Con sus hombros derechos y su mentón en alto, Rhys mantenía sus plateados ojos hacia el frente, tratando que su mirada no se desviara hacia cualquier persona que se les cruzara por su camino en lo que se dirigía al palacio del príncipe Caspian.
Y a pesar de que el joven humano no se encontraba exactamente feliz o emocionado por ello, trataba de que aquellas emociones no se vieran reflejadas en sus facciones, ya que no deseaba que algún empleado corriera con cualquier clase de rumor al respecto. Aparentemente, las personas que trabajaban en el castillo, era la principal razón por la cual se esparcía rumores ante la mínima muestra que pudiera darles para hacer volar su imaginación, según le habían advertido Sadie y Todd, y Rhys no estaba dispuesto a caer en ello.
Aunque, por supuesto, si t
