Cuando llegamos al hospital ya casi anochecía. Apenas hicimos acto de presencia, Aimara fue recibida por el personal del centro de salud con una familiaridad envidiable. Es evidente que es bien conocida en el poblado. A pesar de ser bajita de estatura y menudita se mueve como hormiga, en seguida no solo ubicó a su madre, quien se encontraba recluida en urgencias a la espera de ser intervenida quirúrgicamente a causa de una fractura en un brazo y una pierna, producto de un accidente automovilístico causado por un hombre en estado de ebriedad, sino que también localizó a los médicos que llevan el caso de la señora, y que se encontraban en sala de operaciones con otro herido de urgencias, Aimara con la hiperactividad que parece caracterizarle logró colarse al quirófano para consultarles per

