Capítulo 5

2367 Words
—Vamos, estúpida cosa, ábrete Forcejeo con el gabinete de la bodega, mi ronda en el casino ha comenzado, necesito un par de mazos de naipes extras, hoy no vendrá Tiff, la anfitriona de la otra mesa de juegos, así que me encargaré de la mesa de Póker esta noche junto a la de Black Jack, una ronda de cada juego, la parte buena es que me pagarán un extra por ello —Cassidy, linda, ya están llegando a tu mesa —Voy, Scott, esta cosa me está dando pelea Refunfuño y al fin el gabinete cede, no puedo usar fuerza sobrenatural aquí, es parte de una promesa que me hice a mi misma para mantener mi naturaleza oculta; tomo dos mazos y salgo de la bodega, recorro el lugar con la mirada, la gente comienza a llegar, es fin de semana, las propinas son muy buenas estos días, a veces te topas tipos gentiles, otras a tipos idiotas que pasan el filtro de seguridad por alguna extraña razón y llegan ebrios a las mesas, ahí es cuando la situación se complica un poco, pero he sabido manejar esto bien; las mesas ovales con tapizado morado para diez personas comienzan a llenarse, sillas tapizadas en cuero n***o hacen que el lugar luzca ostentoso, piso alfombrado con cierto arte en espirales en el estampado, pantallas para exhibir los resultados y una enorme barra con un espacio para aproximadamente quince personas, el gran letrero de Póker cuelga sobre esta, la iluminación es perfecta cumpliendo los estándares de una sala profesional para estos menesteres, incluyendo la oportunidad de los juegos de póker virtual, suspiro y me encamino a la mesa que me corresponde mientras acomodo el chaleco de mi uniforme, ¡Chispas! Hoy tuve que usar esta horrenda falda tipo colegiala, quieren que llamemos la atención, somos muñequitas que mueven a su antojo, prefiero usar los pantalones, pero reglas son reglas, por lo menos las medias largas hasta arriba de la rodilla cubren un poco más mis piernas, el sonido de mis tacones es amortiguado por la alfombra, ha llegado la hora, tengo mesa llena, me aclaro la garganta y saco mi mejor sonrisa —Buenas noches caballeros, soy Cassidy y seré su anfitriona esta noche La voz melosa fingida de mi discurso llama su atención, un par de ancianos me miran de manera lasciva, ¡Que asco!, pudieran ser mis abuelos, un par más pareciera ignorarme, pero mi sorpresa es grande al ver en la mesa al profesor Sanders —No sabía que trabajabas aquí Dice en tono cordial, yo trato de ser indiferente, no puedo hacer que esto se preste a que crean que hay trampas por ser conocidos, tomo una profunda respiración tratando de guardar la compostura y dirijo mi mirada hacia otro punto ¡Chispas! Me pone nerviosa —Es un buen trabajo, ahora, continuemos con el protocolo, esta es una sala profesional de póker, todos deben estar al tanto de las reglas, pero les recuerdo que este es un Texas Hold’em sin límites, nada de trampas, no cartas extras, nada de adivinanzas, este es un juego profesional, yo estaré aquí para repartir sus manos, marcar sus apuestas y corroborar la mano ganadora para que todo marche conforme las reglas, ¿Ha quedado claro? —Imagino abrirás el mazo frente a nosotros, lo siento, soy desconfiado Dice el profesor, frunzo el ceño, su tono pareciera buscar provocarme, pero dos pueden jugar este juego, debo ser profesional —Sí, George, aquí lo tengo Muestro el mazo de naipes sellado y comienzo a desempaquetarlo frente a sus ojos que miran con atención los movimientos de mis dedos al retirar la envoltura —La apuesta mínima es de quince dólares, señores —¿Quince dólares? Ni que fuera una nenita, voy por cien El profesor arroja una de sus fichas al centro de la mesa, le gusta alardear, más tipos se le suman a su apuesta, dos de ellos se levantan de su asiento de inmediato —Nosotros cedemos, buscaremos una mesa con algo más razonable Dicen con seriedad acomodando sus sillas, noto como este cabrón ahoga una carcajada, ¿Qué pretende? ¿Acaso quiere una pelea en el lugar? Seguro busca que le partan la madre, a este paso tendré que hablar con el de seguridad para mantenerlo a raya, solo espero que lo que sea que es este tipo, no saque sus poderes —No sé a qué vienen al casino si no tienen dinero Espeta despreocupado mientras sonríe encogiéndose de hombros, en serio que parece buscar problemas, niego con la cabeza, los tipos lo fulminan con la mirada y se retiran, suelto una pesada respiración, me acerco a él recargándome en su silla un poco —Por favor, nada de provocaciones en mi mesa Más que una orden, mi tono es de súplica, no puedo perder la oportunidad de agarrar buenas propinas este fin de semana por su culpa —Tu provocas mucho con esa vestimenta Entrecierro los ojos, ¿En serio? ¿Se comportará como un imbécil toda la noche?, no le he hecho nada como para que esté así, niego con la cabeza, siento un chispazo en mi interior, algo entre los nervios, la rabia y otras cosas más, pero lo que tienen en común es que él es quien las provoca; comienzo a barajar los naipes y reparto —Bien, señores, les deseo buena suerte en su juego, quizás la necesiten a cómo puede que no, lo importante es divertirse con su partida Trato de sonar amable, los tipos toman sus cartas y noto como George da una sonrisa de oreja a oreja instantánea —Creo que tendré suerte esta noche Alardea y uno de los tipos me hace una seña para tirar una de las cartas, mi atención se centra en el juego, no puedo distraerme, uno más me pide carta y me muevo ágilmente por la mesa —Lindas piernas Cassidy Escucho un leve susurro de George a mi lado, es exasperante, no puedo ni debo distraerme, trato de ignorar su comentario y sigo observando a mis jugadores, una música de fondo comienza a sonar, creo que están algo intensos los encargados de ambientación, Miley Cyrus suena a través de los parlantes, recuerdo que algunas veces he tarareado esa canción para Bobby, Tengo dos letras para ti, si, a veces quisiera que se pudriera por solo jugar a ser amigos —¡Mierda! Vocifera uno de los jugadores, se ha delatado, su mano no es buena, veo como los ojos de George centellean y me da una mirada acompañada de una sonrisa pícara —¿Todo bien en casa? Pregunta sarcástico, el tipo lo fulmina con la mirada y el juego sigue, me piden más naipes, George pasa y se acaba el mazo —Caballeros, ya es hora —¡Full! Dice uno de ellos orgulloso de su jugada, uno más suelta una risa mostrando sus naipes —Póker, amigo —¡No jodan! Uno de los tipos coloca su jugada de color, otros solo muestran jugadas inútiles mientras George sonríe con autosuficiencia y lentamente coloca su mano sobre la mesa de juegos —Caballeros, escalera real de color —¡Carajo! —¡Mierda! —No puede ser —Nos jodió Vociferan con frustración, se levantan de sus asientos de golpe, unos se dirigen a otras mesas mostrando su enojo, otros se pasan las manos por el cabello, frustrados, yo ayudo a George a recoger sus ganancias —No sabía que jugabas Sus manos rozan las mías e instintivamente levanto la mirada, sus ojos se clavan en los míos, centellean en un tono rojizo encendido, ¿Qué intenta hacer? ¿No estará tratando de usar un truco mental o sí? Las súcubos somos inmunes a ellos —Hay muchas cosas de mí que no sabes, pero dime, ¿Qué me ofreces por una buena recompensa? Mis ojos se abren como platos, mis mejillas arden y no precisamente de vergüenza, es de ira, me está diciendo puta ¡Cabrón! ¿Cómo mierdas se atreve?, hago un mohín y lo fulmino con la mirada, le arrojo sus fichas y me encamino huyendo de ahí, no voy a permitir que me tache de algo que no soy, yo decido con quien acostarme, no soy santa, pero no me vendería, ni, aunque tuviera necesidad —¡Oye! No te quise molestar Escucho como trata de llamar mi atención, en el camino me topo con Scott —¿Todo bien? —Solo dame cinco minutos y estoy de vuelta, necesito aire, un imbécil me ha confundido —¿Segura? Asiento y él suelta una pesada respiración —Está bien, cualquier cosa, dile a Mike, él irá enseguida a poner todo en orden Mike es el jefe de seguridad del casino, el tipo está armado hasta los dientes, pero dudo las balas dañen al idiota del profesor, camino saliendo del lugar, la acera está llena de personas, definitivamente es fin de semana, la vida aquí es muy movida, más de noche, tomo una profunda respiración, el aire fresco me hace bien, tiene poco que cedió la lluvia, aun así, sigue la amenaza de tormenta —Oye, Cassidy, lo siento, no se que carajos me pasó, no debí comportarme así Escucho su voz detrás de mí, siento como la piel de mi nuca se eriza, no lo sentí, estaba demasiado distraída, me giro en mis talones y decido dejar las cosas claras, extiendo mi mano y le suelto un sonoro bofetón, mi mano pica y su mejilla queda tan roja como las luces de alto —Mira, cabrón de mierda, dentro de la escuela eres mi profesor y yo tu jodida alumna, pero fuera del aula tengo una vida, trabajo honestamente para ganarme la vida, no soy una prostituta, jamás lo he sido y nunca lo seré, no cabe duda de la clase de mierda de hombre que eres al buscar comprarme de esa manera, así que mantente alejado de mí o te ganarás una patada en las bolas tan fuerte que se te subirán a la garganta ¿Entendido? Cierra los ojos, su seño está fruncido, su mandíbula tensa y su aura alterada, solo espero que no intente atacarme o esto terminará muy mal —En verdad lo siento, señorita Silverstone, no volverá a ocurrir, con permiso Se gira en sus talones entrando de nuevo al casino, su tono tan impersonal me ha dejado fría, pero no me rebajaré a que me trate de esa forma, ¿Con cuantas mujeres se estará acostando?, ¡Chispas! Cass, deja de sentir celos por un imbécil, me regaño a mi misma, suspiro y decido regresar, la noche apenas inicia y debo trabajar si quiero conseguir ese bono, tarde o temprano descubriré lo que es este tipo y veremos si me conviene mantenerme cerca o no.     ******            ******     —Drake, pásame una botella de agua, por favor El moreno asiente y me entrega la botella, la abro y bebo un trago, estoy sedienta, ya casi es mi hora de salida, no he tenido tiempo ni de ir al baño, pero logré propinas muy grandes esta noche, lo suficiente para cubrir yo sola el alquiler y darme uno que otro capricho, sería bueno poder ir de compras con Beth, me gusta verla feliz —Hola, hola, chica sexy, ¡Wow! colegiala, me gusta Ruedo los ojos, Bobby al fin llega, me giro en mis talones encarándolo, se muerde el labio mirándome de arriba abajo sin disimulo —No fantasees, Robert, tenemos mucho que hablar hoy —Sabes que puedo convencerte, tengo buen armamento aquí abajo Dice tomando su paquete sobre los vaqueros, ruedo los ojos, maldito idiota, sabe tentarme, pero no pretendo ceder tan fácil —Deja acomodo mis cosas y entrego los resultados al encargado, ya vengo —Te acompaño —Bobby —Scott es mi amigo, no hay problema Ruedo los ojos, toma mi mano y tira de mi caminando hacia la oficina de mi jefe, conoce bien el lugar, por alguna razón, creo que ha venido a hacer negocios turbios aquí —Deja paso primero, debo entregarle algo Me muestra un pequeño sobre amarillo que saca de sus vaqueros, arqueo una de mis cejas ladeando mi cabeza —¿Qué es eso? Me sonríe de medio lado y toma el pomo de la puerta, antes de entrar me da una última mirada —Césped de satanás, pero del bueno   Da un guiño y yo solo puedo fruncir el ceño, ¿Por qué carajos no dejas esa mierda, Robert? Solo quisiera que agarraras talento de una vez y dejaras de ser un idiota que se expone con esta mierda; en solo un par de minutos, la puerta se abre de nuevo, sale y me hace una seña —Adelante, apresúrate que iremos a mi departamento —Pensaba más en un lugar neutral —Por favor Su voz es seria y suplicante, niego con la cabeza y entro a la oficina de mi jefe, ahí sentado en su gran silla frente al escritorio, Scott —Cassidy —Una buena noche como siempre, aquí están las fichas de la casa, los nombres de los ganadores y los naipes —¿Propinas? —Ya cambie las fichas por efectivo —Bien hecho, tienes talento para esto, linda, nos vemos mañana, descansa —Gracias, Scott Me da una sonrisa cálida, le correspondo y me giro en mis talones para salir del lugar, justo ahí, recargado en el muro, Bobby con su sonrisa de oreja a oreja —¿Lista? —Vamos, solo traje conmigo esta bolsa —Práctica la niña —Sabes que no pierdo el tiempo Se acerca a mi acorralándome, mi espalda choca contra el muro y pone sus manos a cada lado de mi cabeza, instintivamente suelto un jadeo al tenerlo tan cerca, nuestras respiraciones chocan, su mirada se vuelve sombría, cierro los ojos, roza mi cuello con su nariz, me estremezco al instante, se acerca hasta mi oído y susurra —Te ves sexy con ese uniforme, quisiera arrancártelo Trago en seco, Cass, prometiste a Beth terminar con esto, así que sigue el plan —Primero debemos hablar, no te la pondré fácil esta vez, Bobby. 
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