CAPÍTULO 2.-4

1628 Palavras

–¿Y qué más la dijo ese cura?, ¿y usted le conocía? –¡Claro, es el de mi parroquia!, ¡claro que le conozco ya desde hace muchos años!, él fue el que enterró a mí marido, ¡bueno, ya me entiende!. El que le dijo las misas y todo eso, ¡claro que me conoce!, y sabe que yo de la cabeza ando bien, aunque creo que él en esos momentos lo puso en duda. –¿Por qué piensa eso? –¡Anda!, porque me hizo unas preguntas muy raras. –¡Raras!, ¿qué clase de preguntas? –Pues sobre qué día estábamos, cómo me llamaba, dónde vivía…, no sé, cosas así. –Y usted, ¿qué hizo? –continuó preguntando Flora. –Pues ¿qué quiere usted que hiciera?, ¡responderle!, hasta que ya me cansé y le dije que dejara de hacerme exámenes que eso no me iba a aclarar por qué me había sucedido. –¿Y él qué la dijo? –Pues que nunca e

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