Bajo colores

1077 Words
Voy recorriendo la ciudad brillante de New York, el sol va cayendo sobre el horizonte de concreto, se alcanza a ver de vez en cuando entre los edificios el sol rojizo pintando con más intensidad antes de esconderse por completo, voy recordando como se despedía de mí Nicoleta al salir de casa, con una gran sonrisa en los labios, descansada y liberada de la preocupación de que hubiese descubierto su sin fin de infidelidades. Me dejo llevar de nuevo por los sentimientos oscuros, Y el atardecer va perdiendo su color, ya no se ve tan rojizo, ni tan encantador, enciendo mi teléfono celular que he apagado en el avión e inmediatamente entra un mensaje de Amelia, en realidad no hay ningún mensaje, ni siquiera un corto saludo, en cambio veo una foto de ella y la oscuridad se disipa, y me hace sonreír inmediatamente. Está en lo que parece ser su oficina, llena de un montón de papeles sobre la mesa, tiene una blusa azul clara que le queda ajustada sobre el pecho, haciendo que la tela se estire y se formen unos pliegues desde los botones, tiene el cabello recogido y ese color que se ha vuelto mi favorito sobre los labios carnosos, una pequeña sonrisa y unos ojitos petróleo con aspecto de cansancio, miro la hora y me la ha enviado hace media hora. -- No puedo evitar pensar en lo hermosa que eres Amelia, y en el hecho de que andes un domingo trabajando hasta tan altas horas de la noche y espero que ya estés en casa. Ando en New York, hace poco que he llegado. (Foto) Alexandru. --- Me paro un instante haciendo un poco de tráfico solo para intentar captar el ahora increíble y mágico atardecer y compartirlo con ella, e intentar compensar aquel detalle de haber enviado una foto suya. Aquel detalle que dice más de lo que parece, es la confirmación que al menos durante ese momento mi nombre se cruzó por su mente y ese es el más valioso detalle, al menos para mí. - Bip – Bip – suena mi teléfono celular de nuevo justo cuando entro en la habitación del hotel en la que me voy a hospedar. Es grande, sin mucho detalle, la gran mayoría es blanca, solo resaltan algunos detalles color cobre sobre la barandilla de la cama y las lámparas de las mesitas de noche. -- ¡Wow! Que bello atardecer ¿Qué haces tan lejos? Sí, ya estoy en casa ya estoy metida bajo las cobijas. (carita guiñando) (Foto) Amelia. --- La foto que me ha enviado me deja desconcertado, esperaba poder verla de nuevo, a ella, su rostro, en cambio me ha enviado una foto de sus cobijas, se veía de manera clara que sí, exactamente estaba metida debajo de ellas, pero no se veía ella por ningún lado, solamente la manta y sobre ella un libro abierto. Y siento que es una especie de juego o venganza sin malicia por enviarle una foto del atardecer en vez de una mía. Ella me dice “¿Qué haces tan lejos?” pero en cambio yo la siento aquí justo al lado mío, es difícil explicarlo, sé muy bien que no está físicamente, pero la siento, es lo más cerca que he estado de una persona real. Miro el cielo de nuevo, el sol ya ha caído por completo y las estrellas se empiezan a reflejar en el firmamento. Y sé que ella está ahí justo debajo de un mismo cielo. Reviso la hora de Londres y ya es bastante tarde, cerca de la media noche, pero si me ha contestado el mensaje, puedo ser imprudente y seguir la conversación al menos hasta que ella la finalice como anoche. Y las imágenes de ella en la bañera, la escena de mi sueño inmediatamente actúa bajo mis pantalones y ahora los siento ajustados. --  Reuniones con los inversionistas. Estaré alrededor de una semana aquí. Tengo que ser sincero y si que tienes una manta muy bonita, pero realmente esperaba verte a ti. (Foto) Alexandru. --- Le he enviado una foto de mi rostro sonriendo, y detrás de mí la impecable habitación en la que me voy a hospedar. Me quito el abrigo y me dispongo me acomodo en el sofá de la habitación para estar atento a los mensajes de Amelia. - Bip – Bip – suena mi teléfono, en el silencio de la habitación soy consiente del sonido de mi respiración, hasta de los latidos fuertes de mi corazón y como se altera cuando escucho el teléfono sonar en cada notificación. -- Me gusta tu corbata. (Foto) Amelia. --- Me ha enviado una foto de su rostro, bueno de la mitad, solo veo su sonrisa blanca y perfecta, su cabello oscuro suelto sobre la almohada esta acostada y me hace sentir que la veo desde encima, cubre sus ojos con su mano, pero se divierte con ello o siente vergüenza y temo que es porque no lleva maquillaje puesto. Sin embargo, sonrío por su gesto, y siento que tanto ella como yo nos sentimos como dos chiquillos jugando con este flirteo. -- Se ha vuelto mi color favorito. Me gusta cuando sonríes con la mirada y me permites ser testigo de ello. (Video) Alexandru. --- Le hago referencia a que el color que elegido de corbata esta mañana ha sido apropósito, para llevar conmigo una reseña del color de sus labios. Y adicional me atrevo a enviarle esta vez un video, me ha costado bastante y la timidez quizá se ha reflejado en mejillas, cosa que no me gustaría admitir a nadie, ni quiera a Amelia, me hace sentir vulnerable ante ella. He tratado de que el plano del video fuese lo más detallado sobre mis ojos y le he guiñado en gesto coqueto. - Bip – Bip - -- (Video) Amelia. --- Me deja con la boca abierta y mi sexo da un pequeño brinco de la reacción que genera Amelia sobre todo mi cuerpo. Es un video tan corto como el que le he enviado, pero lo suficiente para que sea efectivo y me derrita de deseo por ella. Se ha grabado el rostro completo, primero deja ver como la comisura de sus labios se levanta de medio lado haciéndola ver más sensual de lo que ya es, luego me ha guiñado en el mismo gesto coqueto, y mientras que me guiña, quizá inconscientemente se ha mordido el labio inferior.
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