—¡Ya llegué!
Grito al entrar a nuestro pequeño apartamento, estoy muerta, eso de caminar de aquí para allá por no tener auto, no es lo mío, pero solo puedo usar mis poderes fuera de la vista de los curiosos; Me encamino hacia la cocina, huele bastante bien lo que sea que Beth halla preparado
—¡Vaya! Hasta que recordaste que tienes casa
Ruedo los ojos soltando una pesada respiración, me giro en mis talones y justo a mis espaldas, mi amiga
—Oye, no eres mi madre para regañarme
—Ni siquiera sabes lo que es una madre, Cass
Bromea, nuestro humor ácido de huérfanas es algo cruel para muchos, divertido para nosotras, sonrío negando con la cabeza y tomo uno de los platos de la encimera para servir algo de sopa
—Ni tú lo sabes, querida
—¿Por qué tardaste tanto en llegar?
Sus ojos avellana se clavan en mí, Bobby tiende a ser duro con ella, todo el tiempo critica que si es rubia, que si sus ojos son peculiares, que si es delgada, en fin, puede ser un idiota con ella, para mi es una gran chica, una buena amiga o mejor aún, una buena hermana postiza
—Estaba en una entrevista de trabajo
Respondo despreocupada encogiéndome de hombros, me dirijo a la pequeña mesa para dos personas tomando asiento, ella se acomoda en la silla frente a mi
—Estamos cortas de dinero, hoy no fuiste a tu turno y tu maldito jefe me llamó reclamando que desde ayer no asistes y que no te dará ni un centavo ¿Porqué no me dijiste nada?
Frunzo el ceño mirando hacia otra dirección, escucho una pesada respiración de su parte, no puedo zafarme de su pregunta
—Solo no quise preocuparte, estaba dispuesta a no volver a casa hasta encontrar empleo
—Espero que a donde sea que hayas ido haya valido la pena y te paguen mejor, no entiendo porque te desgastas en la universidad, solo es una pérdida de dinero y tiempo
La miro juiciosa, no me gusta que ponga en duda mis decisiones, niego con la cabeza por un momento
—No pongas el tema de la universidad en la mesa, sabes que es mi pedacito de normalidad
—¿Qué hay de malo en ser una súcubo? Cass, jamás tendremos una vida normal, mírate, eres una súcubo talentosa, podrías prácticamente conquistar el mundo y tu solo quieres ser una humana
—No, Beth, no mal entiendas, yo no busco ser humana, jamás seré una, pero lo que quiero es tener una vida, ¡carajo! Nunca he tenido un novio
Rueda los ojos con fastidio, tomo una cucharada de mi sopa, en verdad muero de hambre
—Cass, enamorarse es para gente débil, sabes todo lo que está en riesgo con eso, te esclavizas a tener una sola pareja y salvar su trasero por la eternidad
—Tom no tiene esa vida
—Los Higgins son raros, nosotras somos súcubos, Cass, hasta tu misma decías que no encajábamos con ellos, o ¿Ya no lo recuerdas?
Suelto una pesada respiración, tiene razón, alguna vez dije eso, pero ahora estoy en una edad donde busco algo más
—Si, lo sé, pero en verdad quisiera intentarlo, ya me cansé de tener un polvo salvaje y ya, quisiera tener una familia, un empleo que me guste, un hombre que me cuide, ¿Lo entiendes?
Niega con la cabeza reflejando pesar, en estos momentos me hace sentir incomprendida, su obstinación respecto a adoptar comportamientos humanos no tiene límite, para ella esa vida no está permitida
—Ok, dejemos el tema de la universidad para otro momento, ahora dime del empleo
Le doy una leve sonrisa y comienzo a jugar con mi cuchara en el tazón
—Es en un casino, el Harrah’s, Bobby me recomendó con el encargado
Hace una mueca de disgusto instantánea
—¿En serio? ¿Confiarás en el idiota de Bobby?
—Por favor, Beth, está bien, es un buen empleo, entro a las seis de la tarde y salgo a la una de la mañana, nada complicado, solo es tirar cartas en la mesa de Black Jack
Se pasa ambas manos por el rostro
—Mira, querida, no dudo de tus habilidades con los naipes, a lo que me refiero es que Bobby es un imbécil, no quiero que te metas en problemas por él, sabes que es un íncubo imbécil que se metió de traficante, sé que las balas no nos hacen nada, pero no quiero que quedes expuesta y luego tengamos que ocultarnos para que no nos descubran, es peligroso y lo sabes
Beth tiene razón, Bobby suele estar hasta el cuello de problemas, pero quiero tener un poquito de fe, el trabajo es bueno, la paga es grande y creo que podré con ello
—Beth solo una oportunidad
—Una oportunidad ¿De qué? Sabes que jamás confiaré en él y…
—No hablo de Bobby, hablo de que confíes en mí, soy mayor que tú, sabes que se cuidarme, sí Bobby me da problemas le doy un ultimátum y asunto resuelto, pero déjame tomar el empleo, necesitamos el dinero, son diez dólares por hora, a eso súmale las propinas, puedo llegar incluso a los cincuenta si tengo suerte, solo deja me hago cargo
Pongo mis manos juntas haciendo una señal de súplica, ella solo deja su energía fluir, sus ojos centellean azul y se aclara la garganta
—Está bien, pero espero te des cuenta que realmente no te conviene una amistad con Bobby, no soy nadie para prohibirte las cosas, tienes razón, eres mayor que yo, pero a ambas nos ha costado mantener bajo perfil, trabajamos honestamente y este cabrón puede echarlo a perder todo, tu ya intentaste salvarlo y el no quiso salir del hoyo
Trago en seco, tiene razón, pero ahora no se como tomará que tendré una cita con él
—¿Qué pasa, Cass? Te quedaste muda
Pregunta tamborileando sus dedos sobre la mesa
—Lo que pasa es que yo…
—No te voy a comer, solo abre la boca ¿Quieres?
—Saldré con Bobby esta noche
—¡Cass! Te estoy diciendo que el tipo es un grano en el culo y tu vas y te hundes con él ¡Mierda!
Se levanta y empuja la silla violentamente saliendo de la cocina, suspiro, ella no lo entiende, la verdad yo tampoco entiendo mucho mi actuar, algo en Bobby me atrae, quizás tengo una obsesión por rescatarlo, aunque es un caso perdido, necesito aclarar mi mente y poner las cartas sobre la mesa, figurativamente hablando, para tomar una decisión, no puedo estar así jugando un estira y afloja con Beth, no puedo perder a mi mejor amiga por alguien que ni siquiera está seguro de lo que hará mañana, no es ni un poquito de la versión de hombre que me gustaría que fuera para mí; me paso mis manos por mi rostro en signo de frustración, suelto una pesada respiración y me levanto de mi asiento saliendo de la cocina
—Beth, oye, perdón ¿sí?, voy a aclarar el asunto con él de una buena vez y… ¿Estás llorando?
Pregunto al verla en el sofá cubriéndose el rostro mientras está hipando, ¿Qué le sucede? Me acerco lentamente
—No, idiota, me lavo los ojos, ¡Claro que estoy llorando! No entiendes nada, Cass
—Ahora ¿Qué mierdas hice, Beth?
Se quita las manos del rostro, está con sus ojos enrojecidos, sorbe por la nariz y se limpia con una manga
—Sucede que, si bien no estoy del todo de acuerdo con tu normalidad, prefiero eso a que termines destruida por Bobby, mírate en el espejo de su madre, la señora Atkins quedó mal por estar con un alma perdida, Bobby es el reflejo de su padre o eso dice ella, ¿Quieres eso para ti? No todo el tiempo tendrá problemas con humanos y lo sabes, tarde o temprano va a escalar en su mierda y se meterá con otros íncubos o con nephilims, peor aún, con caídos, sabes que esos sí son rivales para nosotros, nos pueden destruir, Cass, no quiero perderte, siempre te he visto como a una hermana
Cierro los ojos un momento, tiene razón, como la mayoría del tiempo, desde que era una bebé yo estuve a su lado, compartíamos todo a pesar de la diferencia de edad, incluso la defendía en el instituto de los que se querían pasar de listos con ella, así como ella me ha cuidado la espalda, es una amiga leal, yo también tengo miedo de perderla, más si es por algo que pude evitar; tomo su mano y le doy un apretón
—Prometo que me alejaré de él, hablaremos y me comportaré como una maldita adulta, pero deja lo hago a mi modo, solo esta cita para agradecer por el empleo y se acabó
—Está bien, confío en que hagas las cosas bien, ahora, por favor, cambiemos el tema
Por mi cabeza pasa mi día en la universidad, el profesor Sanders, me muerdo el labio, el tipo es sexy
—No necesito meterme en tu cabeza para saber que estás fantaseando, Cass
—Tengo un nuevo profesor
Pone una mirada y sonrisa coquetas, ahora tengo toda su atención
—Cuenta
Sonrío y decido soltar la sopa
—Sexy, entre un metro con ochenta y cinco y uno noventa de estatura, pelirrojo, ojos azules como el jodido mar, cuerpo trabajado más no exagerado y con un adorable acento inglés, aunque a veces saca una voz profunda que ¡Chispas! Se me mojan los pantis de solo recordar
Rompe a carcajadas por mi expresión, mi objetivo es distraerla, pero verdaderamente el tipo es ardiente como el jodido infierno, bueno, jamás he estado en el infierno, pero imagino es ardiente
—¿Te lo vas a tirar?
—¡No! Debo pasar esta materia, quizás cuando acabe el curso le proponga algo, es un tipo divertido, poco convencional para ser profesor
Entrecierra los ojos, pareciera analizarme por unos instantes
—No me digas, se te insinuó, seguro un tipo libidinoso
—No creo que sea el tipo de sujeto libidinoso, pero sí, se insinuó, yo tuve la culpa
—¿Qué hiciste?
Su gesto es de curiosidad pura, parece una niña
—Usé uno de mis trucos y bajé su bragueta, es una lástima no haber podido sentir ese paquete con mis manos
Digo moviendo mis dedos divertida, ella se carcajea de nuevo
—¡Mierda, Cass! ¿Solo piensas en sexo?
—Algo así, ya sabes que le hago honor a eso de ser una súcubo
Respondo recargándome en mi asiento mientras estiro un poco mis piernas
—Pues yo no necesito acostarme con medio mundo para hacerle honor a eso
Sonrío, Beth es un poco reservada respecto al tema s****l, aun creo que es virgen, toda una criatura mítica, a este paso la convertiremos en santa, en fin, es su vida y yo disfruto del sexo
—El me da curiosidad, ¿Sabes? Tiene un aura extraña
Suelto tras recordar ese centelleo en sus ojos, es un ser sobrenatural, no me cabe ni la menor duda de ello
—¿Un caído, nephilim, naphir?
Niego con la cabeza cerrando mis ojos por un momento
—No, ese tipo no es nada que haya visto antes, su aura es obscura, bastante poderosa, pero no tengo idea de lo que es, necesito investigarlo un poco, no me sentiré a gusto hasta que sepa que es
—Solo no juegues a ser la investigadora privada, Cass, no debes meterte en líos, ¿Crees que sepa lo que eres?
—No, recuerda que por el pacto que hice poseo un aura humana
Suspiro abriendo los ojos para mirar hacia el techo de nuestro pequeño living, cierto, ese jodido pacto me costó más de lo que creí posible; Cuando tenía quince años, conocí a un tipo raro, su aura era parecida a la de un caído, pero más obscura, dijo ser un demonio, la verdad lucía insignificante, yo era una estúpida adolescente a la que todo se le hacía fácil, tanto así que fui precoz en cuanto a mi vida s****l, ya había perdido mi virginidad en ese entonces, en fin, yo le pedí tener un aura para poder ocultarme de cualquier ser, mala decisión, cuando Tom se dio cuenta, fue un caos, jamás fui capaz de decirle lo que había dado a cambio de ello, ni siquiera se lo he dicho a Beth, cuando llegue el momento quizás pueda decirlo con libertad, aun trato de encontrar solución para evitar esa condena
—Cierto, ¿Me dirás algún día cómo lo lograste?
—Algún día, Beth, hoy no
—Está bien, tú y tus secretos, pero volvamos con el profesor sexy, ¿Cuál es su nombre?
—George, George Sanders
Me muerdo el labio al instante, recuerdo como se movía de aquí para allá en el aula, tengo un extraño fetiche por las manos, las suyas son perfectas, ¿Qué se sentirá tenerlas encima de mí acariciándome? Soy una jodida pervertida; el sonido de notificación de mi móvil me saca de mi ensoñación, lo saco de mi bolsillo de inmediato y en la pantalla veo de quien se trata
—¿Quién es?
—Bobby
—¿Saldrás hoy?
Pregunta mientras en mi móvil logro leer: Lo siento, nena, tengo negocios, te veo otro día
—No, le salió un asunto, ahora ¿Quieres ver una película?
—¡Siii!
Chilla feliz saltando del sofá
—Iré por botanas a la cocina, escoge algo bueno
Dice mientras se desmaterializa ante mis ojos, en definitiva, se comporta como una niña pequeña, pero amo a esta chica, mi casi hermana.