**KEVIN** Un grupo de chicas pasa riendo a mi lado, y dos de mis guardaespaldas no permiten que nadie me toque. Ellas estaban completamente ajenas a mis preocupaciones, viviendo su noche como si no existiera nada más. Por un segundo las envidio. Esa ignorancia, esa capacidad de simplemente existir sin el peso de secretos mortales. Apuro el resto del whisky y golpeo el vaso contra la barra, pidiendo otro con un gesto. La noche es joven, y aunque todo parece brillar a mi alrededor —las luces, las sonrisas, el glamour superficial de este lugar—, siento que una tormenta se avecina. Una de esas tormentas que arrasan con todo, que no dejan nada en pie. Y lo peor es que creo que ya estoy en medio de ella. Deseo a mi mujer. Me retiré y regresó a casa, ella tuvo el día libre. Espero que le ha

