Como el clima había decidido ser particularmente cálido ese día y ninguno quiso salir y exponerse en el balcón por temor, Rhys convenció a Sadie de mover la mesa que se encontraba en su sala de espera frente de una de las grandes ventanas que ocupaba una pared para disfrutar de la refrescante brisa que entraba. Sí, el joven humano también se sorprendió bastante al descubrir que el espacio que le habían cedido al príncipe Dorian en su estadía contaba con una sala de espera, la cual era prácticamente igual a lo que sería un piso de departamento en el cual se encontraba la sala de estar y el comedor fusionado, antes de llegar a la habitación, la cual tenía una dimensión igual de innecesariamente grande. Prácticamente, era como si se encontrara en un lujoso pent-house donde lo único con lo q

