Mi Vecino

P.O.V. Christine  Hace años... De todas las formas en las que pude idear un encuentro "casual" con mi querido y amado crush, se me ocurrió la mas ilógica y obvia.  Desde pequeña me enseñaron que el chico siempre era que se tenia que acercar, que el tenia que hacer todo porque nosotras las mujercitas solo debemos esperar a que ellos vengan, pero... ¿saben que? Aquello me parecia una completa estupidez y muestra de machismo por mis padres ¿por que nosotras no podiamos hacerlo? ¿acaso nosotras no teniamos las agallas para hacerlo? ¿y si el chico que te gusta era timido? ¿te quedabas de brazos cruzados?  Pues aquello es lo que me sucedia a mí.  El chico que me gustaba era completamente timido y nadie entendia porque, siempre desde pequeño tenia aquella mania de alejarse de los demas, de ser el mas callado de toda la clase.  Ustedes se preguntaran como es que me llegue a fijar en él, pues era simple. Él era el unico chico en toda la escuela que no hablaba mas de ninguna chica, siempre trataba a las personas por igualdad y no tenia ningun tipo de prejuicio por las chicas rubias. ¿que? ¿acaso nunca escucharon todo lo que hablan de las chicas rubias? Pues en mi escuela "Talent High School" siempre se dedicaban de hablar de aquellas dos gemelas que se odiaban a muerte con una chica rubia, bueno, pero eso no es el tema, lo que importa aqui es que desde aquella chica que si mas no recordaba se llamaba Kate, todas las personas empezaron con aquellos tipicos prejuicios de las chicas rubias. Si, lo se, suena una completa estupidez, pero asi eran en mi escuela.  Simplemente se alejaban de mi porque creían que yo era una puta mas. Primero no entendía porque lo hacían, pero conforme me fui acostumbrando a mi nueva escuela escuche todas las historias y pues, entre ellas la mas resaltante era la de un tal Zayn y dos chicas Kate y Meredy. Era un triangulo amoroso y pues, lo peor era yo me apellidaba igual que Kate, y eso hacia que el odio hacia mi crezca un poco mas.  Tome un poco del café que tenia en la pequeña taza color rosa. Espere a que Austin terminara de beber su cafe, le tome una pequeña foto, tenia millones de él, pero necesitaba una mas para mi coleccion. Era principio de año y me habia propuesto a mi misma hablarle, al fin y al cabo era principio de secundaria y estaba mas que segura que si él me rechazaba se olvidaria todo a fin de secundaria.  La mirada de Austin se encontro con la mía, millones de emociones llegaron a mi en el momento en que una sonrisa se asomo por sus labios, sabia que era una insignificante sonrisa, sabia que tal vez él habia regalado demasiadas, pero para aquello era lo mejor que me hubiera podido pasar. Austin Mahone me estaba sonriendo. Se levanto de su lugar y empezo a caminar en mi dirección, el corazón me latia a mil por hora, estaba mas que segura que moriria de un paro cardiaco. Camino un poco mas y justo cuando esstaba por sonreír igual que él, Austin cambio de dirección a algo que se encontraba detras mío. Carajo.  Lentamente con los animos en el piso di la vuelta para ver quien era la persona que se encontraba detras mío y al ver aquella chica de cabellos castaños todo mi cuerpo entero se quedo completamente helado. Era Helen. Mi mejor amiga, bueno, no mi mejor amiga, era todo lo opuesto a ello.  Desde que llegue a la ciudad Helen se habia encargado de hacerme la vida imposible tanto que tuve que ir a terapias para mejorarme. Fulmine con la mirada a Helen al verla alejarse con Austin, no me aguante demasiado y me levante de mi lugar, me coloque la gorra y los lentes para continuar con mi camino. A lo lejos vi a Helen junto con Austin, ambos reían y aquello hizo que mis celos aumentaran mucho mas. Tome una bocanada de aire y camine en direccion a ellos, pero claro que me escabullí para que ellos no me miraran.  Helen llevaba un vestido rosa que combinada a la perfeccion con su hermoso cabello castaño, lo reconozco, su cabello era hermoso.  - ¿que haces? - una voz me saco de mis pensamientos. Lentamente con los nervios de punta levante la vista para ver de quien se trataba.  Era Jane.  Una sonrisa se formo en mis labios al verla. Le indique que se sentara, luego señale a donde se encontraba Austin con Helen. Ella nego con la cabeza. - ¿acaso no sabias? - preguntó señalando a ellos. - ¿que?- articule lo mas rapido que pude.  - ellos eran novios, y ahora estan tratando de recuperar su relación. - explico con toda la tranquilidad del mundo. Algo dentro de mi se rompió, aquello si que no me lo esperaba. De todas las cosas que me hubiera podido decir Jane aquella era la menos lógica que había encontrado.  -¿estas segura? - pregunte con un hilo de voz.  Una carcajada escapo de sus labios. - hubieras visto tu cara. - dijo entre risas.- ellos solo estan haciendo un trabajo. -  - ¿segura? - pregunte temerosa de la respuesta. Ella asintio. Volvi la mirada a donde ambos se encontraban, Austin tenia un libro en las manos mientras que Helen tomaba apuntes.  Solte un suspiro, me alegraba que Austin no estuviera con ella.  Estuvimos alli por mas de una hora esperando a que ellos se fueran, pero al no hacerlo Jane y yo nos fuimos a hacer compras, compramos demasiada ropa tanto que no pudimos irnos en bus, tuvimos que pagar para un taxi que para mi mala suerte se malogro y termine a dos cuadras de mi casa.  Volvi a soltar un suspiro lleno de frustración, sinceramente odiaba hacer ejercicio y mucho mas cuando tenia que cargar peso.  El viento soplaba en mi rostro, cerré mis ojos al ver que una suave brisa llena de polvo se acercaba. Di algunos pasos con cuidado que no cayera, pero aquello fue inevitable justo en el momento en que levante el pie derecho, pise mal y caí al piso como un costal de papas.  Un gemido adolorido salio de mis labios, coloque mis manos en el pavimento para poder levantarme, una vez que lo hice me coloque de rodillas y empece a recoger toda la ropa que estaba regada por el suelo.  - ¿necesitas ayuda? - una voz que conocia a la perfeccion me saco de mis pensamientos y como si de un sueño se tratara aquella persona se puso de rodillas y me ayudo a recoger todo.  Ninguno de los dos emitio una sola palabra, lo unico que se podia escuchar era mi corazon bombardear a mil por hora.  - gracias. - dije rompiendo el silencio. El chico me observo con una hermosa sonrisa para luego asentir lentamente. - si quieres te ayudo con esto. - dijo él tartamudeando. Sus mejillas se sonrojaron haciendo que me dieran unas ganas tremendas de correr y abrazarlo. - no hay problema... vivo cerca, no es necesario.- dije encogiendome de hombros mientras le regalaba una pequeña sonrisa.  - lo se, vives al lado de mi casa. - y aquello me dejo completamente helada ¿Habia escuchado bien o era parte de mi imaginacion? Austin Mahone me habia notado, sabia de mi existencia y eso de alguna forma me volvia completamente loca.