Efectivamente cuando le pregunto esa tarde a papá sobre su invitado me confirma que se trata de Dante. Ese bendito hombre parece haber entrado en mi vida por la puerta ancha y no acabo de verlo saliendo de ella, es una auténtica locura.
Todavía siento mi sexo hambriento cuando me baño. Supongo que el orgasmo de antes no fue suficiente para calmar mi deseo por él. Esto es surrealista.
Hoy es el día libre de Cat y en casa me siento un poco aburrida, pongo música, leo, navego por Internet y más de lo mismo. Absoluto hastío.
Mis amigas están de vacaciones por la riviera francesa y aunque no son la primera opción para mi, a veces incluso las extraño. Con los chicos me meto en muchos líos y a veces, como en el caso de Dante, siento que tiro demasiado de la cuerda y un día me va a reventar en la cara.
Para cuando llega la noche llevo un corto vestido n***o de tirantes, no me pongo sostén y estreno un pequeño tanga aunque me apetece ir sin nada. Me siento ansiosa porque sé que él vendrá y aunque pueda pecar de zorrón, no me avergüenza sentirme como me siento por semejante hombre.
—Por favor que todo salga bien que necesito de ese hombre —mi padre suplica.
Nos pone en fila en la puerta. A mi la última y parecemos la familia real recibiendo a las majestades de otro continente.
—Papá —reclama mi hermano —, deja que el partido lo empiece él. Hazme caso. Él lo empieza y tú lo acabas.
Es una especie de código del que no quiero saber nada. Los tacones me quedan de infarto y deseo mucho que él los vea. Un hombre como ese sabe apreciar este tipo de calzado.
—Han llegado los señores Castle —anuncia Melina, nuestra ama de llaves.
Entonces me atraganto.
¡¿Señores Castle ?! ¿En serio?
¿El maldito está casado y me ha engañado?
Pero en redes dice que no.
¿Se trajo una amante?¡Que canalla!
No tengo tiempo de reaccionar cuando esos malditos ojos se presentan en el salón de mi casa donde parecemos unos pringados esperando a sus majestades.
Papá nos presenta a todos y no puedo dejar de ver a la rubia a su lado. Una mujer hermosa, poco refinada para ser su mujer pero a pesar de todo me gusta ella. Es más natural, más como yo. Sin embargo es suya, y le tiene a él.
—Y esta Camille —finaliza mi padre —...mi hija.
El muy c*****o me toma la mano, hace una reverencia irónica y me besa dejando ardiendo la piel donde impactan sus labios y siento rozar su descarada lengua.
¡Joder con este tío!
No presenta a la chica y creo que está más que claro todo.
Desaparezco escaleras arriba y me lanzo en la cama de mi hermano a tomar un poco de fresco. Necesito algo de espacio. Pasan unos segundos y la puerta se abre.
—Haz el favor de bajar que vamos a cenar ya. Sabes que es importante para nosotros —me riñe mi hermano el fantástico.
—Solo espero que acabe ya esta noche...
Cuando tira de mi me besa la mejilla y se disculpa por algo que aún no entiendo. Al bajar, me queda claro.
Me tropiezo de frente con Max, mi ex.
—Estás hermosa, Cami —me besa en la mejilla frente a todos.
—¿Qué haces aquí?
—Soy parte del negocio de tu padre, no podía dejar de venir pensé que lo sabias —me toma de la cintura y no sé por qué miro a Dante que no se pierde un detalle.
—No sabía nada pero ya conocemos a papá, hace y dispone de mi sin avisarme nunca de nada.
Con Max siempre he podido hablar sin problemas y tenemos una excelente relación a pesar de todo. Pero, ya he dicho que mi intensa y loca forma de ser no va con su estudiada vida y planificado futuro.
Pasamos a la mesa y me pongo el teléfono en silencio sobre mis piernas para no incomodar a papá y poder entretenerme cuando todo se vuelva aburrido para mi.
Todavía no hemos probado el primer bocado de los entrantes cuando vibra entre mis muslos.
*¿Qué hace tu novio aquí? Dijiste que estabas soltera*
Miro a Dante por encima de la mesa y le miro a los ojos al quedarme justo al frente para que sepa que le he leído e ignoro su pregunta.
Charlo animadamente con Max que está sentado a mi lado cuando me llega otro mensaje que en esta ocasión me deja sin aliento
*Quiero que te quitese el tanga.*
"¿Como sabes que llevo tenga?"
No me puedo resistir a responder esta vez. Mi padre habla con Max ahora y mi hermano le cuenta algo a la mujer al lado de Dante.
*¿No llevas nada?*
"Es de mala educación contestar con otra pregunta."
Sonrío esperando el siguiente mensaje y boto la excitación aumentando. Es el efecto Dante.
* Una mujer como tu usa tanga sexy o nada, ,cuál de las dos será?*
"Te vas a quedar con las ganas, ya tienes a quien sacarle provecho. Quítale el tanga a tu amiguita"
En ese momento papá le dice algo a él y me río dejando que una acelga se resbale por mi garganta mientras picoteo mi comida. Bebo vino y me llega un nuevo mensaje.
*Ella es mi hermana pero me encantan esos celos que te erizan los pezones*
Hasta que no lo dice no lo había notado y me muero de la vergüenza. Mi familia está a mi alrededor y este tío sexteando conmigo.
"¡Basta, joder."
*Dame tu tanga*
"NO...ESTÁ MI PADRE AQUÍ "
Le miro y niego con la cabeza. Él suelta un raro gruñido y bebe de su propia copa mientras le vuelve a prestar atención a mi padre hasta que siento el siguiente mensaje llegando.
*Y por culpa de tus tetas no puedo pensar en lo que me pregunta, dámelo*
Entonces todo se va al garete cuando me siento juguetona de nuevo. Somos dos pervertidos perfectos y saber que la chica es su hermana me encanta. No puedo negarlo.
"¡Quítamelo!"
*No me retes*
"No te vas a atrever"
Contesto y me río. Suelto el móvil hasta que veo como entra el siguiente mensaje que reza:
*No me conoces...*
Le veo escribiendo y me quedo esperando a ver que más me pone pero entonces, me sorprende lo que sucede luego de un rato en que no recibínada suyo
.
La luz se apaga de pronto mi padre envía en la penumbra a que revisen qué ha pasado. Papa ordena al servicio que traigan unas linternas mientras y que mantengamos la calma y nadie se mueva.
Entonces noto sus manos subir por mis muslos, abrir mis piernas y con un controlado jadeo mío, me arranca la tela de ambos lados del tanga. En medio del caos, siento la lengua entrar en mis pliegues y me muerdo los labios para no gemir. Está loco y yo caliente con semejante hombre lamiendo mi sexo debajo de la mesa que precide mi propio padre.
—No tengas miedo, amor, ya pondrán la luz —Max me intenta consolar sin imaginar lo que pasa.
Mi ex sabe que odio la oscuridad lo que no imagina es que me están chupando el coño delante de mi padre bajo la mesa del comedor de mi casa.
Entonces se sienten pasos, pierdo la boca que me daba placer entre las piernas y me quedo mojada y sin tanga en el sitio.
*¿Ves que nunca debes retarme?. Ahora dime donde te veo para hablarte de algo un segundo.*
Sin pensarlo dos veces respondo palpitando en mi interior...
"Ve al baño, al final del pasillo, entra en el de la habitación de al lado, y espera, yo iré enseguida."
La luz vuelve de pronto. Y yo le doy una mirada de disculpa a Max que nota que tengo mi móvil y sabe que papá no lo aprueba. Él me cubre mientras me largo y oigo como Dante pide usar el lavabo.
Poco después está en mi habitación, empujándome contra la puerta y besándome como el otro día. Cómo dice que le gusta y a mi me hace estremecer.
–Abre las piernas y súbete ahí —señala mi cómoda y yo obedezco. Me suelta con falta de aire y me detiene un segundo para meter la mano entre mis piernas y comprobar que estoy muy húmeda.
—No sé por qué te hago caso. Estás loco y me estás contagiando.
—Me obedeces porque soy bueno dando órdenes —se pone el condón mientras le miro el grosor importante que maneja —, porque soy fantástico provocando deseo y porque preciosa —camina hasta mi, sube mis piernas en sus hombros y me tumba delante del espejo a nuestra izquierda —, follo que te mueres y estás loca por probarlo y yo también me muero por probar quése siente dentro de tí.
Y joder si no tiene razón.
Es tan alto que mis rodillas se doblan en sus hombros y aún así alcanza mi sexo. Se hunde en mi y me mete dos dedos en la boca para que chupe y no grite.
Entra y sale sin parar a una velocidad que no parece humana y me estremece hasta la médula espinal. Jadeo, él cierra los ojos y su otra mano toca mi clítoris haciendo que me deleite en la cercanía de un orgamso que me obliga a apretarme los pechos, los saco yo misma de mi vestido y los frascos a mi alrededor se caen en la alfombra. Hay un desastre de cosas saltando de la cómoda por la velocidad a la que entra en mi y el bang bang de su pelvis contra mis balgas es una locura adictiva.
—Sabía que me ibas a fascinar, siento ser así de intenso pero tengo que poseerte...juro que...
—¡Cállate, cállate!
No quiero que explique nada. Hacerlo me hace sentir una zorra. Me hace sentir débil y fácil pero, ¿qué hago si me siento exactamente igual que él?
¿Qué hago si cuando le tengo delante, cuando me toca, me provoca o me persigue solo quiero desnudarme como cuando nos conocimos y entregarme?
¿Qué hago si este juego es adictivo y enfermizo?
Tira de mis piernas, las baja con rabia, con desesperación y me lleva contra sí, se apodera de mi boca al tiempo que reemplaza mis manos con las suyas sobre mis pechos y él es mucho más violento para apretar mis duros pezones.
—Me fascinas desde que te vi...necesito saber más de ti, tenerte por horas. Te quiero este mismo fin de semana. Vámonos a Roma. Dime que sí.
Habla tan rápido como me folla y no consigo decir nada. No puedo, me siento implosionar en placer.
Entonces, me carga y me pone contra la pared. Ni siquiera se ha quitado los pantalones y el cinto retumba en el suelo cuando me penetra otra vez y grito en su boca poseída de frenesí. No tenía duda de que follaria de miedo pero esto es una locura. Esto no es humano. No puede serlo.
—Quiero que esta noche pienses en mi cuando te metas a la cama y que imagines como vas a disfrutar si aceptas mi trato.
No sé cómo puede hablar porque yo no tengo aliento. Me corro junto con él y me muerde tan duro los labios que sangro. Gimo y me pellizca las tetas antes de salir de mi, deshacerse del condón y acomodar su ropa. Este tipo tiene una potencia s****l muy fuerte y me temo no estar a su altura.
—Recomponte un poco y enjuágate la cara —me besa los labios con rara suavidad —. Te veo abajo.
—¿Cómo conseguiste que se fuera la luz? —las palabras me salen martilladas pero me oye.
—Mi chófer tiene muchos dones —bromea abriendo la puerta.
—Va a ser verdad que eres Batman...incluso tienes un Robin.
Me pellizca la nariz en un gesto demasiado tierno para un animal como él y sonrío preocupada por el poder de ese hombre sobre mi.
Le hago caso incluso en lo que dijo de recomponerme y cuando me siento lista bajo al comedor otra vez y oigo algo que me recuerda a lo que dijo mi hermano de que papá acabara el partido él.
—Si firmas esa sociedad, mi hija Camille se irá contigo a Australia, ella liderará el proyecto por nuestra parte y sé que pueden pasárselo muy bien.
Todos fijan su atención en mi cuando entro. La humillación en mi rostro debe ser palpable porque nadie dice nada y yo me siento una trozo de carne que le lanzan a un animal hambriento. Un león al que le permiten devorarme para poder entrar en su zoológico.
Avanzo hasta la mesa, tomo mi copa de agua y se la tiro a mi padre en la cara justo antes de salir corriendo de mi casa, entrar en el coche de Robin(el chófer de Dante), que es quien único parece listo para salir enseguida.
No tengo documentos, ni llaves, ni nada más que mi móvil y mi vergüenza...pero incluso con tan poco, me largo en el coche del tío al que acabo de follarme como nunca antes lo había hecho en mi vida.
Supongo que el partido acabó a su favor...se llevó todos los goles. A mi me ha tocado ser el balón.