Capítulo 7

1315 Words
Cristine En este momento no estaba para juegos, el había molestado con el hecho de recordarme esa noche que ni siquiera lo pensé dos veces y el libro golpeó su lado izquierdo del rostro, un jadeo de dolor se escucho y sonreí satisfactoriamente. Pero automáticamente me arrepentí al ver como comenzaba a sangrar pues aunque no era una cortada tan profunda si había traspasado la piel. Su rostro se contrajo y en lugar de burla apareció ira en sus ojos, sabía que algo no andaría bien y había sido mi culpa. Toco la herida y miró sus manos notando la sangre que le había salido, se puso de pie y salió sin decir nada, yo tampoco dije nada, no me disculparia, primero debía hacerlo el por tenerme aquí a la fuerza. Me puse de pie y recogí el libro estaba pesado, había tomado uno de los más grandes que había por lo que no sabía cómo había había logrado lanzarlo pero sonreí. En ese momento la puerta se abrió y nuevamente el apareció con algo en las manos, automáticamente retrocedi topando con la cama. -Te dije que pagarías las consecuencias de tus acciones- menciono antes de cargarme y arrojarme a la cama -Sueltame- grite y trate de golpearlo pero el no me escuchaba, me dejó caer boca a bajo y sentí como un metal pasaba por mis manos atandolas en mi espalda- ¿Qué haces? Déjame- me moví y patalee cuando sentí otro metal en mis pies justo en mis tobillos, estaba encadenada y eso no me gustaba para nada- ¿Eres un loco? Maldito idiota- grite enojada y el sonrió ladino -¿Yo soy un loco?- rio con sarcasmo- ¿Quién me golpeó con una enciclopedia? - rodé los ojos -No es mi culpa que tu cabeza esté hueca y no reteniera el golpe- bufé molesta y me moví a modo de levantarme y sentarme en la cama- Sueltame idiota- demande y el nego -Lo haré cuando esto sane- señaló su herida y se puso de pie -No vas a dejarme asi- grite cuando el se acerco a la puerta -Pueda que si te deje así, además no vas a comer hasta mañana- abrí los ojos sorprendida -¿A caso estoy en la cárcel? - pregunte de burla- Ni en el infierno te tratan como tu lo estás haciendo- trate de ponerme de pie pero era imposible no podía mover mis piernas y estaba segura de que me dejaría marcas -Pues si estamos en el infierno nos vamos a quemar juntos castañita- me guiño un ojo y salió, bufé realmente molesta ¿A quien se le ocurre lanzarle un libro a la cara? La respuesta era simple a mi y he aquí las consecuencias. El resto del día la pase en la misma situación, pero podía moverme un poco en la cama, me acostaba me sentaba, cambiaba de posición para no cansarme. Pero ya estaba arta, fastidiada 4 horas en la misma situación ya me estaba fastidiando. Unas horas después la puerta se abrió y William entró con una bandeja de comida, por lo que lo mire confundida, había sido claro en que no comería nada hasta dentro de varios días. -No puedo comer sabiendo que no has comido nada- menciono mirando mis manos encadenadas -Come tranquilo que no quiero nada- voltee mi rostro hacia la pared evitando su mirada y el bufo -No te estoy preguntando- menciono fastidiado- Así que come- ordenó y me extendió la bandeja -Claro puedo comer por mi misma- mencione con sarcasmo- No quiero nada necesito que me sueltes- mencione enojada y el sonrio -No te voy a soltar, abre la boca- extendió el cubierto con comida y suspiré rendida, de verdad tenía hambre pero soy demasiado orgullosa para decirlo. Cómo en silencio pero demasiado incómoda, no estaba acostumbrada a que alguien más me alimentará, las únicas personas que lo hacían era mi padre y Adriana. Mire por un momento su semblante, en realidad no era un hombre feo, y tampoco lo considero un mal hombre, al contrario parece que ha optado por esa postura por su pasado -¿Qué ocurre? - pregunto serio y yo aparte la mirada -Ya no quiero- mencione y el asintió dejando todo en la bandeja -De acuerdo, te dejaré así hasta mañana, a menos que quieras ofrecerme una disculpa- señaló su frente y yo negué -No voy a disculparme por eso Adams, déjame así toda la noche si es lo que quieres pero de mis labios no va a salir esa palabra- lo rete y el sonrió -Pareces una leona esperando para atacar castañita- se puso de pie- mañana le hablaras a Adriana y le comentaras la situación, le pedirás que venga a buscarte- pase saliva nerviosa -Y si no que- mencione y el sonrió con maldad -Sabrás lo que es estar en el verdadero infierno- menciono- Así que tu decides, la llamas o la que pagará las consecuencias serás tu- se puso de pie y se acerco a la puerta. -Esta bien, lo haré- mencione y el asintio -Perfecto, si mañana haces un buen trabajo creo que podrás quitarte las cadenas de las manos- me guiño un ojo y salió de la habitación. Tomé aire varias veces, no haría lo que me pide, no molestaría la felicidad de mi amiga y mucho menos seria la responsable de poner en riesgo a mi sobrino, a mi principio Leo y mi muñequita Emma, no podía hacer eso. Pero tampoco quería seguir aquí, debería idear un plan, debía planear como escaparía de aquí, como podré alejarme del diablo que tengo en esta casa. Nuevamente el sueño no fue mi gran amigo, dormí solo tres horas en toda la noche, pero a cambio esta vez ni siquiera pude leer o ver la televisión, pero si vemos el lado bueno logre descifrar un plan, tal vez sea un poco arriesgado pero estaba dispuesta a intentarlo. No tenía idea de dónde exactamente estaba, no sabía si era un lugar en la sierra, o en la ciudad, pero de algo estaba segura, no podía salir del país, no si no lo hacía por voluntad propia. Pero lo único que necesitaba era llegar a la calle, de ahí correría hasta donde dios me diera a entender. ...... -Llegó la hora- William entró a la habitación cuando apenas estaba conciliando el sueño -Deja dormir- me queje- ¿En esta casa no se duerme tranquilo? - pregunte y el aclaro la garganta -Yo duermo estupendamente bien, pero parece que tu no- se acerco para abrir las cadenas que había puesto en mis manos. Automáticamente me acaricié las muñecas, las tenía rojas debido a la presión que me ocasionaba en la piel -Quítame también la de los pies, me duelen- mencione fastidiada y el me miró dudoso -¿Qué planeas? - pregunto y yo negue -¿Qué puedo planear cuando estas enfrente de mi? - pregunte y el se encogió de hombros -No quiero juegos Cristine- sentenció y extendió su mano con el celular -Tendrás que esperar un poco, quiero ir al baño- lo mire y el elevó una ceja- no me mires así, debo ir - lo señale- si no confías en mi esta bien, cuida el móvil en lo que regreso- suspiro y asintio -Ve y no tardes- me puse de pie estirando mis piernas y camine hasta el baño. Cerré la puerta y me dispuse ha usarlo, lave mis manos y mi rostro, tenía ojeras de eso no había duda, suspiré y acomode mi cabello, también me cepille los dientes y abrí la puerta lentamente. William estaba sentado en la cama dándome la espalda, mire la puerta y rogué para que estuviera abierta y camine lentamente hasta la puerta y gire la manivela que suerte mía estaba abierta -¿Qué haces? - grito al verme y automáticamente la abrí y cerré para salir corriendo.
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