Amanda
Desperté un par de horas después, mi hermano se encontraba a mi lado en una silla con su teléfono en mano al igual que nuestros amigos que se encontraban juntos en un sofá, seguía sintiéndome débil y quería irme a casa ya que los hospitales no son muy de mi agrado por lo que estire mi mano hasta agarrar la franela de mi hermano y darle un fuerte tirón haciendo que se girará hacia a mi y me regalar una gran sonrisa que por supuesto le devolví.
-¡mandi! al fin despiertas.-dio un pequeño gritó llamando la atención de nuestros otros acompañantes quienes no dudaron en levantarse y venir a mi.
-oh Dios por fin despiertas, nos tenías tan preocupados.-Jane siendo la dramática que es se arroja encima de mi en un abrazo que me corta la respiración.
-Jane me ahogas.- es lo único que logro
