0. Ver lo que no debía.

1008 Words
En el momento en que nuestros ojos se encontraron, jadeé de horror. Estaba segurade que lo que ví, no debía de haberlo visto nunca. Sus ojos me lo confirmaban. Esosojos verdes que de principio me cautivaron como una polilla yendo haciala luz, ahora me hacían estremecer de miedo. Mis piernas empezaron a trabajar antes que mi mente porque, de repente, estaba corriendo por el miedo. Sentí un hormigueo en las extremidades y mi corazón latía tan rápido que en realidad me dolía. Ni siquiera respiraba mientras corría tan rápido lejos de él y de lo que acababa de presenciar. No sabía a dónde ir, qué hacer. Todo lo que supe fue cuando escuché sus pasos en algún lugar de mi camino, el pánico puro comenzó a ahogarme. La correa de mi cámara me quemaba en la parte posterior de mi cuello sudoroso, la base del dispositivo golpeaba contra mi estómago mientras corría por este lugar detrás del escenario sin ninguna dirección de cómo salir. Esperaba ver a otra persona, a alguien a quien acudir en busca de seguridad. Me vio ver lo que él y los otros miembros de la banda acababan de hacer, y ahora no tenía ni idea de lo que me iba a hacer ahora que lo sé. Creo que me va a matar. Terminaré capturada, seguramente no se tocarían el corazón conmigo... No después de lo que ví, de lo que se suponía nadie se debe enterar. Podía escuchar los rápidos latidos de mi corazón mezclándose con el escalofriante eco de sus pasos pesados acercándose a mí. No gritó mi nombre ni me indicó ninguna señal verbal para que detuviera mi huida; solo me estaba siguiendo en silencio. No sonaba como si estuviera corriendo, sonaba como si estuviera caminando. Corría tan rápido como podía sin sentido de la dirección, pero sus pasos tranquilos nunca dejaron mis tímpanos, el hecho de que se estuviera tomando su tiempo hizo que todo esto fuera mucho peor. Mis terrores de protagonizar una película de terror se estaban volviendo realidad y, por cierto, tenía la fuerte sensación de que estaba al final de mi historia. Estaba cerca. Mi mente neblinosa me lleva por un largo pasillo, viendo un par de puertas dobles de acero n***o con un letrero rojo de salida que ilumina mi libertad encima. Mis piernas inestables se mueven tan rápido como pueden hacia esas puertas que me lleven fuera de este edificio y, con suerte, al mundo público. Mi garganta se enganchó por mi respiración entrecortada mientras mi sangre bombeaba tan rápido que sentí como si pudiera desmayarme. Perdí todo sentimiento en mis manos, estaban heladas, pero sudando al mismo tiempo. Estaba tan cerca de la puerta, pero él estaba mucho más cerca de mí y podía sentirlo. Una vez que dobló por este pasillo, sus pasos se reanudaron porque sabía que estaba cerca de la salida. Quería gritar pidiendo ayuda como te enseñan en la escuela, pero nadie te prepara para el hecho de que el terror puro podría paralizarte para el uso de tu voz. Mi cuerpo choco contra la impenetrable puerta de acero, más fuerte de lo que esperaba. Los pasos se hicieron más rápidos, más pesados y cercanos. Justo cuando mi mano temblorosa alcanzó la fría manija plateada de la pesada puerta, la abrí solo lo suficiente para que entrara la brisa hasta que una mano grande detrás de mí se dio la vuelta para golpear la superficie. Grité cuando la puerta se cerró de golpe, la mano junto a mi cabeza cubierta de anillos, tinta y sangre. Mi cuerpo era un desastre tembloroso ya que estaba atrapada entre la puerta y su cuerpo detrás de mí al que me negué a darme la vuelta y mirar. No me estaba tocando de todos modos, pero podía sentir lo cerca que estaba. Me atrapó. Desde el primer instante, yo no tenía escapatoria y él lo supo, porque jamás actuo nervioso, me tenía en donde me quería y eso es lo que más me lleno de ira, miedo y dolor; jamás tuve una oportunidad real. Sacudí mi frente contra la puerta fría, el calor de su cuerpo irradiaba cerca de mi espalda mientras estaba aterrorizada de lo que iba a hacer. Ni siquiera podía pensar con claridad, estaba tan asustada. No dijo una palabra, solo silencio mezclado con mi tórrido aliento cortante que exudaba de miedo total. Empujándome lo más cerca posible de la pared, quería estar lo más lejos posible de él. Mi frente estaba presionando contra la puerta dura y mis ojos estaban cerrados por el terror. Los pensamientos que estaban erradicando mi mente nublada no eran más que pura miseria y miedo. Mi cámara se clavaba dolorosamente en mi estómago porque estaba tan apegada a la puerta, solo para mantener un espacio de su pecho detrás de mí. ¿Por qué no decía nada? Su mano carmesí todavía estaba presionada contra la puerta junto a mi cabeza, podía sentirlo incluso con los ojos cerrados. Su cuerpo todavía no tocaba el mío en absoluto, pero eso casi me puso más nerviosa. Sabía que estaba muy cerca, probablemente solo mirando la parte de atrás de mi cabeza. No tenía ni idea de lo que iba a hacer, sentí que me iba a matar. Pero cuando me concentré con mucho cuidado, pude oírlo y sentirlo respirar. Eran respiraciones profundas lentas y casi silenciosas, resonando por su nariz. Su aliento chocaba con la parte superior de mi cabeza. Mantuve los ojos entrecerrados en un trauma absoluto que inundó mis pulmones como agua hirviendo. Mi cuerpo estaba lleno de sudor, estaba indefensa. No sé por qué no estaba diciendo nada, tal vez estaba tratando de decidir qué hacer conmigo ahora que sabe que yo sé lo que hizo. —Parece que ahora tenemos un verdadero problema, ¿no? —dijo, con la voz impregnada de sarcasmo. Ahí supe que acababa de meterme de lleno en la boca del diablo. Aún cuando me lo advirtió, como una estúpida caí en sus redes. ¿Qué haría conmigo ahora?
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