🌟 TIFFANY 🌟 La camioneta se detuvo frente a un rascacielos imponente, un coloso de cristal que parecía perforar las nubes. Kevin, un caballero en toda regla, me hizo un ademán para que bajara primero. Un pensamiento fugaz me cruzó la mente: si todos los hombres fueran así, el mundo tendría menos solteras. Incluyéndome. Entramos y subimos en un ascensor privado. La puerta se abrió directamente a su oficina, un espacio que reflejaba la personalidad de su dueño: minimalista, lujoso y con una vista panorámica de la ciudad. —Toma asiento —dijo, señalando un sillón de cuero. —Quiero que leas el contrato. Si hay algo que quieras discutir, solo subráyalo. Mientras tanto, pediré café para los dos. —Se lo agradecería mucho. Tengo un dolor de cabeza horrible. —Tengo unas pastillas que son genia

