Rhys podría estar comiendo una copa de delicioso helado sabor vainilla con chocolate que el príncipe Caspian consiguió especialmente para él tras llegar a su despacho sin cita alguna, y aun así, este mostraba un adorable y persistente puchero con cada cucharada que le daba. Era una vista un tanto infantil, muy adorable y que Caspian ni siquiera sabía que le encantaría ver si no fuera porque lo estaba apreciando en ese mismo instante en su chico. Y si Rhys no soltara largos suspiros entre cucharada, muy probablemente la habría seguido observando en silencio mientras trabajaba. Bajando su bolígrafo, el alfa dominante contempló directamente hacia su humano, el cual se encontraba sentado al lado de la ventana admirando el paisaje. —¿Piensas seguir soltando esos dulces suspiros hasta que tu

