no había venido, así que eso me relajaba un poco. Todas las personas empezaron a caminar hacia sus talleres, muchos con sonrisas de oreja a oreja mientras que otros –como yo- estaban muriendo de los nervios. Camine a través del mar de estudiantes hasta que llegue a la salida, me estaba debatiendo entre salir y mandar todo a la mierda o dirigirme a mi primera clase. Saque una moneda y como si mi destino se tratara de nada mas de suerte, lance la moneda al aire. Cara y me quedaba, y sello era que me iba. Atrapé la moneda en el aire y una vez que estuvo entre mis manos la vi. Genial, me quedaría. Camine por el campus con un no tan buen humor, pase por el equipo de básquet ignorando todas las idioteces que gritaban hasta que llegue a la biblioteca. Me acerque a una de las ventanas cuidando que no me vieran para poder espiar un poco de lo que hacían. Todo se encontraba en orden, todos se encontraban igual que estatuas. Tome una bocanada de aire y entre. Al abrir la puerta se hizo aquel típico sonido cuando abres la puerta de una cafetería. Las miradas se centraron en mí, pero una hizo que llamara mucho más mi atención: Austin. Él se encontraba con un libro en las manos, pero al verme dejo lo que leía y centro su mirada en mi como si no creyera lo que estaba mirando. -buenas tardes. – salude a los que se encontraban allí. Busqué una mesa libre y me senté allí. Todos los presentes volvieron a hacer lo que mejor hacían: leer. Coloque mis brazos en la mesa y juguetee con mis dedos esperando que pasara el tiempo, pero este se hizo mucho más largo. Empezaba a desesperarme. -genial, todos se encuentran aquí. – una voz me saco de mis pensamientos. Levante la mirada con una sonrisa de oreja a oreja al ver a la profesora cruzar el umbral de la puerta. – buenos tardes alumnos, empezaremos con la presentación. ¿algún voluntario? – Y como era de esperarse nadie se ofreció, simplemente se hundieron en sus asientos esperando que alguien tuviera las agallas para levantarse. -bueno al ver que no hay nadie, empezaremos por los nuevos... - dijo sonriendo en mi dirección. – porque no empiezas tú. – Todas, absolutamente todas las miradas se centraron en mí. Quise hundirme en mi asiento, pero no lo hice, me quede allí esperando a que alguien dijera que quería participar, pero al ver que nadie hizo eso, me levante de mi lugar. -yo soy Christine Steven. – dije simplemente. Me sentía como cuando tenía 10 años y me obligaban a socializar con las personas. La profesora me observo esperando que dijera algo más, pero no lo hice, y ella al ver eso, hizo las típicas preguntas: - ¿Cuántos años tienes? – pregunto. - 16. – respondí en un susurro casi inaudible. Los nervios me estaban consumiendo. -¿color favorito? – ¿acaso importaba? -celeste. – -vamos Christine, no seas tímida, háblanos más sobre ti, tus pasatiempos, tus gustos...- dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Qué se suponía que tenía que decir? ¿se suponía que decir que me gustaba leer? -me gusta ver películas y escuchar música, me gusta caminar sola para pensar en mi misma, me gusta tomar fotografías, me gusta... - deje la frase en el aire, no sabía que más decir. Salí de mis pensamientos y volví a centrar la mirada en todas las personas que me miraban. - ¿Cuál es tu libro favorito? – pregunto ella con una sonrisa casual. No se cuál fue mi reacción, no se cual cara puse, pero de lo que estaba segura era que no era ninguna amigable. Aquella pregunta me había dejado helada ¿tenía que decir lo mismo que en la ficha? -yo antes de ti. – dije en apenas un susurro. No le di oportunidad a que preguntara más simplemente me senté. -siguiente. – dijo ella señalando a una chica que se encontraba al lado mío. Ella hizo lo típico, me entere que se llamaba Thais. Luego lo hizo otra chica y después otro chico, y así siguió hasta que llego a donde se encontraba Austin. - mi nombre es Austin Mahone, tengo 16 años, me gusta... ¿el color n***o? Mi pasatiempo favorito es leer, me gusta escuchar música mientras lo hago, me gusta pensar que puedo llegar a otros mundos. Mi libro favorito es "el retrato de Dorian Gray" – Vaya, así que le gustaba los Grey. Cristian Grey. Papacito. -y no, no trata nada acerca de Cristian Grey y Anastasia, es un libro completamente diferente. – agrego al cabo de unos segundos. Joder, yo me ilusione. Austin volvió a sentarse mientras que las demás personas empezaron hablar entre ellos. Quise hacer lo mismo, quise hablarle, pero simplemente sentí que estaba en esos días que no tenía ganas de hablar con nadie ni ver a nadie. Al ver que me quedaría callada, saque mi celular y coloque un poco de música con la intención de relajarme. -alumnos, este año las cosas cambiaran un poco. Nosotros tenemos la gran labor de crear la obra teatral para el aniversario de nuestro colegio, ya saben, puede ser de cualquier tema, puedes... puedes hacer lo que se te venga en gana. – explico con una gran sonrisa. - ¿eso no lo tendría que hacer el taller de teatro? – pregunto un chico que llevaba una sudadera azul. La maestra negó. - este año todos los talleres nos vamos a unir para hacer una feria después de la noche de gala, así que para que todo salga bien también tenemos que ayudar en esto. – Vaya, haríamos algo como el "stand de besos" -es individual ¿Cómo se supone que leerá todo y elegirá al mejor para después volverlo libreto? – dijo un chico detrás mío. No gire, simplemente espere a la respuesta. - esto es lo diferente, será en parejas. La mejor novela tendrá un premio, podrá imprimir algunos ejemplares y será vendido en la feria, también si tiene un poco de suerte y es muy buena podrá ser llevada a una editora. – dijo con emoción. Todas las personas empezaron a susurrar cosas entre ellos, no entendía que era lo que hablaban, pero estaba segura que era acerca de la famosa publicación. -¡seremos pareja! – gritaron dos chicas, luego otras hicieron lo mismo, los chicos por su lado también lo hicieron hasta que simplemente me di cuenta que estaba sin pareja. - maestra... - dije en un susurro casi inaudible. Me sentía como aquellas niñas rechazadas de primaria que nunca encontraban a nadie con quien trabajar.-yo no tengo pareja. – avise. Ella me sonrió como solo una madre sabe hacerlo. - no te preocupes, aun faltas parejas por formar. – dijo ella. – vengan los que no tienen pareja. – Las personas llamadas se colocaron en un círculo alrededor de la maestra y mío. En total eran cuatro –contándome a mí –. Había una chica que parecía gotica junto con otra chica que se parecía un poco a ella, y la tercera persona era Austin. -tienen dos segundos para formar parejas. – dijo la maestra. Y antes que pudiera decir alguna palabra aquellas dos chicas dijeron que eran pareja. Aquello significaba una sola cosa: Trabajaría con Austin. Lentamente mire a donde Austin se encontraba. Tenía el peso apoyado en una pierna, llevaba una sudadera negra junto con un gorrito n***o que hacia resaltar su rostro y aquellos labios carnosos. -perfecto. Mañana nos veremos para empezar con la historia. – dijo la maestra sacándome de mis pensamientos. Todos se levantaron de su lugar tomaron sus cosas y se largaron, mientras que yo aún trataba de tramitar lo que acababa de suceder: Haría un trabajo con Austin ¡con Austin Mahone! 
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