Otro demonio disfrazado de ángel

12-Ojalá revelen algo

Los tres hermanos se encontraban sentados alrededor de la mesa de la cocina, el ruido del agua hirviendo para el café quedaba lejana en medio del debate que se formaba.

-Malli o Morrison, empecemos por uno de esos, son los más evidentes.-Proponía Alessandra

- Y los únicos que tenemos.- Añadió de forma amarga Damian

- Dos es mejor que cero .-

- Y un padre presente es mejor que uno desaparecido querida, si nos vamos a poner optimistas y tratar de ver el lado bueno de todo empecemos por ahí, ¿No sería lo lógico?-

- Basta los dos, parecen un par de críos, vamos a hacer algo.- Interrumpió la discusión Valentino - Voy a tirar una moneda al aire, si sale cruz investigamos primero a Malli, si sale cara a Morrison, ¿De acuerdo?-

- Y nosotros somos los que hacemos niñadas.- Dijo al Aire Damian mientras sus ojos giraban para ponerse en blanco

- No son niñadas, se llama azar.- y terminando la última palabra, tiró la moneda al aire. Los tres vieron como aquel círculo de metal volaba alto, tan ligero, pero todo lo que sube tiene que bajar, y así lo hizo.

La moneda cayó con un ruido seco sobre la mesa, Alessandra, Valentino y Damian se miraron antes de ver el resultado, asintieron en un acto que pareció organizado, y bajaron la mirada.

Cara, la cara de la moneda les devolvía una vacía mirada.

- ¿Quién era cara?-

- Damian, ¿en serio no prestaste nada de atención?- Lo retó Alessandra

- ¿Alguna vez vas a dejar de retarme?-

- Juro que me gustaría no hacerlo, pero es que no me la dejas fácil, eres peor que un niño, miento, creo que un niño prestaría más atención.-

- Disculpa si mi grado de atención te molesta, a mi me molesta tus…_

- SE CALLAN EN ESTE MISMO INSTANTE.- Rugió Valentino

Con cara de perro rabioso, cansado de escuchar infantiles peleas, se dirigió a sus hermanos

- Cara, Morrison, ¿Se entendió?-

Con miedo a articular una palabra, y aumentar la cólera de su hermano, el dúo asintió

- ¿Por dónde empezamos?-

- Alessandra, ve a hablar con el niño rico, yo hablaré con Tania, y tu, Damián, trata de hablar con Rosa, si hubo amenazas entre Padre y George Morrison, ella lo sabrá.-

- Ojalá revelen algo.-

Al terminar la conversación, acordaron encontrarse en el mismo lugar, 5 horas más tarde

Damián P.O.V

Decidí que tomar un baño antes de intentar sacar información de Rosa, iba a ser un movimiento acertado.

Caminé rumbo a mi habitación, pasando junto a unos cuantos retratos familiares, siempre me había llamado la atención uno en específico. Nuestras figuras infantes se paraban con cierta ternura, cierta inocencia que se había dispersado a lo largo de los años, como una nube gris que amenaza con tormenta, y al final queda como eso, una simple amenaza.

Sin prestarle mucha más atención de la necesaria, continúe mi camino para darme una ducha. Abrí el grifo, esperando que el agua se entibiara mientras me desvestía.

Al pasar la camisa por sobre mi cabeza, porque nunca tenía la paciencia de llegar hasta el último botón, dejé al descubierto mi torso desnudo.

Recuerdos azotaron mi mente, todas aquellas pequeñas cicatrices me remontaban a mi adolescencia, donde una bestia salvaje con hambre voraz, y sin una pierna, era menos torpe que yo, sonreí para mi mismo.

Cicatriz que iba desde el hombro derecho hasta la mitad de mi clavícula,intentando pasar un alambre de púas, mi camiseta quedó atorada, junto a mi piel, un mes entero tardó en cerrar la herida, abriendo paso a una línea irregular en su lugar, que con el tiempo dejaría de ser rosa, y pasaría a ser blanca, casi imperceptible.

Así hice con cada uno de sus recuerdos de accidentes, pasó desde mi cuello, hasta mis rodillas, llenas de manchas culpa de tantos raspones que el suelo había tenido la bondad de regalarme.

Al cabo de 10 minutos, finalmente ingresé a la ducha, al primer contacto de su piel con el agua, sintió que todos sus pensamientos que tanto lo agobiaban, cayeron junto al agua, para terminar en el desagüe.

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