La abuela nos cuenta anécdotas de su vida en Alemania, ella sienore ha sido una mujer extrovertida y los años nunca han sido impedimento para ella hacer lo que quiera. Cuando crezca, quiero ser como la abuela Dorys. —Y mi cuarto novio, ese era un hombre de verdad —dice la abuela dramatizando— fuerte, inteligente, alto, tenía unos ojos azules preciosos. —¿Y cuántos años tenía abuela? —Cuarenta —nos reímos— ¿qué? Dudan que esta vieja aun atraiga a los jovencitos. —Para nada, Dorys. —Más vale, y ustedes, dime que ya tienes novio Cassie, o mi estadía aquí será para que eso cambie. —Tenía uno y lo botó —le dice Hanna y la miro mal— ¿qué?, es cierto. —¿A ver, por qué? —No lo boté, yo... ¿sabías que Marco y Hanna se gustan, abuela? —ahora ella me mira mal a mi y yo río con ganas. Eso, d

