—¿Qué demonios quieres, Robert? Pregunto encarándolo, veo la ira en sus ojos, creo que esa noche dejé todo más que claro, no hay necesidad de dirigirnos la maldita palabra, pero al parecer se está esmerando para que termine en pelea, no entiende en lo más mínimo —¿Quién era? —¿Eso importa? Se acerca un par de pasos más a mí, su cabello está más desaliñado que de costumbre, su barba y bigote un tanto crecidos y su ropa algo arrugada, nunca se ha caracterizado por preocuparse por su apariencia, pero luce como la mierda, sus ojos enrojecidos y su piel pálida no son buena combinación, de su chaqueta saca un cigarrillo y lo enciende dándole una buena calada, expulsa el humo lentamente y doy gracias al cielo de que sea tabaco y no el espantoso olor de la hierba que tanto odio —A mi me imp

