Capítulo 5

2347 Words
Tirando ligeramente de las cuerdas de su caballo, el príncipe Caspian logró que el gran semental blanco disminuyera su trote hasta un caminar, y finalmente se detuviera una vez entraron en los establos. Bajándose con un ágil movimiento elegante, el alfa dominante acarició el lomo de su corcel y se lo entregó al encargado de su cuidado. —Asegúrate de darle una manzana, fue una buena chica hoy. —Por supuesto, príncipe heredero. Asintiendo satisfecho, el alfa dominante se dirigió a la salida de los establos y se encontró con su mejor amigo Josh, quien también era el encargado de su seguridad, su asistente y la persona en quien más confiaba en Wolf Heart. —Dejaste atrás a tus sombras. El tono de Josh fue tranquilo y severo mientras caminaba junto al príncipe Caspian. —No fue mi intención, Sky tuvo deseos de correr cuando volvíamos —se excusó—. ¿Por qué me estabas esperando? —Recibiste un mensaje en tu ausencia. El alfa rey junto a su luna, solicitan tu presencia en su palacio —informó. Juntando sus oscuras cejas, Caspian le observó. —¿Hace cuánto recibí dicha solicitud? —indagó. —Solo un par de minutos, a lo mucho. Informé que no te encontrabas en el castillo antes de salir a buscarte —explicó. El lobo dominante asintió satisfecho. Alzando una mano, la colocó en el hombro de su amigo y apretó suavemente en muestra de agradecimiento. —Gracias, con suerte no estaré escuchando un sermón sobre la puntualidad. ¿Sabes en dónde se encuentran? —En el jardín de la reina luna. Asintiendo, Caspian en vez de entrar al palacio, utilizó los pasillos del exterior como un atajo para llegar más rápido, con su guardia personal siguiéndole siempre un paso detrás de él. Arreglando su ropa en su caminar, llegó a la zona central que pertenecía a sus padres y pronto salió al jardín de su madre. Rodeado de hermosas rosas de diferentes tamaños y colores, sus padres se encontraban sentados en el interior de un gazebo, el cual tenía una figura hexagonal con pilares de fierro que sostenían un alto techo empinado sobre sus cabezas, protegiéndolos del intenso sol que estaba acosando su isla ese día. Tan pronto como Caspian contempló a los guardias parados alrededor del gazebo, los labios del alfa dominante se apretaron con cierto disgusto de ver como estaban bajo todo el sol de forma innecesaria, ya que dudaba que algún peligro podría atacarlos en el interior del palacio. La seguridad no solo había aumentado y mejorado con el paso de los años, sino que las mismas guerras por dominar otras manadas y sus territorios hacía años que se habían detenido, prefiriendo conservar la paz. —Necesito algo de privacidad para hablar con el alfa líder y su luna, haz que se alejen —ordenó Caspian a su amigo. Asintiendo en un firme movimiento, Josh se alejó y entregó su orden. Inmediatamente, los soldados se alejaron y se refugiaron bajo las sombras que proporcionaban los grandes árboles alrededor de las rosas, anunciando con ello que su amigo comprendió a la perfección su molestia aun si no la transmitió con palabras. Subiendo los tres escalones, su mirada reparó primero en su padre, Jacob Von Kleist quien a pesar de estar en sus sesenta años, seguía aparentando unos cuarenta gracias a su cuerpo en forma. Lo único que delataba su edad, sería su oscuro cabello que tenía unos mechones plateados. Por otro lado, su madre, Heather Von Kleist, teniendo cinco años menos que su padre, seguía manteniendo su apariencia joven con su larga cabellera color chocolate y brillantes ojos de un verde oscuro. —Buenos días, alfa líder, luna —saludó Caspian. —Por favor, hoy te hemos llamado como tus padres, querido, no como los gobernantes de Wolf Heart —expresó su madre con una sonrisa de labios. —Así es, ven aquí y toma asiento con nosotros —indicó su padre con una sonrisa similar a la de su esposa. Sin mostrar su extrañeza ante las palabras de ambos, Caspian tomó asiento frente a ellos y observó en silencio a su madre servir un té helado para él, al mismo tiempo que su padre empujaba unos aperitivos más cerca. —¿Hay alguna razón especial por la cual me han invitado a tomar el té? —indagó. Heather y Jacob se observaron y su sonrisa no hizo más que aumentar en sus rostros. —Te dije que sospecharía tan pronto como tomara asiento —indicó la omega dominante —Y yo que la única forma de que apareciera era anunciando que deseábamos verlo como sus líderes y no sus padres —contestó su esposo. Entonces, la mirada de ambos se posó sobre su hijo mayor. —Hijo, creo que ya es momento de ir hablando sobre tu matrimonio —anunció su padre repentinamente. —Hace tiempo que estás en edad para casarte, y personalmente, creo que ya no es algo que debamos de seguir retrasando —añadió su madre. Dejando su taza sobre el platillo, Caspian observó tranquilamente a la pareja sentado frente a él. —Creí haber dejado claro que tenía otros planes y metas que cumplir antes de pensar en el matrimonio y liderar la manada. Ciertamente, ustedes parecieron entenderlo. —Sí, hace cinco años —indicó Jacob—. Pero el tiempo ha pasado y has logrado todos los planes que propusiste. —Me halaga que crean que ya he cumplido con todo, pero en realidad, aún me faltan muchas cosas que hacer —expresó Caspian, firme—. ¿Por qué este repentino cambio de opinión? —cuestionó directamente. —Nos hemos fijado que últimamente has tenido muchos más cambios a tu forma lobuna que en los últimos años, eso nos preocupa —expresó Heather. Asintiendo como si comprendiera las palabras de su madre, el príncipe Caspian apoyó sus manos en la mesa ante él y entrelazó sus dedos. Con su mejor sonrisa, contempló a la omega dominante. —Gracias por su preocupación, pero es algo innecesario, madre. Correr en mi forma lobuna me ayuda a despejar mi mente, solo se trata de eso —aclaró. —Aun así, el tiempo sigue corriendo, hijo —dijo el alfa líder—. Considerando que ya has cumplido con todo lo que tenías en tu lista, creo que podrías darte el tiempo para al menos conocer al príncipe Dorian y no rechazarlo o echarlo inmediatamente, como has hecho con los otros visitantes omegas. El príncipe Caspian alzó ambas cejas con sorpresa ante las palabras del otro alfa dominante. —Me sorprende que digas eso, padre. Casi suena como si yo hubiera echado de Wolf Heart a tus invitados. —Precisamente eso hiciste —indicó su madre. —No, yo solo les aclaré que no estaba interesado en ellos tan pronto como me di cuenta de que no cumplían con mis estándares para ser la luna de esta manada —aclaró Caspian—. No quería que ellos perdieran su tiempo intentando algo que no lograrían. Y lo mismo ocurre en este caso con el príncipe Dorian. Pero si Caspian pensó que con esas palabras podría convencer a sus padres, claramente se trató de un pensamiento erróneo. —Entendemos perfectamente tu preocupación, razón por la cual investigamos al príncipe Dorian antes de invitarlo a celebrar tu cumpleaños —anunció su madre. —Al igual que nosotros, la familia Bellarose también viene directamente de la realeza, por lo que a diferencia de otros jóvenes omegas, no estará interesado en tu dinero —informó su padre. —Y no solo eso, sino que, al igual que tú, el príncipe Dorian desde pequeño que estuvo en clases de etiqueta, ciencia, historia, matemáticas, administración y todo lo necesario para poder dirigir correctamente a su manada —añadió su madre—. Como verás, está más que preparado para acompañarte como tu luna y ser tu apoyo en tu liderazgo. —Siento que si le das la oportunidad y hablas con él, descubrirás que tienen muchas más cosas en común de lo que piensas —comentó el alfa líder. Fingiendo pensar en las palabras de sus padres, Caspian tomó su taza y bebió del refrescante té helado en lo que ideaba una excusa. —Es una interesante propuesta, pero me temo que no podré cumplirla —anunció finalmente. Inmediatamente, el semblante de sus padres cambió dejando la amabilidad atrás, y siendo que ambos eran dominantes en sus respectivas naturalezas, cierta tensión llenó el gazebo en lo que una presión emitida silenciosamente de sus cuerpos comenzó a surgir en respuesta ante su descontento. Por supuesto, siendo un alfa dominante como ellos, Caspian no se vio para nada afectado con la presión que estos estaban utilizando, a diferencia de los guardias que, siendo simples alfas y betas, instintivamente cayeron sobre una rodilla y bajaron sus cabezas. Josh era el único que se mantenía de pie, y era bastante obvio que estaba luchando por ello. Tan pronto como ciertas feromonas amenazantes llegaron hasta el olfato de Caspian, se irritó tanto como su lobo ante aquel desafío, pero en vez de caer por aquella provocación, el príncipe heredero solo observó a sus padres con tranquilidad, demostrando que su rabieta en realidad no le estaba afectando en lo más mínimo. —Deberían de detenerse, padre, madre. No lograrán nada con intentar intimidarme, hace años que pasé por esa etapa y mi lobo ya es lo suficientemente fuerte como para enfrentar a ambos —comentó con calma. —¿Me estás desafiando? —cuestionó el alfa líder. —No, solo digo un hecho. —¿Por qué no quieres ver al príncipe Dorian? —cuestionó su madre. Y afortunadamente para aquellos hombres lobos que les rodeaban, dejó de emitir aquella presión junto a sus feromonas amenazantes, al igual que su esposo. —No es que no quiera verlo, solo que, durante nuestro baile, el príncipe Dorian comentó que no tenía intenciones de permanecer en Wolf Heart, por lo que dudo que siga en el palacio —explicó. Y sus palabras no eran del todo mentira, solo que evitó cierta información de como los insultos y burlas estuvieron presentes en dicha conversación. Como si fuera un acto de magia, la expresión de su madre se iluminó completamente tras escuchar aquello. —Estamos de suerte, creo que tu baile realmente le encantó tanto como todo tú, ya que el príncipe Dorian aún no se ha marchado —exclamó alegremente. Y Caspian tuvo que trabajar duramente para que sus músculos no se tensaran dolorosamente y la expresión en su rostro siguiera mostrándose alegre y tranquila. —¿Es así? —Tal parece que le has interesado como alfa —comentó su padre, sonando todo orgulloso por ello. —Está decidido entonces, tienes que darte la oportunidad al príncipe Dorian —declaró la omega dominante. Y ante su firme tono decidido, el príncipe Caspian asintió en silencio. —Acomodaré mi horario para darle un par de horas... —Eso no funcionará —interrumpió su padre—. Te liberaré de algunas responsabilidades para que puedas despejar una semana completa, de esa forma te aseguraras de conocer bien a ese chico —instruyó. —No es necesario que me liberes de mis responsabilidades para ello, puedo acomodar mi horario para pasar tiempo con él y atenderlas —argumentó. —Aun así, trabajar demasiado no es algo atractivo, por lo que arreglaremos tu horario —comentó su madre. —Si así lo desean —aceptó no muy felizmente—. Pero desde ahora quiero aclarar que no obligaré a nadie a quedarse o pasar tiempo conmigo, si el príncipe Dorian me rechaza, eso es todo —aclaró. —Oh, por favor, como si alguien pudiera rechazarte con lo atractivo que eres. Sacaste lo mejor de tus dos padres —expresó la omega con una gran sonrisa. —¿Necesitan hablar conmigo de algo más? Necesito arreglar mi horario —se excusó. —Puedes retirarte, tenemos pensado hablar con tu hermano ahora —informó su padre. —¿Sobre qué? —Es desconcertante que tu hermano aún no se presente a pesar de tener ya quince años, cada uno de nosotros nos presentamos a los doce años, siento que algo está mal —explicó su madre. —Solo recuerden que el proceso de crecimiento de cada uno es diferente. El lobo de Erick aún no está listo, eso es todo. Presionarlo por una respuesta de la cual ni él mismo tiene una, no lo ayudará —indicó Caspian. —No perdemos nada con indagar —comentó su padre. Apretando sus labios, ya que sabía a la perfección que solo terminarían presionando a su hermano, Caspian los dejó y se levantó de la mesa. Simplemente no sacaría nada con insistir, sus palabras terminarían en oídos sordos y en ese instante, el alfa dominante prefería utilizar ese tiempo en algo más. Despidiéndose, Caspian se retiró y se dirigió al interior del castillo. Dirigiéndose al palacio en la zona sur, que le pertenecía completamente a él, se internó en su despacho. Tan pronto como las puertas se cerraron dejándole a solas con su mejor amigo, su expresión cambió mostrando una silenciosa irritación. —¿Cómo es eso de que el príncipe Dorian no se ha ido? A estas alturas, creí que ya estaría de regreso en su manada —expresó irritado. —Estuve atento a su partida, pero nunca sucedió. Ha estado todo el día en su habitación —informó Josh. —¿Por qué? Con todo lo que me dijo durante el baile, creí que despegaría a primera hora —indicó—. ¿Estás seguro de que no ha escapado? —Los empleados que entregaron su comida confirmaron su presencia. Juntando sus cejas, Caspian negó y contempló el suelo con extrañeza. —Esto no tiene sentido, no se suponía que se quedara más tiempo —expresó—. Necesito comprobarlo por mis propios ojos. —¿Quieres que solicite una visita? —No, iré yo mismo y lo comprobaré con mis propios ojos —decidió.
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